El nuevo alcalde de Barcelona, Xavier Trias, nos vuelve a sorprender con una de sus ocurrencias. Plantea que se realice un aparcamiento subterráneo para autocares al lado de la Sagrada Familia para evitar los problemas, reales, que provocan los autocares en el entorno del monumento.

La idea podría parecer buena, si no fuera que es una “ocurrencia” o una “alcaldada” de tomo y lomo. Xavier Trias ante un problema mediático (el problema de los autocares lleva años, si se le ha ocurrido ahora reaccionar es porqué la prensa ha sacado a relucirlo).

Soluciones mediáticas ante problemas mediáticos sin sustento detrás.

No se puede plantear alegremente una solución como es un aparcamiento subterráneo si no se tiene un mínimo de análisis detrás que el alcalde Trias no tiene para sustentarlo. No hay un preproyecto en mano para poder valorar si en el imbrincado subterráneo que rodea al monumento cabe realmente ese aparcamiento, si la geología del subsuelo lo soportaría, si la ingeniería nos dice si es posible realizar esta obra sin poner en riesgo otras estructuras en la zona (edificaciones, túneles de metro o el propio templo), y también sin tener ni idea de los costes económicos que supondría esta solución.

Este es un alcalde mediático lleno de ocurrencias, decide poner la policía en el metro para luego cuestionar él mismo esa decisión, y ahora ante un accidente con un autocar sale con una solución bajo la manga sin que tenga sustento detrás.

No es por menos que el ex-conseller de Obras públicas, Joaquim Nadal, haya ironizado por twitter con la propuesta de Xavier Trias.

Desfachatez olvidando sus propias palabras

Curiosamente, Xavier Trias, que proponía hacer pasar el AVE por Sant Cugat para evitar que ni tan siquiera se acercara a la Sagrada Familia, alertando que miles de males iban a ocurrirle al templo, ahora proponga alegremente y sin tener ni idea si técnicamente es viable, perforar el subsuelo al lado de la Sagrada Familia.

Trias actúa como si por arte de magia los cimientos de la Sagrada Familia hoy fueran más estables que hace 3 años, o como si perforar hectómetros cúbicos de terreno para tener espacio para un aparcamiento de autocares subterráneo fuera algo menos peligroso que realizar un túnel.

Yo sigo creyendo y confiando en que los ingenieros, los geólogos y los arquitectos saben hacer su trabajo, que si ellos plantean que se puede realizar un túnel o una estación de Metro o un aparcamiento para autocares sin dañar la estructura de los edificios colindantes, se puede realizar. Pero claro, yo tengo al menos la prudencia de esperar que haya algún estudio de viabilidad técnica detrás. Xavier Trias, le es igual, no le importó cuando alertaba de los riesgos del AVE de que ningún estudio técnico dijera que existiera algún peligro, tampoco le importa ahora presentar soluciones que no tienen ningún estudio técnico detrás que la avale.

Francamente, mis peores temores sobre el equipo de Trias se están destapando: cuando tienen propuestas propias son burbujas sin sustento y no tienen proyecto alternativo real para la ciudad, más que una pura reacción mediática. El problema de todo esto no es solo del alcalde y el equipo tengan ocurrencias, es la carencia de crítica por parte de los medios, ante un cambio de opinión tan descarada a Hereu o Clos lo hubieran crucificado.