Hace unos días comentaba que el accidente ocurrido en una maquila téxtil de Bangladesh no era inevitable, quemuchos aspectos explotación laboral donde incluso se ataba a los trabajadores a la pata de la mesa de su zona de trabajo para evitar que hicieran huelga no tenía que ver con la productividad tal y como se podía entender desde un punto de vista economicista.

Temía que artículos del estilo de Roger, aunque no tenían esa intención podría llevar a un efecto desmovilizador por dar la imagen de inevitabilidad económica. Ese miedo se ha visto paliado. Al igual que el accidente de Bhopal ha llevado a las empresas químicas transnacionales a mejorar sus instalaciones para evitar fugas dramáticas debido a la presión (sobretodo en EEUU), los diversos accidentes produciedos en maquilas en Bangladesh ha llevado a una serie de compromisos de las empresas transnacionales que contratan su producción en maquilas de este tipo.

Sin tanto sonido mediático la presión sindical internacional en la forma de las federaciones IndustriALL Global Union y UNI, afiliadas a la CSI*, han forzado un acuerdo con las asociaciones de empresas textiles y las propias empresas transnacionales para mejorar la seguridad de las plantas de Bangladesh donde se hacen sus productos. En España las federaciones de industria de CCOO y UGT (las principales representantes en España de IndustriALL y UNI) han llevado la presión a las transnacionales con sede en España, presión que también se ha llevado a la calle.

El acuerdo incluye la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores de las maquilas bangladeshis, incluso mejoras salariales, con compromisos económicos (de hasta 500.000$ anuales para cada centro de producción) sobre la dedicación a la seguridad de los edificios y de los trabajadores. Como indicaba en mi artículo, aunque la productividad de los trabajadores de maquilas bangladeshis es baja, hay costes relativamente pequeños (medio millón de dólares para MANGO o El Corte Inglés es una menudencia en sus cuentas anuales) compatibles con la productividad bangladeshi y que permiten mejorar muy sensiblemente las condiciones en las que se encuentran los trabajadores.

Aunque esta noticia seguramente tenga menos atención en los medios que las dedicadas  al accidente y tendrá menos reacciones por parte de analistas y opinadores que si este logro lo hubiera conseguido cualquier movimiento social emergente, tiene mucha importancia. En palabras del secretario general de UNI, Philip Jennings:

“¡Lo conseguimos! Este acuerdo es un cambio decisivo. Estamos estableciendo normas que señalan el final de la competición a la baja en la cadena de suministro global.”

Seguramente la atención de medios, analistas y opinadores alrededor de cualquier de acción de solidaridad de algún movimiento emergente que tal vez no tenga más alcance que la ayuda puntual o la conscienciación de un problema tendrá mucha más difusión.

A pesar de ello, hoy es un día muy importante para el sindicalismo internacional y para los que creemos que la acción sindical es una de las principales herramientas que tienen las clases trabajadoras del mundo para luchar contra la explotación.

Nota al pie: Los sindicatos afiliados en España a IndustriALL y UNI son las federaciones industriales de los sindicatos de clase no coorporativos y por el otro de las federaciones de servicios y comercio de  los sindicatos de clase españoles de toda la vida, es decir, CCOO y UGT más algunos otros minoritarios (USO, ELA, etc..). Ha sido el trabajo de este tipo de sindicalismo el que ha alcanzado este acuerdo.

No ha sido la acción de los sindicatos “combativos” anarquistas, ni sindicatos coorporativos/amarillos, a pesar de que, por ejemplo, FASGA y FETICO tienen una fuerte presencia en dos de las empresas transnacionales que tienen plantas en Bangladesh (El Corte Inglés y MANGO).