Los datos de la inflación y no solo eso, los datos de empleo registrado recientes indican que Barcelona y Madrid (y de hecho Catalunya y España) están teniendo ritmos distintos a la hora de salir de la crisis.
Mientras Catalunya y especialmente Barcelona vuelve a crear empleo industrial incluso en Julio (unos 14.000 empleos netos), este empleo industrial no se está creando al mismo ritmo en el resto del estado (y menos en Madrid que es de las regiones que menos depende de la industria).
Pensaba que era un dato pasajero, fruto de un buen año y un buen mes (en comparación con los anteriores) en la provincia de Barcelona y en Catalunya, pero viendo los datos de inflación no.
Podemos ver como la inflación tiene un comportamiento muy distinto para Barcelona y Madrid, y de rebote para Catalunya y España.
Es evidente que Madrid lleva un año que los precios no suben y en parte es porqué su consumo está estancado mientras que en Barcelona los precios ya muestran una subida que indica un crecimiento del consumo y la demanda mayor (la variación de precios de carburantes afecta más o menos igual a Madrid y Barcelona y en este último año ya no influye tanto ese factor como en el año anterior). Lo mismo ocurre en Catalunya (empujados por Barcelona) con respecto a España.
Si algo evidencia es que las políticas públicas capaces de afectar a la economía desde Madrid y desde Barcelona requieren necesidades diferentes. El problema, es que el grueso de esas decisiones se toman en ámbito estatal y se harán con la visión madrileña y española.
Esto no sólo ocurre con medidas coyunturales que pueden influir en precios y salarios, sino en medidas a largo plazo tal y como muestran el desprecio al transporte de mercancías ferroviario ya que sólo interesa a las regiones más industrializadas (Euskadi, Catalunya, Valencia, Aragón).
En todo caso, lo que está claro es que el 2015, Catalunya y Barcelona especialmente están demostrando un comportamiento económico distinto al de España en general y particularmente al de Madrid.
Dos motores de la economía española que tienen diferentes ritmos, necesidades y uno de ellos parece calentarse y tirar, mientras el otro sigue languideciendo. Y dos motores que requieren dos tipos de políticas distintas, no tengáis ninguna duda, como siempre, las que se harán no son las que benefician al motor que está tirando.