Resulta que la degradación de los derechos fundamentales ha caído muy bajo. Que el Tribunal Constitucional, que tiene una composición conservadora muy escorada, recorte derechos fundamentales es algo que ya estamos acostumbrados, pero que lo haga el PSC en sede parlamentaria es una novedad.
No solo hoy, sino que llevan toda una semana diciendo que la huelga del 18 de octubre en Catalunya no era una huelga legítima por ser una huelga hecha por motivos ajenos a los laborales. Hasta el punto llega su intento de deslegitimar la huelga que en pregunta parlamentaria un diputado del PSC le ha preguntado al Conseller de Treball, Chakir Elhomrani, como podía ser que estuviera de acuerdo con una huelga que entre otras criticaba una iniciativa legislativa del govern de la Generalitat. Y como desde el Govern se ha facilitado que la huelga se pudiera hacer.
Resulta curioso que el PSC critique el carácter político de las huelgas generales. Eran políticas las huelgas generales del 2002 contra la reforma laboral del PP, pero también con un conjunto de políticas sociales regresivas. Eran políticas las huelgas generales del 2010 y del 2012 contra las reformas laborales del PSOE y del PP (en las del 2012 y 2002 el PSOE y el PSC participó activamente). Como también son políticas las huelgas feministas que se han ido haciendo los últimos años.
Pero lo peor no es la hipocresía sobre si las huelgas generales son políticas o no. Lo peor no es eso. En la pregunta estaba escondida una percepción de como un derecho fundamental, como es la huelga general, puede ser ejercido solo si las demandas de los que la practican son compartidas o no por la autoridad laboral (en este caso, el conseller de Treball). La visión del PSC de lo que es un derecho fundamental, que solo se pueda ejercer si está en línea con el político de turno, es un retroceso profundo. La respuesta del conseller Elhomrani ha sido contundente: “yo no voy a coartar el derecho a huelga a nadie”, al parecer a diferencia de los del PSC, él no olvida sus orígenes sindicales. El PSC hace tiempo que ha perdido el rumbo.
