Don Ricardo es uno de los blogueros que está parcipando en el III Foros Social Mundial de las Migraciones. Un encuentro que están realizando estos días (entre el 11 y el 13 de septiembre) en Rivas Vaciamadrid. El encuentro ha servido para lanzar algunas propuestas o ideas.

En este caso me referiré a la idea de “un único pasaporte para todos los ciudadanos del mundo“. La idea, a pesar de ser utópica, permitiría el sueño que tanto liberales como socialistas han tenido siempre de un mundo que no limite nuestros movimientos. Ese sueño de un mundo abierto, donde la libertad de movimientos esté garantizada, independientemente que hayas nacido en un país con las relaciones diplomáticas más patéticas del mundo o no, donde los trámites y controles de frontera se limitan a lo mínimo, es un mundo utópico, pero un sueño que ojalá se pudiera cumplir.

Lamentablemente ni en el FSMM, ni nadie, puede explicar el “cómo” llegar a poder implementar “un único pasaporte para todo el mundo”, las fronteras existen y separan el norte del sur, en parte, y no soy hipócrita, para defender nuestro privilegiado sistema de vida; y las objecciones prácticas a la propuesta del FSMM son incontables.

A pesar de ello, la iniciativa de Rivas Vaciamadrid es loable, en un momento donde la inmigración está y estará en el ojo del huracán, se han arrojado a hablar de ello. Porqué ahora son y serán los inmigrantes los primeros en sufrir la crisis económica, y son los primeros a los que se les quiere retornar a sus países. Los inmigrantes que han venido, han ocupado puestos de trabajo de poco valor añadido que no estábamos en condiciones de ocupar los nacionales y que ahora se quedan en paro les estamos diciendo que retornen, olvidando que a parte de trabajadores (temporales, en puestos que en algunos casos eran de explotación laboral) también son ciudadanos.

Puedo entender al ministro Corbacho cuando dice que hay que intentar limitar la contratación en origen ya que tenemos trabajadores (inmigrantes y nacionales) que se están quedando sin empleo. Ese mensaje tenía que llegarle a algunos empresarios que aún son refractarios a que hay una situación de crisis, pero tal vez el mensaje que ha llegado a la sociedad ha sido el que nos sobran inmigrantes. Hay que tener cuidado con este tipo de mensajes.

Por ello las conclusiones del FSMM seguramente darán algo de luz al fenómeno de la inmigración en un momento donde, como en todos los momentos de crisis, ya no hay trabajo para todos, las ayudas (por esa manía que tienen los gobiernos de izquierda europea de querer obviar una cosa llamada endeudamiento público) escasear y por tanto pueden existir las semillas de conflictos serios.