Que las instituciones españolas están en franca regresión democrática es un hecho. Las catalanas con el rollo de la consulta no tanto (los actores políticos catalanes si no se ponen en plan reformista no tienen ni una posibilidad electoral), pero si no tuvieran ese incentivo, no lo dudéis, Mas et.al. estarían reforzando el bloqueo institucional pro status quo.
Este hecho se muestra de forma sutil, y otras de forma muy evidente. Rajoy hoy ha dicho que hacer una consulta en Catalunya sobre el futuro es un despropósito. Lo mismo nos dijeron hace menos de un mes y pico con lo de la consulta sobre la monarquía y la república que algunos se les pasó por la mente pedir. También dicen que es un despropósito que los canarios sean consultado sobre las prospecciones petrolíferas en su territorio.
Soy fan de tomar decisiones aunque estas no sean populares. Lo que no soy es de dejar la gobernanza reducida al parlamentarismo. Y el fallo que tiene el sistema político español desde hace años y que hoy se hace añicos es de gobernanza y ha terminado llevando a una desconfianza y falta de credibilidad en las instituciones españolas.
También la reforma electoral municipal del PP es legal, y para el PP estar en contra de ella es un despropósito. El problema como digo no es de legalidad sino de legitimidad y como se perciben esas decisiones, como la gobernanza española hace agua y como las últimas decisiones del poder se llevan por delante toda credibilidad en las instituciones españolas.
Hace poco un amigo me decía que si la gobernanza no me gusta, hay que construir mayorías para cambiarlas. Cierto, pero temo que este empuje reaccionario de las instituciones españolas no nos empuja a reformas tranquilas sino a una ruptura del sistema. A los catalanes nos están empujando a ir en contra de la legalidad española porqué buscar dentro de las mayorías españolas una posibilidad no rupturista para realizar una consulta (que depende de su legalidad sólo en la voluntad del Congreso) es imposible. Al resto de los españoles los empuja a optar por opciones no reformistas sino en gran parte rupturistas, y eso es lo que explica el fenómeno “Podemos”.
Al final lo que va a ser un despropósito es defender la legalidad vigente sin dar otra opción y utilizar el bloqueo institucional para todo movimiento que intente cuestionar no ya el sistema o las instituciones sino el status quo vigente. El status quo va a cargarse el propio sistema, o como mínimo lo está poniendo más en cuestión y riesgo que cualquier movimiento antisistema español.
El despropósito al final es no abrir ninguna espita, ninguna forma de canalizar el conflicto si no es consiguiendo el poder total. Desde una perspectiva liberal de la política y la sociedad la gestión de la pluralidad política es un valor positivo. Al parecer el status quo nos dice que si no consigues el poder absoluto no puedes cambiar nada. El problema es que en España la tradición liberal y republicana es casi inexistente. La izquierda es mayoritariamente marxista (incluso la nueva izquierda emergente tiene un tufo leninista que apesta) y la derecha es hegemonista y nada plural. Se salvan algunos partidos de ámbito autonómico, y poco más. Esa lógica tiene detrás que si tienes la mayoría ejerces el poder de la forma más absoluta que puedas.
Es la respuesta que nos está dando a los que queremos hacer consultas o los que nos causa repulsión la reforma electoral del PP.
Desde la lógica del poder tal vez esa sea la respuesta, desde la de la pluralidad política no, y a largo es malo pues no vaya a ser que opciones rupturistas vayan a conseguir el poder absoluto.