Ha llovido mucho desde que hace unas décadas el empresario español gritaba eso de “que investiguen otros”. Hoy en día hay una investigación científica española bastante afianzada en las universidades (públicas) españolas. Hay centros de excelencia en investigación médica como el equipo de oncología de la Vall d’Hebron, o de potencia mundial en algunas ramas teóricas como el equipo de termodinámica de sistemas fuera del equilibrio de la UAB (siento utilizar ejemplos muy cercanos y locales, estoy convencido que en el resto de la geografía hay equipos de investigación excelentes).
Por otro lado hay pequeños clusters de investigación que unen universidad y sector productivo como los de ingeniería de materiales de la politécnica de valencia, y centros de investigación más aplicada en polígonos de excelencia urbanos como el barrio 22@ de Barcelona o empresas que hacen I+D que aplican en productos de aquí (como el centro técnico de SEAT). En productos de exportación hay algunos de tecnología avanzada como los finguers de aeropuertos (la mitad de los que se utilizan en los aeropuertos del mundo son producidos por una empresa catalana), aunque es obvio que mirando la balanza comercial nuestras exportaciones de alta tecnología no son más que un porcentaje pequeño (no desdeñable, ojo, y creciente) de nuestra actividad económica.
Todo esto son indicadores de que España no es ese país de boina enroscada que se negaba a gastar un duro en investigación y aplicaba lo que mejor sabía hacer: ofrecer mano de obra barata, sol y tapas. Años de políticas públicas, años de esfuerzos del sector privado y años de que emprendedores se pegaran tortazos con la burocracia y un mercado que no premia a los investigadores han logrado sacar a España del agujero investigador que se encontraba hace unas décadas.
A pesar de ello, es verdad que el empresariado español es bastante vaguete en esto del I+D y que España tiene unos cuantos “debe” en el tema de investigación y desarrollo.
Por ejemplo, comparándonos con los países de la OCDE podemos aprovechar el último informe que ha presentado esta organización al respecto: Main Science and Technology Indicators (MSTI): 2009/1 edition
En este informe se pueden comparar los datos de inversión en I+D, trabajadores en equipos de investigación, etc… de los diversos países de la OCDE. Seleccionando algunas gráficas de su informe podemos ver cosas interesantes:
Como se puede ver en la gráfica España está en la banda baja de la OCDE. Invierte menos de la mitad del porcentaje de su PIB en I+D (poco más de un punto porcentual) que los países punteros (Suecia, Corea, Suiza, Finlandia, Estados Unidos) y sólo superior a las también desastrosas Portugal, Grecia, Turquía o México. En cuestión de trabajadores en el sector de la investigación también estamos mal, es decir nuestra investigación ni es de alta calidad (el Reino Unido tiene una proporción muy baja de investigadores, pero invierte mucho en esta investigación, lo cuál indica investigación cara y de alto nivel) ni una investigación “barata” pero que genere muchos empleos (los neozelandeses son un caso paradigmático, son capaces de invertir menos porcentaje que España en I+D pero son los cuartos que más trabajadores tienen en el sector, supongo que haciendo investigación de “pocos cacharros” y “mucho investigador”). Por ello España debería ponerse las pilas en este aspecto.
Las siguientes dos gráficas nos proporcionan otros datos sorprendentes:
Por un lado España está bien posicionada a la hora de proporcionar créditos para la investigación y el desarrollo, lo cuál indica que los proyectos de créditos blandos y ayudas a los emprendedores del sector público sí que hemos hecho los deberes, pero por otro lado no sacamos patentes ni a tortas. El puesto es literalmente catastrófico, más de la mitad de los países de la OCDE multiplica por 10 la capacidad de los investigadores y empresas españolas para producir patentes. Lo cuál viene a decirnos algunas cosas, la inversión en I+D española está centrada en investigación basicamente no aplicada (pero imprescindible y necesaria) realizada en los centros de excelencia biomédica y en las universidades españolas, y en incentivar a unos emprendedores que generan actividad y arriesgan pero que sus productos no terminan de generar patentes.
Entre la alta investigación científica y la aplicación práctica de empresas y emprendedores que crean productos y servicios pero no patentes falta un punto intermedio que una esta alta investigación con la de menor nivel aplicada que realizan miles de emprendedores y trabajadores cualificados. Es ahí donde radica el problema en España, no hay empresas grandes capaces de realizar esta investigación de nivel intermedio, ni las políticas públicas han sabido promocionar este tipo de investigación. Simplemente, el 22@ y proyectos parecidos producen servicios y productos de alto nivel pero pocos susceptibles de ser patentados (y por tanto hacer una exportación mucho más rentable), y las universidades y centros de excelencia médica producen investigación de alto nivel pero sin aplicación directa en la economía. En España se investiga, no tan intensamente como en otros países, pero lo que no se hace es conseguir patentes.
Un país que pretende jugar en el G20 y ser potencia mundial no se puede permitir mantener tan bajo el nivel de inversión en investigación. Por mucho que el problema de las patentes y el tamaño de la empresa española sea algo que no se resuelva a golpe de billetera y de presupuestos públicos no podemos tampoco dejar de hacer lo que hacemos bien (incentivar emprendedores, financiarlos, hacer alta investigación) o relativamente bien y perder peso en un aspecto en el que nos jugamos tanto el futuro y sobretodo que aún no está del todo tan maduro como la investigación.
Recomiendo la campaña “La investigación no necesita tijeras” que están impulsando unos cuantos trabajadores del sector de I+D del país que temen (y en parte bastante fundadamente) que los recortes presupuestarios en el Ministerio de Ciencia del 15% terminen afectando los incentivos y proyectos de investigación que se impulsan con las políticas públicas.
Es absurdo; yo no creo demasiado en la economía del conocimiento por razones que alguna vez hemos comentado, PERO si nos gastamos millones en el Plan E, ¿porque REDUCIR el gasto en I+D? ¿Es menos estímulo que levantar aceras? Teniendo en cuenta lo que cobran los científicos en España no es dinero que vaya a las rentas altas. Y desde luego esto no es un sector declinante al que liquidar pausadamente, sino un sector al menos estable que merece sostenerse.
Hacer estimulación keynesiana en la construcción y reducir de I+D es algo que no se coge por ninguna parte.
Estoy de acuerdo contigo. Y también con Kantor.
http://comoquerais.blogspot.com/2009/10/la-ciencia-espanola-no-necesita-tijeras.html
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Un saludo.
Hola Juanjo:
No habría ningún problema. El RSS es libre!!
Ya me pasarás la URL del agregador para visitarlo y capturar la RSS de este en mi google reader.
No entiendo tu argumento, dices que España no invierte comparativamente pero el panel superior de la segunda gráfica dice que el gasto público en España en I+D es el tercero de la OCDE en gasto en I+D no militar (creo que lo de los ‘credits’ en francés te ha liado). Si acaso, hay muy poco gasto empresarial privado (en mucha parte por lo que dices), que causa el bajo número de patentes.
Pués sí, me he liado con lo de créditos, he interpretado fatalmente la gráfica, creyendo que eran los créditos que ofrece el sector público… buf!!
Por eso, creo que muchas críticas no tienen en cuenta que hemos subido un porrón en gasto directo en I+D civil. Otra cosa es la orientación (ciencia básica / aplicada / innovación…) que es un debate interesante. También hay que tener en cuenta que estas cifras no incluyen la captación de fondos europeos en convocatoria competitiva, donde (creo que salvo Cataluña, Madrid y Euskadi) sacamos muy poco.
Quevedin:
Aún cuando hemos aumentado la inversión pública directa, cosa que dejo caer al principio, los resultados siguen siendo malos, se ha de compensar la baja inversión previa (una vez, por ejemplo que has construido un acelerador de partículas este requiere mantenimiento pero no el mismo tipo de inversión), y por tanto no es una buena noticia que la I+D reciba un recorte presupuestario.
Bueno, es muy fácil explicar la segunda gráfica. en Espana la R de R&D es muchíiiiiiiiiiiiisimo más pequenia que la D.
Yo mismo trabajo en una empresa sueca donde toda la investigación se hace en Suecia y una gran parte del desarrollo en Espania porque sale más barato. No hace falta que comente que el 99% de las patentes que sacamos se hacen en Suecia.