Acaban de descubrir que Rajoy ha aumentado sus followers en twitter de forma extraordinaria en un sólo día. No es el único caso de aumentos sospechosos de seguidores en las redes sociales en el caso de políticos. Como tampoco es algo anormal en las campañas previas a las redes sociales el pretender exagerar los números. Esta práctica ocurría antes de la aparición de las redes sociales. Al mismo Rajoy le pasó con las firmas digitales contra el Estatut de Catalunya.
En el caso de las redes sociales es más sangrante, hay empresas que venden followers y perfiles que automáticamente hagan retuits y difundan automatizadamente los contenidos de terceros. Con un puñado de miles de euros es fácil hacer crecer una cuenta en base a followers que no aportan nada.
Estas burdas manipulaciones son bastante fáciles de descubrir, además de que parten de una premisa errónea: “el objetivo es tener followers”. El objetivo en la comunicación es precisamente, comunicar. Y esto es simplemente cuanta gente recibe el impacto comunicativo y como este termina influyendo a esas personas. Tener seguidores de la otra punta del mundo que ni conocen el idioma y menos aún les interesa lo que dices, o robots que retuitean contenidos que nadie va a ver (o si alguien lo ve realmente dificilmente va a estar interesado), no aporta un comino a la comunicación…
Lo que el márketing ya conoce desde hace mucho, es mejor comunicar a tu público objetivo con un mensaje adaptado para él que lanzar un mensaje a un público general de forma dispersa, se olvida por aquellos asesores o consultores en comunicación en red que venden este tipo de productos o los compran para sus asesorados y clientes.
Conseguir que el seguimiento “orgánico” basado en tus contenidos y en personas que voluntariamente te siguen pensando que puedes aportarle algo interesante es lento y requiere dedicación y es bastante tentador buscar atajos, pero estos suelen terminar proporcionando solo algún titular en la prensa (“fulanito es el líder político con más seguidores en twitter”) a corto plazo, pero destruir tu reputación digital a medio y largo plazo sin proporcionarte ningún beneficio real en la comunicación.