En el debate electoral en TV3 casi todos los candidatos proponían medidas para fomentar las empresas exportadoras. Era casi una repetición de un mantra compartido por los 5 candidatos, que responde a una única cuestión: las exportaciones en España y Catalunya están yendo bien. Ya casi han recuperado el nivel del 2008, y con respecto a los peores años de la crisis las exportaciones han ido mejorando un 15% anual durante dos años seguidos.
Fuente: IDESCAT
Está claro, mes a mes, comparativamente las exportaciones han mejorado desde inicios de la crisis. Esto se suma a algunos indicadores de ventas industriales que indican que en aspectos estructurales la economía catalana (y la española) está apuntando algunos datos positivos que notaremos a medio y largo plazo (dentro del marasmo de malos datos en los que estamos).
Hay algo en cambio que los candidatos no indican o incluso no sé si llegan a entender. Está bien valorar el sector exterior de la economía catalana como algo positivo, gracias a este sector exterior que se está recuperando podemos mantener lo poco que se mantiene. Ahora bien, tres aspectos a comentar.
La dimensión del sector exterior no es tan grande como para esperar que sea el único motor que arrastre a la economía catalana y española.
En el 2009 las exportaciones representaban poco más del 20% del PIB, en el 2010 el 23% del PIB. No podemos aspirar que lo que representa menos de la cuarta parte de la economía del país vaya a sacarnos ella sola del agujero. Tendremos que recuperar la demanda interna e inventarnos el mecanismo para no achicar la demanda pública.
Las empresas catalanas y españolas tienen un enorme problema de dimensión, en proporción tenemos muchos “emprendedores” y Pymes y nos faltan empresas grandes.
Son las empresas grandes las que más logran exportar y mejor se adaptan en la crisis. El pequeño tamaño de nuestras empresas, o más bien, la ausencia de empresas grandes es un indicador de debilidad estructural de nuestra economía, ¿saben quienes son de los pocos que están a la par en la sobredimensión de emprendedores y empresas pequeñas?, Grecia e Italia, otros de los campeones de las economías europeas. Por tanto, los candidatos pueden apostar por el sector exterior, pero tendrán sobretodo que pensar en como fomentar que las empresas pequeñas más competitivas se fusionen o puedan arriesgar y crecer para ser grandes exportadoras. Sino, estarán vendiendo humo.
El crecimiento en el sector exterior no ha respondido a una línea estratégica o una planificación o impulso desde el sector público sino a una medida de supervivencia de las empresas que pueden hacerlo.
Aquí la mano invisible de Adam Smith ha funcionado y los empresarios que han podido externalizar su economía lo han hecho buscando mejores campos en los que vender sus productos. Esto es bueno a medio y largo plazo ya que los empresarios han hecho de la necesidad virtud y han exportado. Ahora bien, es una muestra de la debilidad de nuestro sector interior, del consumo interno que se ha deprimido mucho, no una fortaleza. Se me ocurren pocas medidas desde el sector público para ayudar a estas acciones de las empresas catalanas y españolas, de hecho el sector público puede meter mucho la gamba generando nuevas culturas del subsidio. Alerta con algunas propuestas como la de eliminación de los impuestos en los nuevos puestos de trabajo que se generen o los diversos caramelos fiscales que se quieren poner a los sectores que están aprendiendo a salir de la crisis: podríamos estar generando incentivos para generar puestos de trabajo humo, en lugar de generar puestos de trabajo que sean sostenibles estructuralmente y que representen realmente una readaptación de las empresas a la nueva situación económica.
5 thoughts on “¿Estamos mal pero vamos bien? La evolución de las exportaciones”