Ayer en la sectorial de ciberactivismo del PSC escogimos un nuevo delegado nacional, el compañero Cristobal Avilés, que dirige el nuevo equipo en el que permanezco.
Durante 3 años he ejercido esta responsabilidad, desde la marcha de Jose Antonio Donaire, hasta esta última semana.
El motivo para dejarlo ha sido puramente político y la decisión ha sido personal. He derivado en posturas en el eje nacional, pero también en el económico que no son mayoritarias dentro de la sectorial, y aunque no he utilizado mi cargo para defenderlas, a veces es mejor que en temas tan claves como este, quien sea el portavoz y la cara pública de una organización ha de ser alguien más cercano a la línea que genera más consenso entre los miembros de esta.
A pesar de las barrabasadas que he hecho (y de las que no reniego y que me siento responsable y puedo dar la cara por ellas) no he recibido ninguna presión por parte de la dirección del PSC y que la relación con la dirección del PSC en general y en particular con los titulares de redes sociales, Aroa Arauzo y Jordina Freixanet ha sido excelente, tanto en lo personal como en lo político respecto a mi responsabilidad. He sentido que se respetaba la idiosincracia de la sectorial, la defensa de un activismo en la red más orientado “al enjambre” que al zombiectivismo, y que las discrepancias de fondo con la dirección que he mantenido con la dirección no han enturbiado la relación con ellas o con el resto de la dirección del PSC.
Por otro lado, no marcho del PSC, de momento, ni quiero dejar de participar en la sectorial. Junto a Carlos Guadián formamos el área de observatorio de estrategia en la red de la sectorial en la que desde un punto de vista más analítico creo que puedo seguir aportando.
Creo que Cristobal lo hará mejor que yo, y el equipo que ha montado, en el que ambos hemos creído que yo podía seguir participando, va a hacerlo mejor. Una sectorial depende mucho de las ganas y el ímpetu que ponga quien la encabeza y Cristobal viene con fuerzas y ganas.
Más allá de eso, desde los 24 años, hasta ahora, con 37, no había dejado de ejercer cargos de cierta responsabilidad a nivel orgánico, secretario de organización de mi agrupación (luego de política municipal, me va bastante esto de los “downgrades” que tan poco se estila en política), luego miembro durante 5 años de la ejecutiva del PSC de Barcelona y delegado nacional de la sectorial de ciberactivismo, además que durante 8 años ejercí de conseller de distrito.
Hoy, más allá de la responsabilidad de segundo orden (pero que cojo con cariño) dentro de la sectorial ya no tengo ninguna responsabilidad en el PSC. Y prácticamente todo han sido procesos que he escogido personalmente. Algunos algo más traumáticos como mi marcha de la ejecutiva de federación de Barcelona, y otros llevados con más naturalidad, cariño como este último.
Sé que hay quien en “can PSC” temen lo que pueda hacer con “tanto tiempo libre”… pero más allá de la pequeña broma, creo que también forma parte de ciertos ciclos. Cuando uno está en el “lado oscuro” dentro de una organización política es normal que deje la primera línea orgánica para construir alternativas, los cargos ejecutivos para los “oficialistas” que supuestamente representan la mayoría. El desgaste y la responsabilidad les corresponde más a ellos.
Hay quien me define como “francotirador” en política, por la capacidad de disparo focalizado que suelo tener. Yo me considero más un artificiero que hace volar convenciones y lugares comunes, para evitar que se construyan zeitgeists conceptuales desde las estructuras de poder a las que cuestiono.. vamos un Derrida de tres al cuarto, y ahora tengo mucho más margen que hace 2 años para hacerlo. Formo parte de ese elemento de destrucción creativa que si no existiera se impediría el crecimiento y la adaptación de cualquier organización y sociedad.
Más allá de ese papel de zapador que tan bien se me da y en el que me he ido ubicando, ahora se abre una etapa de incertidumbre. La cultura política en la que se vive en las organizaciones políticas te hacen creer que si “no sigues en el candelero” y no sigues ejerciendo algún que otro cargo ya no pintarás nada. Es una manera en la que la dirección consigue su control sobre los cargos intermedios, haciéndoles aspirar a un continuo progreso en la estructura de poder del propio partido, cuando la realidad es que el poder queda restringido a muy pocas manos. Ya he salido de la rueda del Samsara y como el que ha alcanzado el Nirvana en la tradición budista, tengo la libertad absoluta de hacer lo que quiera en política. Incluso reconstruir la abandonada carrera de autopromoción personal si quisiera (aunque mi destrozada imagen entre medio partido seguro que eso es un obstáculo enorme).
Después del anuncio de la pregunta de la consulta soberanista creo que el PSC tiene nuevas oportunidades de oro de ejercer el liderazgo político si no fuera que estuviésemos dirigidos por algunos papanatas políticos desde la calle Nicaragua y desde barones cortoplacistas y con menos fondo político que una ardilla desde la calle Ferraz. Pero el PSC es la organización ideal desde la que trabajar en política, a pesar incluso de sus manifiestas debilidades. Entre sus filas hay algunos papanatas políticos, como he dicho, pero también gigantes y personas con un potencial inmenso o un bagaje político espectacular. ERC no tiene cuadros tan formados y válidos como los que aún quedan en el PSC, ni tampoco tiene la posición política para ejercer, por el momento, el liderazgo social desde el centroizquierda, ya ni entro a comparar con ICV. El músculo del PSC está tocado pero sigue siendo mejor que el resto y dar por muerta una organización que sigue siendo a pesar de todo la mejor plataforma para construir un proyecto socialdemócrata en Catalunya es toda una osadía. El PSC aún puede sobrevivir a Pere Navarro y a generaciones de cuadros intermedios que han vivido y aprendido en la cultura clientelar.
Las primarias de Barcelona seguro que son una oportunidad para corregir algunas de las disfunciones más graves y a ello me estoy volcando desde hace unos meses, desde una segunda fila, pero con más incidencia de lo que pueda parecer.
Y después… ya veremos. Por un lado he pasado un año y poco en lo que según los criterios externos podría ser una de las peores épocas políticas de mi vida, pero donde siento que he alcanzado un cierto grado de estado de flujo, de madurez política, de madurez de análisis, y de serenidad personal en el ámbito político. Además de que he realizado algunos de los mayores hitos de mi carrera política… aunque sean hitos de zapador y no tanto de “caballero de brillante armadura”.
Sigo creyendo que hoy por hoy necesitamos más dinamita y menos paños calientes. La situación lo requiere.. y las oportunidades de oro que pasan delante de nuestras narices alguien tiene que empujar para poder aprovecharlas.
Ante todo, Jose lo que demuestra esta decisión es mucha coherencia y una falta de egoísmo personal que bien harian muchos “profesionales” de la política en imitar. Supongo que el blog seguirá activo lo que me permitirá seguir participando en tus reflexiones como hasta ahora. Mucha suerte en lo que inicies y ya nos tendrás al corriente de tus nuevas actividades. Salut i €
Bé, felicitacions, suposo.. no sé
Perquè dius que ERC no té quadres vàlids?
I pel que fa a ICV, perquè no compares?
Ens deixes amb la incògnita
Eduard:
Seguiremos debatiendo donde quieras, aquí o en twitter.
Partxanda:
Es una opinión, que creo fundada. Creo por lo que veo y los inputs que recibo que ERC tiene pocos cuadros formados para constituir, por ejemplo, consellerías, alcaldes, etc… Ya le pasó en el primer y segundo tripartito que tenía que recurrir a fichajes de emergencia y aún no han suplido la falta de cuadros formados. Estos, normalmente, provienen del municipalismo donde ERC aún tiene cuentas pendientes que resolver. ICV no la comparo, es infinitamente más pequeña que el PSC y creo que, ERC, tiene gente formada, pero es imposible que con sus cuadros y militantes puedas construir el grupo central de un gobierno.