Lleva unos meses circulando por Facebook una imagen que contiene un pequeño problema de búsqueda de patrones que intenta simular los problemas que aparecen en los tests de CI.
La imagen es un dilema casi trivial. El 90% de las personas pueden resolverlo tan sólo parándose un minuto para pensarlo. Es un juego, algo que aparentemente parece difícil (porqué su respuesta no es evidente) pero que con un ligero esfuerzo se resuelve.
Tiene la dificultad justa para que una persona media le parezca que existe algún tipo de dificultad, pero es lo suficientemente fácil como para que casi cualquiera lo pueda resolver sin sufrir demasiado. Con esto se consigue el objetivo de quienes la han creado: hacer creer al que la ha realizado que es algo más inteligente que la media y así compartirlo (golpea al ego de las personas y refuerza la autoimagen que tiene mucha gente de que son algo más inteligentes que la media).
Recientemente viví un flame en la red por decir que quien resolvía este problema lo único que demostraba es que tenía una inteligencia como mínimo, mediocre, pero que no demostraba ninguna inteligencia especial y que creerse más inteligente que la media por resolver este problema no es más que dejar claro la propia mediocridad.
Si alguien quiere ver un test de inteligencia que te haga sudar y te permita demostrar si tienes alguna habilidad intelectual especial que haga algo parecido a esto: http://www.iqtest.dk/main.swf. Esto sí que hace sudar y te deja la sensación de que hay algunos de los problemas a los que no sabes ni que responder.
Podemos entrar en el debate de lo correcto o no que es quitarle la venda de los ojos a las personas que se creen especialmente inteligentes por resolver ese problema (pueden serlo, pero este problema no lo demuestra), o si indicar que pertenecer a la mediocridad (en la que estamos la inmensa mayoría, por pura definición) es algo “educado” o no. Pero el hecho de que las personas se molesten porqué les indiques que este no es un ejercicio especialmente difícil y que no tienen porqué estar especialmente orgullosos por resolverlo y sí estar más alerta de no caer en esta pequeña trampa, sí es indicativo.
Preferimos la información que refuerza nuestros prejuicios, especialmente aquellos que son los que constituyen nuestra propia autoimagen (somos más listos que la media). No nos engañemos, lo de “mejores que la media” en la mayoría de casos es una falacia de autoengaño que los psicólogos ya tienen identificada. Y cualquier información que nos cuestione esta falacia reaccionaremos heridos (de hecho, emocionalmente nos duele, ya que nos hace cuestionarnos la autoimagen).
Así que tomen nota expertos en márketing y comunicación, economistas y gestores de lo público. Tenemos un efecto irracional que se puede aprovechar para vender productos, hacer creer que los ciudadanos son buenos electores o para hacer creer que las decisiones económicas que se toman son adecuadas. Tan sólo asocien su producto, decisión o idea a la imagen de “ser inteligentes por encima de la media” y tendrán el producto vendido, además de lograr que tus clientes sientan una sensación placentera por ver reforzada esa falacia en su propia autoimagen. Los de “math2me” lo han conseguido…
Si por otro lado estás entre los pocos (independientemente de ser mejor o peor o estar en la media) que quiera no dejarse manipular por este mecanismo, estate alerta a aquella información, producto, idea o propuesta que te haga creer que comprándolo, asumiéndolo por cierto o abrazándola eres “mejor que la media”.
One thought on “Economía conductual, hazme creer que soy más inteligente que la media y véndeme algo”