Tienes un blog, magnífico, haces algunos artículos, tienes algunos comentarios, y además utilizas la moderación de estos y además acostumbras a responderlo, fantástico. ¿Crees que lo tienes todo hecho en cuanto al tema de comentarios? ¡NO!, siempre te quedarán los flamers y los trolls.

Ya hablé de cómo gestionar los flames, pero los trolls tienen algunos efectos que pueden ser aprovechados. No hay nada que haga más ilusión a un bloguero que su primer troll. Cuando aparecen tan crispados, tan insistentes y con esas ganas de tocarte las narices parecen tan moooonos que piensas en no fastidiarle demasiado: si ese infraser ha decidido malgastar una parte importante de su tiempo en ponerte a parir de un burro en tu propio blog es porqué eres lo suficientemente relevante para él.

Luego la cosa cambia, y al final lo que comenzó siendo una broma se transforma en una fuente de aburrimiento y caos. Hay varias líneas a seguir, una de ellas es no publicar ni un sólo comentario o incluso banearlo o bloquear la IP durante una temporada. Ahora bien, esto, a veces, puede matar un flammer, que a diferencia del troll es reconducible, y puede aportar grandes dosis de debate en el blog. En definitiva somos blogueros, no el Papa que es infalible, y un buen flammer reconducido nos puede ayudar a afinar nuestro conocimiento y posiciones. Por tanto la táctica básica de eliminar los comentarios y punto puede hacernos perder buenos flames que se reconduzcan a un debate muy interesante. “Kantor” uno de los blogueros liberales que ronda por la red pero con bastante cara y ojos comenzó siendo un flammer mío (y yo de él en otros blogs), y al final es una de las personas que más me ha ayudado a afinar mi postura.

Por ello, lo que recomiendo es tener alguna estrategia para lidiar con los trolls, porqué si simplemente pasamos de ellos, ellos no y aparecerán en nuestro blog de tanto en tanto. Si optamos sistemáticamente por borrarles, perderemos la potencialidad de otros usuarios que hemos confundido con trolls por ser un poco más agresivos de lo normal.

No sé si mi método es útil o bueno, lo que sí me atrevo a decir es que como mínimo es una línea de actuación que tengo en caso de ataque troll y no me pilla improvisando.

• Patada voladora preventiva. Si el comentarista comienza con tonillos agresivos o burlescos, reiterando mensajes que acabas de responder hace una o o dos meses, o buscando el conflico, se le pega un “toque” y se utiliza un tono tajante, duro y contundente, que responda al comentario pero que deje claro que aquí no se andan con tonterías.
• Reconducción de la conversación. Si has logrado quitar la paja y dejar el grano, y por tanto el troll queda claro que es un flammer y busca la polémica no la confrontación por la confrontación, entonces pasa a la fase de reconducción y trabajo con esa persona.
• Establecer un protocolo de actuación con cada troll particular. Una vez trabajado el “grano” y separado de la paja, aún quedan los trolls. Una vez has deducido que tal persona lo que busca es trollear y marear y no criticar tus argumentos, entonces estamos ante un troll auténtico. El protocolo varía de troll a troll pero siempre intento ver que enlaza, a quien cita, que temas le interesan y hacerme una idea del tipo. Además hay muchos contadores que incluyen la capacidad de seguir la actividad desde una misma IP y te permite saber si ese troll te la está “pegando” haciéndose pasar por una persona razonable en otros foros o webs. Una vez identificado el circunspecto ver si hace “doble usuario” y te deja un comentario en un sentido y en el otro para ayudar a su estrategia. También si hay injurias o posibles ilícitos (amenazas, injurias a terceros, etc…) hago captura de pantalla y en lugar de borrar el comentario lo envío a una larga lista de comentarios que ni son spam, ni estan publicados, por si acaso.
• Editar directamente el comentario del troll. Si realmente es un troll que dispara el argumentario y se larga, lo mejor es publicarle el comentario con notas (identificadas como propias del autor, no se trata de crear confusión) que respondan el susodicho comentario. En general tengo unos cuantos trolls ocasionales que vienen con el argumentario negacionista del calentamiento global de turno (al cuál hay sobrada respuesta, y la mayoría está respondido en mi blog), sueltan su perorata aunque el post no tenga nada que ver, por ejemplo un post sobre los rayos cósmicos y te vienen que si el hielo ártico tiene un máximo.. en fín, edición directa del comentario que incluya las respuestas y listo. El troll no volverá, por tanto no paga la pena que destines ni un minuto más del necesario a responderle personalizadamente sinó que dejas la respuesta que ya has repetido N veces para cada uno de los puntos del argumento, adiós y grácias por visitarme.
• Y obviamente eliminar comentarios cuando estos faltan al respeto. Hasta el punto que si el personaje es insistente eliminarle por sistema todos y cada uno de sus comentarios ya que una persona que viene a insultar ha perdido el derecho de hospitalidad que todo bloguero ofrece a su lector para que comente.

Modestamente he iniciado una saga de posts que tratarán sobre los 100 errores de los escritores de blogs. Consejos en negativo de lo que no deberiamos hacer los blogueros. Seguramente cada uno tiene su decálogo personal, y seguramente algunos de los que yo explique sean puras obviedades, otros no estaréis de acuerdo, y otros no aportarán nada.