Artur Mas está construyendo un relato digno de ser incluido en el hit de la comunicación política. Está en pleno afán de recortes sociales, de persecución de los movimientos de protesta (incluso los “del sistema”), de recortes en gasto público y de desmantelamiento del estado del bienestar.
Llegó al gobierno con la intención de crear cientos de miles de puestos de trabajo como promesa electoral y en año y poco ya se ha olvidado. La crisis, debe ser algo que les pasa a los españoles y que por osmosis maligna nos la contagian a los catalanes, puesto que más allá de recortes, el gobierno ha sido incapaz de iniciar cualquier mecanismo de devaluación interna o de mejora de la competitividad de la economía catalana. El trabajo que no hace el gobierno lo han hecho la patronal catalana y los sindicatos con la AIC, pero es insuficiente porqué ellos solos no tienen los mecanismos de políticas activas de empleo ni de inversión para relanzar la economía. Tampoco la Generalitat, muchas de las políticas que pueden hacerlo dependen de grandes acuerdos estatales. Pero es que en este aspecto, la inacción de la Generalitat es gloriosa, y su política de recortes lo que hace es agravar aún más la crisis. Como decía Hereu, en la Generalitat no hay consellers sino contables.
La crisis no existe, todo es problema del pacto fiscal
Pues bien, olvidada ya la promesa de creación de puestos de trabajo, Artur Mas lanza su cortina de humo para dejar de hablar de crisis. El grupo Godó ya no habla de ella. TV3 le da un tratamiento como si fuera algo que no fuera con Catalunya. En definitiva la crisis, el paro, el principal problema que ven los ciudadanos, es algo ajeno al debate político en Catalunya.
Artur Mas, maestro de ardides comunicativos desde que David Madí decidió dejar de enviar vídeos agresivos, se descolgó con una prenda a la que ERC e ICV no podrían dejar de entrar: el Pacto Fiscal, y en la que fuerza a entrar al PSC, sobretodo a este PSC gobernado por la junta de alcaldes, que temen perder votos en el ala federalista, maltratada, ninguneada y vapuleada (y a la que los intentos patéticos de Nou Cicle de descolgarse aún la debilitan aún más).
Desengañémonos. Con mayoría absoluta del PP y más bien la dependencia de CiU de los votos de este para tirar adelante cualquier propuesta, que se hable del pacto fiscal es tan poco realista como plantear unas olimpiadas de invierno en el Sáhara. Es un puñetero timo, un fraude hecho relato político. Repito, es una puñetera mentira que han urdido en el think tank de Convergencia para despistar de lo que está ocurriendo: crisis y recortes y que los recortes no solucionan la crisis sino que la agravan.
Y es que los ineptos que nos gobiernan en la Generalitat creen que la crisis es coyuntural que dejando pasar el tiempo se superará y que todo volverá a ser como antes (incluso volverá a ser como cuando gobernaba Pujol). La crisis pasará cerrando los ojos, superando lo peor, apretando los dientes y dejando pasar el tiempo. Sí señor..
Y para evitar perder votos, que se hable que no hacen nada, o peor que lo que hace agrava la crisis (por ejemplo liquidando las políticas activas de empleo), tiran de algo imposible.
Vuelvo al tema del pacto fiscal. Es un puñetero fraude, no porqué pudiera ser necesario, sino porqué ni sus impulsores creen que vayan a conseguir nada.
Fraude, porqué en las circunstancias actuales el PP no se lo va a ofrecer a CiU ni a nadie, ¿en base a qué va a presionar CiU? ¿no votarle en el Congreso?. Me apuesto 100 a 1 a que CiU seguirá apoyando las principales medidas del gobierno (como la reforma laboral), solo por mantener el ténue apoyo que le hace el PP en el Parlament. Ahora mismo manda más Alicia Sánchez-Camacho que Duran i Lleida en el grupo “catalán” en el congreso de los diputados. Seamos serios, si Artur Mas cree que cualquier persona con un mínimo de formación en politología pueda caer en la trampa de que el pacto fiscal vaya a significar algo real o útil en los próximos 3 o 4 años es que realmente piensa que gobierna un país de chimpancés con ínfulas. Nos cree idiotas.
Entiendo que ERC e ICV que tienen en su ADN la soberanía de Catalunya de una forma más marcada no puedan descolgarse. CiU no les puede pasar por la izquierda en ser más indepes que nadie. Entiendo, aunque yo en su lugar los desenmascararía. CiU no llevará la independencia de Catalunya a la realidad. No está en su ADN, no está en el pensamiento de sus votantes, no está en sus debates reales de sus dirigentes, por mucho que sus juventudes jocosamente proclamen repúblicas catalanas. Son nacionalistas, no independentistas, jamás en sus 30 años de historia han apostado como hace ERC por algo parecido a la independencia, más allá de apoyos gratuitos que hasta muchos federalistas hemos realizado tranquilamente. CiU es la del “peix al cove”, sigue siéndolo, y sigue demostrándolo con su postura en el Parlament de Catalunya. CiU soberanista prefiere apoyarse en el PP en lugar de ERC, porqué este primero le es más cómodo ideológicamente. CiU es más de derechas (y sobretodo este gobierno liderado por una panda de supuestos liberales empachados de economistas austríacos) que independentista.
Pero en esta trampa han caído incluso el PSC y sorprendentemente Ciutadans. El PSC en nuestros debates internos nunca nos hemos planteado el concierto económico vasco, de hecho nuestro “Pacte Fiscal” está expresado en el Estatut d’Autonomia que Maragall y Montilla defendieron con uñas y dientes, mucho más que todos los supuestos soberanistas de CiU. A Maragall el “Pacte Fiscal” del Estatut, le costó la defenestración interna y a Montilla parte de la derrota electoral. Tendríamos que reivindicar el Estatut y dejarnos de zarandajas estratégicas del Pacte Fiscal. Aún cuando hayamos sido la única organización política en llevar algo escrito a la reunión.
¿Sorprendente? No. CiU cree tanto en el Pacte Fiscal que ni se ha molestado en presentar un puñetero papel o propuesta escrita, ni tan solo de intenciones. ¿Para qué? Todo es humo y espejos y en esta lógica del relato político nadie necesita papeles.
Pues bien, el PSC en su actual deriva hacia la nada más absoluta cae en el error de no reivindicar los avances realizados, con coste en “sangre” y en votos, sino, temiendo la huida de votos del sector catalanista, hacer el guiño por el Pacte Fiscal.
El Pacto Fiscal no es un avance nacional, sino una exitosa manera de mirar a otro lado de los problemas reales
Yo me considero más del sector catalanista que del sector de la junta de alcaldes preocupados por mantener sus sillas y poco más que dirige el PSC. Y a mí no me seduce la idea de que el PSC ayude a generar una bola mediática y política alrededor del relato político de CiU. Soy catalanista, quiero avances sociales y nacionales para Catalunya, no juegos de manos, luces y espejos y pérdida de credibilidad con el resto del estado, y de divorcio entre los problemas reales de la sociedad y la política.
Para mí un “avance nacional” es un proyecto de mejora de competitividad de la economía catalana. No solo porqué el Pacte Fiscal no avanza en nada de todo esto, que no lo hace, sino porqué aunque secuestráramos a Rajoy y lo sustituyéramos por un robot a las órdenes de David Madí, la mejor financiación pública nos daría solo un poquito más de aire, pero no arreglaría ni un solo problema de la economía catalana. Tan solo daría más tranquilidad a los contables de la Generalitat, pero de aquí a un año volveríamos a estar en las mismas.
Con respecto a los nacionalistas, el problema se lo dejo a los que son conservadores y nacionalistas, ellos sabrán que cafres quieran que dirijan sus organizaciones políticas. Si prefieren majaderos sin idea en economía y más pendientes de triunfar en la demoscopia, repartir cargos y cobrar el 3% mejor para ellos y peor para todos.
El PSC deja huérfano el espacio socialdemócrata
Me preocupa precisamente el espacio socialdemócrata en Catalunya. Que CiU meta a todos en una majadería y que acríticamente entre el PSC en este proyecto en lugar de decir lo que es: una burda estrategia para no tratar lo que el govern de la Generalitat no tiene ni idea de analizar y mucho menos de afrontar, los problemas de competitividad y crecimiento, me parece un episodio más del regate corto al que juegan los dirigentes de mi partido.
El problema ahora mismo es mío y de los votantes socialdemócratas que estamos, siento decirlo, huérfanos. A medio y largo plazo será del PSC si no cambia. Los votantes socialdemócratas encontrarán o fundarán otra opción, la reforzarán y la coparán. El espacio socialdemócrata en Catalunya es plural pero estaba focalizado más en el PSC, esa centralidad puede llevársela otra organización política existente o aparecer una de nueva si el PSC sigue actuando así. Se tardará más o menos. Pero lo que no entiende el PSC, a pesar de que ahora solo tiene 28 diputados, es que la socialdemocracia no la tiene en exclusividad y que los votantes ya no le tienen la fidelidad histórica. Igual que el govern cree que la crisis pasará si se cierra los ojos muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte, la dirección del PSC cree que la actual crisis política del PSC y de alejamiento con el votante socialdemócrata se arreglará cerrando los ojos, dejando que la crisis pase y se olviden de nuestros errores cuando gobernábamos. Una tontería, porqué lo primero que hemos hecho nosotros es olvidarnos de nuestros aciertos. Y dudo mucho que dilapidar la credibilidad en gestión del territorio como hacen algunos alcaldes del PSC al defender Eurovegas ayude a nada.
Y mientras tanto, en otra realidad paralela, hoy hay más parados que hace un año y más gente que ya ha perdido las prestaciones por desempleo.
Que el Pacte Fiscal es un timo, una nube de humo para distraer de la crisis está claro. Que el Pacte Fiscal no sea realista, o que no vaya a arreglar los verdaderos problemas de competitividad de la economía catalana, es totalmente indiferente.
Pero si no se planterara el Pacte Fiscal estoy convencido de que tampoco tendríamos ningún proyecto de mejora de la competitividad, ni se afrontarían los problemas reales de nuestra sociedad (ni por parte de CiU, ni de PSC, ni de nadie). Seguiría aumentando el número de parados, e igualmente se producirían los recortes y el desmantelamiento del estado del bienestar, mientras se les ocurriría alguna otra “nube de humo” para mantenernos distraídos.
Así que al menos el Pacte Fiscal tiene el “mérito” de lograr mantenernos distraídos de la deprimente realidad, y quizás consiga que no sólo nos dé un poco más de aire (como tú dices) sino un poco más de independencia económica y así poder suicidarnos nosotros solos, sin la inestimable ayuda del resto de España.
Saludos,