Carlos Guadian en su blog analiza la posible crisis que está sufriendo la blogosfera. Los datos parecen corroborar esta crisis: las redes de blogs no siguen creciendo, hay un descenso de la intensidad de los posts y del número de blogueros, se intensifica el uso de otras herramientas 2.0 (twitter, facebook, etc…) mientras que los blogs quedan a un segundo plano. Algunas redes de blogs cierran, sus impulsores pierden el fuelle, mientras apenas se crean nuevas.
El escenario parece corroborar que el blog ha perdido la relevancia comunicativa y social que tenía hace tan sólo medio año. Y en parte es cierto, no voy a ser yo el que niegue la evidencia.
Pero por un lado, no podemos estar hace ni medio año anunciando el fin de la prensa escrita y luego pasar a dar defunción a la blogosfera. Estamos mal acostumbrados los que analizamos el fenómeno blogosférico a crecimientos exponenciales y a aumentos constantes en número de visitas, blogs, participantes, lectores, redes, etc… Cualquier estancamiento nos parece una crisis profunda.
Hay aspectos que explican que el blog ha perdido algo de terreno:
– Por un lado los “early adopters” llevan un tiempo disfrutando más con cosas como twitter o facebook. Como bien dice Carlos, escribir un post es más tedioso, consume más tiempo, esfuerzo y creatividad constante (y que se agota con más facilidad) que los 140 carácteres del twitter o el jugueteo constante de grupos, fotos, juegos del Facebook.
– Por otro, y más aplicado a los blogs políticos, el tiempo ha purgado los malos blogueros o aquellos que realmente esto no lo disfrutan o no se lo creen. El efecto “moda” ha sido superado, los activistas políticos que querían ensayar el ciberactivismo pero en el fondo no entendían el código, ni disfrutaban con esta forma de actuar han abandonado. De un momento de intensidad y apasionamiento se ha pasado para algunos a una fase de abandonamiento. Y más, después de un período electoral donde muchos candidatos han abandonado su blog.
– Hay que decir que los blogs son y han sido refugio de los parcialmente outsiders de las organizaciones políticas. Los outsiders ya estamos casi todos, o todos, igual que ya están en la blogosfera aquellos que quieren probar nuevas formas de acción política, o aquellos que quieren escapar de las lógicas ordinarias y trabajar de otra manera. Las organizaciones políticas lo saben y se han dado cuenta que la blogosfera es algo limitado.
Ahora bien, el ciberactivismo por Facebook o Twitter tiene un cierto límite, Facebook funciona mucho mejor como herramienta de relaciones sociales y a pesar de las campañas, grupos, etc… no supera el efecto que tiene un puñado de blogueros bien enredados y con muchos lectores. Twitter también tiene límites obvios, que van más allá de los 140 carácteres.
En un símil, sería como pensar que los blindados han quedado obsoletos a causa de la invención de los helicópteros o del submarino nuclear. El blog tiene una capacidad de vertebración y de difusión más estable y menos volátil de ciberacciones. Sin quitarle mérito a otras herramientas 2.0 el blog sigue siendo útil, y bastante. Aún no se ha demostrado excesivamente útil tener un grupo en Facebook de 500 seguidores, en comparación una red de 50 blogueros muy activos consigue mayor efecto social.
Pero por otro lado, es normal que una herramienta de comunicación, en el momento que ha superado la curva de la “moda” y ha atraido a todo lo que en un principio podía atraer, llega al punto de estancamiento. A partir de entonces los crecimientos y decrecimientos se estabilizan, los blogs no aumentan de visitas sólo por continuar existiendo, decaen si en unas semanas no ofrecen contenidos que gusten a sus cada vez más ahitos lectores, y aumentan si ofrecen cosas más interesantes, divertidas, etc… Ya no podemos esperar que la simple pervivencia sea un mérito. Pero no deja de ser un fenómeno natural de todo proceso de asimilación de formas de comunicación o de la aparición de una nueva tecnología en el proceso que se vuelve madura.
¿Es una crisis de la blogosfera?, más bien una prueba de que se ha madurado, se ha normalizado. La blogosfera ya no es algo nuevo y especial, és, simplemente, una forma de comunicación y ciberacción que ya es asumida como algo cotidiano por un porcentaje de la población.
La blogosfera no va a ser la gran panacea, sinó una forma de participación social que ya se asume como normal, complementaria a las formas de participación social “off-line”, con ciertas características que la hacen perdurable: facilidad de uso, capacidad de interacción y además con un grado de estabilidad en el tiempo que no tienen otras herramientas 2.0 como twitter o facebook (por ejemplo un post es más perdurable que un twit como “última entrada”).
No hablamos de crisis, sinó más bien de saturación y por tanto de madurez. Ahora los cambios no van a ser cuantitativos de un gran aumento de lectores y blogueros, sinó caulitativos. La blogosfera evolucionará y continuará existiendo y siendo una buena forma de participación social. Al menos en el “medio plazo” (3, 4 o 5 años) que es toda una eternidad en nuestro mundillo. Mientras la blogsofera se complementará con el resto de herramientas 2.0, compartirá espacios y veremos que los ciberactivistas utilizarán una plétora de herramientas y de ellas algunas decaerán (como Second Life) en su uso para el ciberactivismo. De ella, el blog, será una de las que perdurará más tiempo.
Excelente análisis y muy bien contado. Coincido con tu punto de vista.
Por mi parte, he escrito sobre esto dos entregas:
la inmaculada concepción de lo 2.0
Vulgarización de la web 2.0: las invasiones bárbaras
Estic molt d’acord en el que has exposat. A l’inici de l’estiu vaig fer una reflexió sobre aquest tema:
http://jordicoronas.blogspot.com/2008/07/hi-ha-cansament-blocaire.html
Xapó, sí señor…