Después que la tuneladora haya superado la fachada de la Sagrada Familia en la construcción del túnel del AVE, los que auguraban que esa obra sería nefasta para el munumento callan.
Es verdad que movimientos de tierra posteriores y la reorganización de las aguas freáticas pueden provocar pequeñas modificaciones del terreno que causen afectaciones a los edificios colindantes, pero la principal amenaza, que se realiza en la perforación del túnel ya ha pasado.
Algunos ya lo decíamos hace años, mientras las Casandras auguraban el caos y la destrucción, el fin de la Sagrada Familia y la destrucción de medio Eixample. Otros ya auguraban que las alternativas al trazado por el Eixample eran o absurdas o menos eficientes.
Mientras tanto, las plataformas NIMBY de turno se dedicaban a poner el grito en el cielo, otros intentaban hacer recolecta de votos a costa de menoscabar la credibilidad de la política. Xavier Trias y Fernández Díaz, en su más clara forma de populismo barato que ha caracterizado su oposición, hicieron propuestas de lo más ridículo: desde que el AVE no entrara en Barcelona y fuera por el Vallés, a que o bien la Sagrera o Sants fueran un cul de sac al estilo de la estación de França, dándole ineficiencia al sistema de Alta Velocidad de la capital catalana, o haciendo que diera giros imposibles y vueltas inviables por el Litoral.
El sistema más eficiente, que permite descongestionar el túnel de Passeig de Gracia al absorver parte del largo recorrido que pasa por él, que minimiza el número de viviendas que podrían tener afectaciones, que une dos hubbs de conexión como son Sants y lo será la Sagrera de forma más eficiente y rápida, el sistema que garantiza la mejor conectividad de la alta velocidad es la propuesta que se está realizando.
Todas las objecciones, que por parte de los NIMBY podrían ser entendibles: los vecinos tienen derecho a expresar cualquier psicosis fruto de fallos garrafales como en la construcción del metro del Carmelo, en cambio Xavier Trias y Fernández Díaz, que pretenden gobernar la ciudad (posiblemente los dos juntos) deberían asumir un papel más responsable. Afirmaciones valientes como que el AVE no debería pasar por el Eixample (que se jodan los habitantes de la fachada litoral, los de Ciutat Vella y Sant Martí), de oponerse sistemáticamente a la obra del AVE que una Sants y Sagrera, de querer que se aplace la obra y que vuelva a rehacerse todo el trazado por el Vallés a indicar que el trazado carece de sentido común, con propuestas en el Plenario del Ayuntamiento para que se pare las obras una vez en marcha, las ruedas de prensa insistiendo en que se continúa alarmando a los ciudadanos de que la obra del AVE podría causar daños en los edificios, no deberían de pasar de rositas una vez se ha demostrado que el túnel no ha causado ningún desperfecto a la Sagrada Familia o los daños anunciados a las viviendas del Eixample. A todo esto ERC también ha coqueteado con hacer caso a la postura NIMBY en este mandato.
Lo único que le pido a Xavier Trias y al resto de Casandras que desde el poder político se han dedicado a ayudar a hacer crecer una psicosis y dar alas a unos NIMBY por un puro y sucio cálculo electoral, es que como mínimo nos pidan disculpas a los ciudadanos de Barcelona por habernos tenido asustados sobre unas obras que se han demostrado eran correctas, seguras y como decía la UNESCO y los ingenieros no dañarían la obra de Gaudí. Es evidente que Xavier Trias y algunos de los políticos de la ciudad pretenden ser los “alcaldes NIMBY”.
Es que a la familia…a la familia ni se toca, es sagrada