Política

Jordi Hereu, agenda Barcelona 2020 y el relato político de la ciudad

He asistido a la conferencia anual del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, en el colegio de periodistas, y a mi parecer el mejor Hereu de todos los tiempos. No porqué la oratoria fuera mejor o peor, ni tampoco porqué por fín, ha decidido prescindir del atril y caminar por el escenario (en pleno estilo de candidato demócrata en los EEUU), seguramente asesorado por su equipo. Básicamente, es la primera vez que el actual alcalde de Barcelona plantea un relato político y no sólo proyectos e ideas. Los que me conocen más personalmente saben que mi capacidad de enamorarme políticamente de un líder determinado es más bien limitada, que no espero grandes logros de ellos, y que considero que el 90% de que sea el o la líder  está más en un conjunto de afortunados sucesos que han hecho que sea él o ella los que están ahí y no otros (algunos más y menos preparados, con más o menos capacidades). Por tanto esto no es peloteo (Jordi Hereu no leerá este post, ni tampoco gente de su entorno más inmediato), y de hecho es algo que de esta conferencia han valorado periodistas no tan amigos de los socialistas.

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No voy a engañar a nadie, soy miembro de la ejecutiva del PSC de Barcelona y por tanto mi análisis estará contaminado por mi posicionamiento y responsabilidad. Ahora bien, antes de ejercer esas responsabilidades políticas soy y he sido bloguero y por tanto seguiré la premisa de intentar mantenerme dentro de un margen de honestidad intelectual.

La política del relato

La política del relato es tan importante que sin ella se puede hacer la mejor gestión de los últimos mandatos, invertir más que nunca, responder a los problemas de la ciudad como nunca que el ciudadano tener una serie crisis de confianza en el equipo de gobierno también, como nunca. Es algo que en los últimos años le he dicho a los dirigentes municipales cuando he tenido ocasión: tenemos todo para que el PSC vuelva a ganar las futuras elecciones municipales, excepto un relato que vertebre toda la acción de gobierno, genere la ilusión y permita vislumbrar un escenario de futuro hacia donde quiere el equipo de Hereu llevar la ciudad.

Últimamente mis ruegos a los dirigentes políticos municipales están siendo escuchados y en este caso, por fín, Jordi Hereu nos ha explicado a los ciudadanos de Barcelona su relato político. Todo hay que decirlo, el resto de partidos no están presentando lo que se llama “relato político”. Xavier Trias tiene una serie de propuestas, muchas de ellas clonadas de las acciones de gobierno municipal, y otras fruto de su estrategia de ser el alcalde de los NIMBY y de querer contentar a todos, Jordi Portabella está construyendo un anti-relato del gobierno: las políticas que se impulsan son buenas pero están mal gestionadas, pero no elabora un relato político propio, y Fernández Díaz, bueno… pues sigue cuidando su jardín electoral con mensajes fáciles (seguridad, prostitución, crisis), pero no sabemos que ciudad quiere excepto que se parecería a un estado policial de tantas veces que pide más presencia policial. De los socios de gobierno ICV, tienen proyectos, ideas y apuestas concretas, no sé si de todo su discurso se puede extraer lo que se llama “relato político”.

Estoy con Antoni Gutiérrez Rubí que sin relato cuesta mucho hacer política y que el ciudadano pueda hacer suyos los proyectos políticos. Recuerdo cuando Maragall se envolvió con el relato de las olimpiadas que tenía detrás otro relato más interesante para la ciudadanía: Barcelona tenía que ponerse al día para ser una capital europea, y los ciudadanos tragamos carros y carretas en molestias, obras, agitación social, problemas de movilidad y unos niveles de servicios menores a los actuales. ¿Cómo produjo un nivel de queja ciudadana mucho menor? básicamente había un relato y los ciudadanos lo podían compartir y hacerlo suyo. Sin relato todas las obras de la ciudad no se viven como propias, sinó algo que hace el ayuntamiento casi a la contra de los intereses de los ciudadanos.

El relato no es la solución a los problemas de la ciudad, evidentemente, porqué si no se tienen proyectos, buena gestión, ideas, etc… el relato es puro humo. Pero habiéndolos, el relato permite ponerlos en su justo lugar. Las ideas se perciben como un proyecto y este como una idea de hacia donde se dirigen los proyectos y acciones de gobierno. Se puede compartir o no el relato, pero como mínimo hay un “algo” que compartir o rechazar en su conjunto y no sólo rechazar acciones concretas. Es además un pequeño antídoto contra los NIMBY o a su manera también para ponerlos en su justo lugar. Los NIMBY si se oponen al relato se encuentran luchando contra un gigante más sólido que el de piés de barro que suelen ser las instituciones, y se han de limitar a luchar por su causa y no convertirse en instrumentos de desgaste puro y duro como en algunos casos se han vuelto.

El relato no mata la oposición, se puede hacer política, propuestas, ideas, proyectos y oposición fuera del relato que ha construido un gobierno determinado, lo único que obliga es a construir otro relato, y al final llegamos a lo interesante de la política: la confrontación de proyectos en su más profunda esencia. En lugar de que Trias y Hereu en apariencia se diferencien en un porcentaje pequeño de propuestas (tal y como muestra el proyecto electoral de Trias presentado recientemente), sí que se visualizan los proyectos de forma más clara, hacia donde va la ciudad que propone Trias y hacia donde la que propone Jordi Hereu.

Los siete elementos clave de la Agenda Barcelona 2020 son el protorelato de Jordi Hereu

A lo que iba, ya he comentado la importancia del relato en la política municipal barcelonesa, y su, hasta ahora, ausencia y los problemas y debilidades que esto provocaba. Bien, pues parece que esta sequía de relato político ha finalizado. Jordi Hereu, en su conferencia de este Jueves ha presentado lo que es un protorelato de ciudad.

Según los expertos, el relato es algo que se expresa en pocas palabras y en este caso más bien se expresa en un concepto (de ahí que indique que es un protorelato), Agenda Barcelona 2020 con 7 ejes esenciales: ser motor económico, ser la ciudad educadora capaz de eliminar el fracaso escolar, mejorar sus conectividades dentro y fuera de la ciudad, mantener el impulso de transformación urbanística de la ciudad, ser una ciudad responsable con el entornoy capaz de mantener como universales ciertos derechos que garanticen la cohesión de la ciudadanía. La crisis económica que estamos viviendo (algunos dicen la más grave de los últimos 70 años) marca esencialmente cualquier realto y proyecto político. Es evidente que no se pueden obviar los más de 100.000 desempleados barceloneses en cualquier relato político. Por ello, como veremos hay ejes realmente sociales y económicos que marcan el reto de la ciudad para esta década, bastante diferente del relato que se construyó para la ciudad en unos años 80 donde los problemas eran de otra índole.

– Ser motor económico del sur de Europa.

Barcelona corre el riesgo de quedar alejados de los motores del centro y del norte de Europa, por ello es clave que Barcelona asuma el protagonismo como motor económico propio. Por ello apostará por la innovación y la creatividad (de ahí proyectos como los de Zona Franca). Potenciará el aspecto de polo logístico y sus centros de investigación e innovación, potenciará su industria creativa pero consiguiendo que esta innovación se traslade a los sectores industriales y productivos. Proyectos como Zona Franca localizarán empresas de excelencia en la industria agroalimentaria y sanitaria, igual que de nuevas tecnologías o la industria cultural, tal y como, por ejemplo ya se ha conseguido con el 22@. La apuesta, también, para un tipo de turismo que no sea tan lesivo con el espacio público y que respete la esencia de la ciudad es algo que también marca el tipo de economía que se va a potenciar. Este proyecto no está construido en el vacío, la tradición industrial barcelonesa se ha ido transformando en nuevas industrias de mayor valor añadido y el relativamente bajo nivel de desempleo en Barcelona no se debe al azar el Pacte per l’Ocupació local (que firmó PSC, ICV, ERC y los agentes sociales y económicos de la ciudad) ha ayudado a ello. La experiencia de Barcelona Activaque este año ha ayudado a la creación de 700 nuevas empresas en plena crisis es un abal a que en lo económico se saben hacer las cosas.

– Barcelona ha de ser ciudad educadora y de transmisión de valores y conocimientos.

Si Barcelona quiere ser motor de Europa no se puede permitir los índices de fracaso escolar que se están teniendo. Una ciudad que educa no sólo se realiza mejorando la calidad de los centros educativos, sinó, por ejemplo, garantizando que la Formación Profesional sea de un nivel de excelencia, y potenciando que los ciudadanos de Barcelona seamos trilingues. Ya sólo por el propio interés económico, pero también por la cohesión social y el garantizar a todos los ciudadanos unas oportunidades básicas.

– Barcelona ha de conseguir nuevas conectividades.

En contra de las ideas de algunos que ya está bien de túneles, de metros, etc… Barcelona, si quiere ser polo logístico, ha de conseguir que se fortalezca el corredor del mediterraneo, terminar de conectar el AVE dentro de la ciudad, y de ahí a la frontera Francesa y de ahí a la red de alta velocidad europea. El puerto ya está preparado para dar el servicio que la ciudad espera de él, pasando de poder gestionar 35 millones de toneladas a 75 millones de toneladas, pero es necesaria la conexión ferroviaria para hacer mover toda esa carga. Barcelona tiene el reto también de conseguir una conexión ferroviaria mejor con el Pirineo (actualmente un verdadero drama). Además la conectividad dentro de la ciudad ha de conseguir conectar sus extremos, que Santa Coloma conecte con el Prat, que el transporte público continúe ganando peso para poder mejorar la conectividad interna, la conexión intermodal de la Sagrera que permitirá casi 100 millones de viajeros al año será pieza clave del futuro de la ciudad. Por último, aunque son infrastructuras que dependen sobretodo del govern de la Generalitat, Barcelona ha de poder participar en las decisiones que afecten a las cercanías ferroviarias y al aeropuerto del Prat.

– Barcelona ha de continuar manteniendo su impulso transformador del espacio urbano.

El urbanismo de Barcelona, que ha sido ejemplo en el mundo de como transformar una ciudad sin llegar a endeudarla, y respetando la propia esencia de la ciudad yendo a mejorar la cohesión social (por ejemplo todas las reformas de Nou Barris o la abertura del barrio del Raval), es algo que no se puede perder. Una ciudad nunca termina de estar hecha del todo y nuevas necesidades generan nuevas acciones. Por ejemplo, si queremos que el AVE llegue a la Sagrera y queremos tener una estación intermodal que mueva 100 millones de viajeros, todo el entorno sufrirá una transformación. La clave es hacer transformaciones como als que se han ido haciendo que estén pensadas en la cohesión social. Buscando ser motor económico y buscando nuevas conectividades se ha de conseguir mayor cohesión social. Hay varios ejes de transformación esenciales y luego otros menores, durante los próximos 10 años: el eje Sant Andreu, Trinitat, Vallbona que verá su transformación fruto del paso del AVE, el nuevo Campus universitario del Besós que irá acompañado de un conjunto de nuevos equipamientos: el nuevo zoo, museos, etc.. recopilando más de 60 proyectos municipales para la zona, la nueva área económica de la Zona Franca y la Marina, la recuperación de la Plaça de les Glòries como un espacio de ciudad tal y como contemplaba el pla Cerdà, la transformación de la zona central de la Diagonal para mejorar la conectividad pero también para ganarla a los ciudadanos, o conseguir que Collserolla se consolide como parque natural.

– Barcelona ha de ser corresponsable con su entorno.

Las grandes ciudades pueden ser grandes generadoras de contaminación y consumir recursos no renovables. En la actual coyuntura de combate al calentamiento global, pero también con un compromiso al conjunto de retos ambientales, cambios en las políticas energéticas, etc.. Barcelona ha de seguir liderando su capacidad de ser sostenible. Visto que los estados tienen dificultades a la hora de conseguir estos compromisos, recae la responsabilidades a las ciudades y sus áreas metropolitanas. Esta apuesta por la sostenibilidad no viene de hoy, sinó que ya se lleva haciendo. La reforma del Fórum sirvió entre otras cosas para mejorar la capacidad de producción de energía de la ciudad por mecanismos más limpios, el tener el mayor ecoparque de reciclado y recuperación del mediterraneo, para poder poner a punto una nueva depuradora del Besós que libere menos contaminantes al mar, etc… Otras apuestas como ser ciudad experimental para los coches híbridos que lancen compañías como SEAT, la nueva contrata de limpieza que permite un mayor reciclado y recuperación de residuos o el tratamiento de aguas freáticas de la ciudad, las políticas de movilidad que potencian el transporte público, son ejemplos de que Barcelona en este aspecto puede seguir liderando su lucha por ser una ciudad más sostenible. No sólo porqué como ciudad y área metropolitana ha de ser corresponsable y evitar trasladar al resto del mundo en emisiones y contaminantes sinó que en este aspecto la lucha por la sostenibilidad ayuda a fijar proyectos económicos y talento de alto valor añadido.

– Ciudad cohesionada que garantice los derechos reconocidos como universales.

La dependencia, el desempleo persistente o la pérdida de la vivienda son problemas que como sociedades estamos afrontando para que no sólo sean individuales. Las ciudades tienen un papel esencial en ayudar a otras administraciones a que estos problemas no se afronten en el vacío para cada ciudadano. Entre otras cosas Barcelona no puede fracasar en la segunda generación de inmigrantes. No podemos aceptar una sociedad que como en algunos lugares de Europa le niega la capacidad de hacer un proyecto personal a los hijos de los que hace poco han llegado a la ciudad. Tampoco Barcelona puede ser un conjunto de retazos multiculturales, como pequeños departamentos estancos, en una falsa tolerancia. Los ciudadanos de Barcelona han de poder sentirse partícipes del proyecto colectivo de ciudad porqué esta es capaz de ofrecerles oportunidades y es capaz de romper los mundos estancos a los que tenderían ciertas políticas y la propia inercia.

– Una ciudad que es capaz de realizar una gobernanza a nuevos niveles.

Desde la consolidación de la Barcelona de los barrios que han de ser la nueva estructura de proximidad para el ciudadano, ser el motor donde se inicie la microtransformación urbanística, pasando por impulsar la Área Metropolitana para poder conseguir que Barcelona sea la capital de Catalunya que el territorio necesita y consiga alianzas con el resto del territorio (por ejemplo el eje mediterráneo o el eje Barcelona – Pirineos). Por otro lado aprovechar la capacidad de haber sido nombrada por 47 estados capital del mediterráneo y utilizar esa capitalidad para conseguir ese protagonismo político y de oportunidades que ayude a ser el motor económico y de proyección de derechos sociales del sur de Europa y del área mediterránea.

Dicho así puede sonar muy utópico, incluso bonista. Pero sin este “sueño” de ciudad, ese objetivo a largo plazo, esa perspectiva de que Barcelona quiere Jordi Hereu y el proyecto político del PSC no podemos construir un relato de ciudad. Se puede tener el mejor “programa” de gobierno y los mejores equipos humanos para implantarlo, pero sin relato es imposible ilusionar y conseguir que los ciudadanos entiendan a donde quiere ir la ciudad. Por fín tenemos un alcalde que ha recuperado la mejor tradición de un Maragall que consiguió ilusionar a una ciudad. Tenemos un alcalde que no sólo gestiona y tiene proyectos políticos, tenemos un alcalde que sueña con la Barcelona del 2020 y por fín, comparte su sueño con los demás.

Otra cosa, a parte, es que tenga él y su equipo la credibilidad para que los ciudadanos piensen que lo puede llevar a cabo, que se comparta o no el sueño (por ello hay otros que deberán explicarnos su sueño de ciudad, que espero que no sean pesadillas), pero el hecho de que Jordi Hereu nos haya explicado la Barcelona soñada para el 2020.

Como decía Barcelona ha de arriesgar en estos elementos de la agenda para evitar poner en riesgo los valores que ha tenido la ciudad desde la democracia: la cohesión social, el progreso económico y la transformación urbanística de una ciudad densa que no puede crecer en superficie urbanizada.

PD: Al finalizar el artículo he descubierto que la web de Barcelona ha reproducido el texto del discurso del alcalde. http://www.bcn.es/alcalde/es/articles11.htm

No me olvido de que he de comentar la candidatura de Barcelona para las olimpiadas de invierno de 2022.

Soc coordinador de la revista electrònica i xarxa de bloggers www.socialdemocracia.org, webmaster de la UGT de Catalunya i militant del PSC.

7 thoughts on “Jordi Hereu, agenda Barcelona 2020 y el relato político de la ciudad

  1. Hola, José.

    Estoy esencialmente de acuerdo con lo que dices en tu entrada.

    Ahora intentemos aplicarlo al caso Madrid-Gallardón: un alcalde sin relato, o, si lo tiene, se lo cuenta a sí mismo en la intimidad… es decir, un alcalde que prescinde completamente, en plan désponta ilustrado, de la opinión de los ciudadanos y también de la necesidad de explicarse ante ellos.
    Que se embarca en unas mastodónticas obras en Madrid, rodeado del que no dudo que es un buen equipo técnico, y la endeuda hasta las trancas, sin explicar claramente cuál es el objetivo… Que, en teoría, tiene a sus ciudadanos cada vez más hartos y enfadados por soportar continuas obras y cada vez peores servicios (con la inestimable ayuda de Desesperanza Aguirre, que en ésto último le gana por goleada)… y, finalmente, que no para de ganar elecciones por abrumadora mayoría.

    ¿Cuál es la explicación?

    (Entendiendo que influye mucho, por supuesto, la manifiesta incomparecencia del contrario desde hace ya bastantes elecciones, claro…)

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