Ser socialdemócrata está de moda. Parece ser que en tiempo de crisis medio mundo hace un giro (no sabemos si a la izquierda, a la derecha o al lado) en pensamiento económico y abraza las medidas keynesianistas con toda pasión. Es curioso porqué tanto Hayek como Keynes no estaban tan enfrentados en sus posturas y ambos sabían que cierta dosis de planificación y de libertad de mercado eran esenciales para que la economía avanzara de forma racional.
Aplaudiría si no es porqué la causa que ha hecho a todos girar hacia el keynesianismo (o como mínimo medidas menos ultraliberales) ha sido el inicio de una grave crisis económica de tomo y lomo. Excepto unos pocos ultraliberales, que al igual que algunos comunistas cuando cayó el muro de Berlín, que se han enrocado en la hipótesis de que “es que no estaba todo bien liberalizado”, el “main stream” del pensamiento económico vuelve a los cauces keynesianistas, y hoy el estado del bienestar es un bien que pocos cuestionan (sobretodo porqué comenzamos a ver las orejas al lobo y ya no somos grandes triunfadores sino que nos comenzamos a ver como personas que tal vez necesitemos esos servicios sociales).
Pero como todo, no se improvisa. Económicamente una administración no puede, de golpe, girar hacia un keynesianismo habiendo venido de practicar medidas ultraliberales. Por ejemplo, Madrid, que se ha visto en graves apuros para poder pagar las nóminas ha paralizado gran parte de sus proyectos urbanísticos porqué su forma de recaudación se ha agotado. Madrid tenía unos impuestos municipales relativamente bajos y ofrecía unos servicios sociales relativamente malos. Mientras el viento sopla a favor no pasa nada, los ciudadanos de Madrid tienen pocas políticas activas de empleo (Madrid no cuenta como Barcelona con un “Barcelona Activa” con su mismo nivel de impulso) pero si la economía va bien (o al menos eso parece) pocos las echan en falta. Además el propio dinamismo del boum de la construcción genera bastantes empleos. No hace falta tener mucha imaginación, tan sólo dinero para invertir. Con el boum de la construcción y unos ingresos municipales basados en la recalificación y en los permisos de obra, tampoco hace falta tener los impuestos muy altos, los ingresos afluyen a las cuentas municipales como el agua del deshielo.
Ahora que las vacas son flacas, casi nadie construye y los ingresos de ayuntamientos como los de Madrid se han reducido. Entre otras cosas por eso el gobierno en su proyecto para paliar los efectos de la crisis ha lanzado una medida: El Fondo Estatal de Inversión Local, que en principio está pensado para hacer obras de pequeña escala que permitan salvar al sector de la construcción y que está dotado de unos 8.000 M€. El Keynesiansimo significa ir, de forma inteligente, a contraciclo, si cae el consumo privado intentar a través del gasto público incentivarlo, evitar que las empresas quiebren y dejen millones de personas en el paro y si estas están en el paro tener un seguro público que cubra esa eventualidad (ese que algunos desean eliminar). A nivel quirúrjico (que es lo que el Plan E a primera vista me parece que va), a nivel local dota a los ayuntamientos de “cash” para evitar que por la pérdida de ingresos dejen de hacer obra pública que permita un cierto colchón social durante estos años de crisis.
Bien, a Madrid le ha ido bien porqué le ha servido para salvar parte de sus proyectos urbanísticos, una tabla de salvación. Eso no hace que el ayuntamiento de Madrid u otros con un modelo liberal cumpla exacatamente con los objetivos del Fondo Estatal ya que lo que salvarán son las macro-obras, esas que hacen un menor uso de mano de obra (y favorece a los grandes constructores). Es difícil que cuando tus arcas municipales están ahogadas, con la “ayuda” extra puedas hacer otra cosa distinta que tapar agujero. Olvidémonos de hacer política activa de empleo.
Como dijimos, una ciudad o una administración socialdemócrata no se improvisan. España, aún, no es una sociedad con un modelo de estado del bienestar socialdemócrata, una veintena de años de gobierno de izquierda con un intervalo neoliberal de 8 años nos han acercado a los países nórdicos pero aún estamos bastante lejos de sus estándares, también a nivel social: no aceptamos los niveles impositivos de los países nórdicos.
Por ello hay una diferencia muy sutil con lo que ocurre con Barcelona y Madrid. Mientras que Madrid “salva los muebles” y apenas puede hacer políticas activas de empleo y modernización económica, Barcelona tiene una fuente de ingresos más diversificada. Entre otras porqué su gobierno municipal lleva 30 años siendo de izquierdas y su geografía le impide crecer. Eso ha hecho que los ingresos municipales se tengan que diversificar, tener una carga fiscal en otros impuestos algo más alta y además desarrolle unos servicios sociales (además sostenibles en el tiempo) más intensos. Por eso los 283 millones de € que llegan del fondo estatal servirán precisamente para nuevas acciones urbanísticas de pequeña escala. No son necesarios a la ciudad para salvar los muebles, sino para nuevas actuaciones.
Yo aún no me atrevo a valorar las medidas económicas del gobierno para paliar la crisis o superarla, por eso sólo os dejo el enlace al “Plan E” para superar la crisis por parte del gobierno de Zapatero.
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Plan E: http://www.plane.gob.es/
- Twitter del Plan E: http://twitter.com/medidas
Y por otro lado el plan de empleo de calidad del ayuntamiento de Barcelona
Ciertamente ambas ciudades tienen marcadas diferencias de desarrollo, el anarquismo urbano imperante en Madrid y la caja fácil han desarrollado un modelo de ciudad, sin dinamismo social y anclada en clichés, ahora Barcelona se permite una subida menor ajustada al crecimiento del IPC mientras que en Madrid nos comemos los mocos, lo digo con un sentimiento de envidia real, el estado intenta salvar los muebles y ediles madrileños del PP no ves ese esfuerzo presupuestario que realiza el estado, no solo no lo ven sino que vagamente lo critican como en el pleno de ayer en Moratalaz.
En efecto la inversion publica es la mas popular de las medidas que englobamos en el termino politicas Keynesianas.
Sin embargo hay que tener muy presnte que esta crisis en la que parece coinciden varios ciclos, exige ademas madidas a mas largo que las puntuales de inversion publica,mayor plazo tales como refuerzo del sistema de proteccion social,medidas que alteran equilibrios politica de gobierno y sistema financiero y medidas de control de la etica de los negocios. El mas grave error seria pensar que el sitema se ha parado porque una mota, adoquin o pedrusco ha parado la buena marcha de la bola y que sacando este obstaculo todo volvera a girar como Dios manda.
Bien por la inversion publica y por canalizacion en parte al sector local el mas proximo y con carteras de proyectos de micronecesidades que todos resentimos, pero no olvidemos que los valores y etica del sistema han puesto de manifiesto su extrema peligrosidad y no es una atarea facil que tecnicos y politicos coincidan en su necesaria modificacion.