Una de las cosas que ha de resolver el Parlamento Europea que eligiremos este Junio es el estancamiento institucional que sufre. La derrota de la mal llamada “Constitución Europea” en Francia y Holanda ha llevado a la parálisis del avance en la construcción europea.

El reto del Parlamento Europeo es el de desfacer ese entuerto. Cierta izquierda (entre la que se incluye amplios sectores del Partido Socialista Francés, a pesar de su posicionamiento oficial), decidió utilizar el desencanto que sufre la política para sumarlo a un NO para una postura que aparentemente es muy pura en lo ideológico. Después del NO de Holanda y Francia todos los antieuropeistas y la izquierda 68-cista han visto que lo único que se ha conseguido es frenar la integración política y no establecer unos mínimos de los derechos laborales, civiles y sociales para todos los ciudadanos de la Unión. Esa izquierda aparentemente revolucionaria hizo que se quedaran desnudos la mitad de la población de la UE, mientras los ciudadanos que ellos representan (los que pertenecemos a democracias occidentales más o menos desarrolladas) tenemos nuestros derechos sociales, laborales, civiles bien garantizados. Metiendo por el camino en un entuerteo institucional a la UE de mil pares de narices.

Es cierto que el posicionamiento del voto de los eurodiputados o actuales candidatos catalanes fué irrelevante, el SI ganó en España sin demasiados problemas, pero también tenemos que recordar que propuso votar cada uno de ellos.

Ya lo advertía Raimón Obiols, Maria Badia (PSC) es la única cabeza de lista catalana que votó a favor del Tratado. Romeva en contra de su grupo europeo decidió apearse de la construcción europea por unos supuestos argumentos izquierdistas que yo ya refuté en su momento, Junqueras por el propio leif-motiv de su partido decidió sumarse al NO, y de Vidal-Quadras no hay mucho que decir… el NO al Tratado era un NO contra Zapatero y a pesar de que su grupo europarlamentario votó que SÍ, el PP promovió en voz baja y por las esquinas un NO que no se atrevían a dar en voz alta excepto personajes como Vidal-Quadras.

El que se lleva la palma es Tremosa, que después de desbancar a Guardans, para promover una visión algo más neocon de la coalición convergente, lo ha dejado claro… él prefiere la derecha en el gobierno de España, ese PP con el que tantas veces su eurogrupo liberal ha coincidido en votaciones en el Parlamento Europeo. No es que preferir el PP le transforme en un demonio con cuernos, pero sí tira al traste ese discurso soberanista y de “derecha o centroderecha amable y social” o social-liberal con el que se intenta pintar CiU. Tremosa es de esos europeistas que dinamitarían los derechos básicos de los ciudadanos de la Unión porqué la consideran una Unión púramente económica. Por eso votó en contra del Tratado Europeo, porqué la parte de los derechos básicos sociales y sobretodo, laborales, le parecían un exceso para los ciudadanos de la Unión.

En definitiva, no se trata de pintar a todos como malos y a Badia como la única política razonable. Entre los candidatos al europarlamento hay personas de alta calidad política. Romeva es uno de ellos, como también, en la calidad como político Vidal-Quadras, pero ante los del “NO” al Tratado Europeo (que nos devolvió directamente al Tratado de Niza), aún no han planteado alternativas. Los del NO al Tratado son responsables de la parálisis y estancamiento institucional, y no tienen en su cartera un proyecto de desarrollo europeo viable. El PP y CiU por un lado porqué quieren liberalizar las relaciones laborales y reducir bastante los derechos sociales, Romeva y Junqueras porqué desean un Tratado más ambicioso.. ninguno de los dos proyectos casa ideológicamente con el europeismo integrador que permitió construir la Unión Europea. Por un lado PP y CiU quieren reducir los derechos sociales, cívicos y laborales a un mínimo y por el otro hay soñadores que por un proyecto más utópico son capaces de dejar desprotegidos a la mitad de ciudadanos de la UE que no pertenecen a esta acomodada UE-15 con un fuerte desarrollo social (dejando al Reino Unido de lado…).

Por eso este 7 de Junio, también es bueno considerar que propuestas tienen proyectos que permitan desbloquear el estancamiento institucional de la UE que sean viables y no tengamos que esperar a que haya una hegemonía casi absoluta de derechas o de izquierdas en el Parlamento y en el Consejo de la Unión para tirarlas adelante.

Yo lo tengo claro: