Las personas somos seres emocionales, nuestras motivaciones tienen un fundamento emocional fuerte y como blogueros en numerosas ocasiones nos vemos impelidos a escribir algo porqué “nos lo pide el cuerpo”.
Hay una ventaja cuando se escribe un post… hay un tiempo de reflexión en el que mientras se escribe se permite relajar el estado de ánimo, reanalizar lo que uno va poniendo negro sobre blanco, hacer una relectura e incluso borrarlo todo y comenzar de nuevo. A diferencia de una expresión oral que se lanza y no puede ser corregida un texto no publicado permite numerosas revisiones. Pero también a diferencia de una expresión oral, una expresión escrita y publicada puede pesar mucho en tus relaciones posteriores.
Si alguien llamara “incompetente” por ejemplo, a un colega de trabajo o alguien con quien has de colaborar casi de forma inmediata, en una reunión acalorada eso puede quedar entre esas dos personas… puede ser incluso fruto de un momento de irracionalidad y podría llegar a entenderse. Pero cuando alguien publica ese apelativo en su blog sobre alguien con quien tiene que seguir colaborando, entonces tiene un gran problema. Ese apelativo retrata, sobretodo al que lo ha escrito, no al insultado. Quien se dedica a difamar o a realizar asaltos verbales contra la gente se retrata sobretodo a sí mismo… hay que ser muy cenutrio de creer que por llamar alguien X los lectores van a suponer que esa persona es ese X, más bien que el autor del blog es un impresentable y bastante maleducado.
Es más, por escrito y publicado en el blog, que aún permitiría una corrección a posteriori, añade un grado aún más alto de inquina. Aún cuando la persona que ha escrito la entrada en el blog lo haga “en caliente” hay que entender que el que lo lee supone que esa persona ha revisado su propio escrito, que ha pensado lo que ha escrito y que se ratifica en ello.
El problema de escribir con “las manos calientes” es ese, que el que nos lee no interpreta lo que lee como “un calentón” y nos retrata mucho. Los argumentos “en caliente” podrían entenderse en un momento dado en un cruce en los comentarios, aún así es mejor no iniciar guerras en los comentarios, pero si el propio autor del blog actúa como un incendiario porqué no sabe contener sus manos y ponerlas en frío el resultado es la aniquilación de la imagen que proyecta el bloguero. Peor aún si se tienen responsabilidades públicas, esto afecta a la imagen de candidatos y responsables institucionales. Si un ciudadano que se ve afectado por las decisiones de ese político lee artículos en caliente, irreflexivos, de esa persona lo que va a conseguir es que su aprecio por la política decaiga. Un “váyanse a la mierda” en un momento del debate se puede entender, más si se ve el vídeo en el que se nota como acosan al diputado que lo dijo, pero que ese mismo diputado firme una columna o una entrada en su blog con ese título no es justificable ni entendible. Escribir en caliente además nos hace exponer una parte de nosotros mismos que a lo mejor no deseamos mostrar. Nuestra ira y nuestras emociones son parte de lo que somos y hay que saber utilizarlas y aceptarlas, pero someternos a su impulso sólo muestra que nosotros somos muy irascibles, que no sabemos contenernos ni siquiera cuando tenemos tiempo y mecanismos para hacerlo.
Además sometido al impulso momentáneo no argumentamos de la misma manera, lo que en ese momento nos parecen argumentos sólidos, para alguien en un estado tranquilo no lo son, nos negamos a ver argumentos matizados, la “parte de razón” que pueda haber en la otra visión. Nuestro artículo no sólo mostrará lo airado que podamos estar o nos ponga en problemas a la hora de colaborar con personas determinadas en un futuro (es malo llamar “incompetente” a un colega de trabajo) sinó que además la calidad argumental de nuestro post será menor.
Así que lo mejor cuando tengas ganas de escribir un post “en caliente” es dejar pasar un rato, reflexionar y luego ponerse cuando haya pasado un rato, no publicar lo escrito hasta leerlo nuevamente y entonces aún así estar dispuesto a revisarlo.
Modestamente he iniciado una saga de posts que tratarán sobre los 100 errores de los escritores de blogs. Consejos en negativo de lo que no deberiamos hacer los blogueros. Seguramente cada uno tiene su decálogo personal, y seguramente algunos de los que yo explique sean puras obviedades, otros no estaréis de acuerdo, y otros no aportarán nada.
mmmmmm…. déjame pensar… es alguien que está _ahora mismo_ en tu barra de feevys ;)
Nooop… además el concurso se realizaba en twitter… no en mi blog. :-)
Jo sí que sé per qui va. Crec que tens raó. Unes declaracions es pot justificar que no es va acabar d’entendre el que es volia dir, que es van malinterpretar, que estàvem en calent … un article al blog durant una setmana no.
Molt interessants aquest 12 punts, pero t’en falten 88!
No tenc paciència, jaja, fes via a escriure
salutacions