Lucía Figar (PP), consejera de educación de la Comunidad de Madrid tiene algunos problemas con los trabajadores del sector. Le están montando bastantes huelgas. No quiero entrar en el fondo de las huelgas, aunque podéis informaros sobre los motivos de estas aquí o aquí.
A nadie le gusta las huelgas cuando se es consejero de educación, Ernest Maragall (PSC), las sufrió bastante durante los años que ejerció de conseller d’ensenyament de la Generalitat. También por querer cambiar la ley de educación autonómica.
Distintos gobiernos, distintos colores, y vagas en el sector por motivos muy parecidos.
Entendiendo que la consejera de educación de la CCAA de Madrid ha de defender su postura y que se puede sentir presionada y por tanto, es evidente, que no tendrá nada bueno que decir de los huelguistas, la argumentación más sólida que utiliza es que “es una huelga política”.
Huelgas que intentan frenar un cambio legislativo, siempre son políticas. El carácter de las huelgas generales siempre ha sido político porqué se pretende cambiar la línea del gobierno en un determinado tema. Aquí, en Suecia o en Alemania. No existen “huelgas no políticas” cuando el objetivo claro y declarado es frenar un cambio legislativo.
Pero entendamos que pretende decir la consejera Figar, más bien son “huelgas con el objetivo de desgastar políticamente al gobierno de la CCAA de Esperanza Aguirre”. O sea, que el objeto de la huelga: cambiar una ley, esconde un objetivo más profundo (e ilegítimo), echar fuera al gobierno de Esperanza Aguirre. De esto hablé anteriormente en otro artículo de esta entrega.
Pero es que hoy se supera en los contrasentidos. Indica que la ausencia de ANPE o CSIF, los sindicatos corporativos del sector, en esta segunda o tercera ronda de huelgas realmente implica que es una huelga política.
Vayamos a tirar de hemeroteca, la consejera Figar hace unos meses, con la huelga de ANPE, CSIF, UGT y CCOO decía ya el 20 de septiembre que la huelga es política. CON TODOS LOS SINDICATOS.
Ahora que han habido dos que se han descolgado de la convocatoria, el 20 de octubre (un mes y dos sindicatos de diferencia), ahora, ahora sí que es una huelga política según la consejera ( por tanto se deduce que antes que sí estaban ANPE y CSIF, no debía serla):
Por tanto, solo cabe deducir tres posibles conclusiones:
– Antes la consejera Figar mintió al afirmar que la huelga era política cuando también salían a protestar CSIF y ANPE.
– Miente las dos veces y lo que hace es utilizar el espantajo de que las huelgas son políticas (y malvadas comunistas y mutantes), sin más criterio que justificarse ante la opinión pública y deslegitimar las protestas.
– Considera que ANPE y CSIF actúan de forma política-comunista-mutante cuando no coinciden con su criterio y dejan de ser traidores-comunistas-mutantes cuando vuelven a compartirlo.
Como CSIF y ANPE no fueron abducidos por alienígenas o ultracuerpos en septiembre y luego liberados en octubre, y por tanto sus decisiones responden a criterios meditados de índole sindical y ni antes eran traidores-comunistas-mutantes y ahora son ultra-buenísimos, cabe pensar que o bien es la opción 1 o la 2. O la consejera de educación del gobierno de la CCAA de Madrid mintió en septiembre, o miente en ambas ocasiones.
En definitiva si algo demuestra sus declaraciones es que no ha sido honesta a la hora de explicar su postura en la huelga del sector educativo madrileño.
One thought on “Zeitgeist antisindical VI: Las huelgas políticas de Lucía Figar”