Los recientes debates con los negacionistas de turno sobre los hielos marinos árticos, han llevado a que haga un cierto seguimiento del National Snow and Ice Data Center y sus informes sobre el estado de los hielos árticos y antárticos.

En Marzo se acaba e inicia la temporada glaciar en el ártico, es el mes donde se alcanza el máximo de extensión de los hielos árticos y cuando comienza el retroceso de estos por el inicio de la temporada cálida boreal. Cada año hay un reflujo de los hielos árticos que comienza a aumentar sobre Septiembre y comienza a retroceder en Marzo.

Marzo del 2009 es el 5º año con menor extensión de los hielos árticos de todo el registro histórico, menor que el 2008 a pesar del extraordinario invierno frío que se ha vivido en el hemisferio norte. El dato no sería un indicador del retroceso de los hielos si no fuera que forma parte de la tendencia histórica a disminuir la extensión de los hielos marinos árticos:

Extensión de los hielos marinos en el mes de Marzo (el máximo de la temporada) de los últimos 30 años

El indicador no es sólo que los hielos retroceden sinó que se encuentra en un mínimo histórico del grosor de los hielos marinos. Año tras año el océano ártico tiene menor volumen de hielo: hay una menor superficie y cada vez el hielo marino tiene un menor grosor ya que los hielos marinos de más de una temporada comienzan a ser menores.

Grosor de los hielos marinos árticos. Los más gruesos (hielos de más de 2 años de antiguedad), son los que han aguantado 2 o más temporadas, los hielos marinos más jóvenes son más delgados y más fáciles que se derritan en la temporada de deshielo.

Todo esto pronostica que los hielos marinos árticos en verano verán un retroceso bastante significativo. A diferencia de lo que los negacionistas indicaban a finales del año pasado, el hielo ártico está sufriendo no sólo un retroceso, sinó una degradación profunda. Este invierno a pesar de que ha aumentado la superficie cubierta por hielos marinos, el hielo más viejo ha ido degradándose perdiéndose en el océano atlántico a través del mar de Groenlandia tal y como muestra la siguiente animación:

Esta pérdida de hielo de más de una temporada hace de la capa de hielo marino ártico más fácil de ser derretida (a igualdad de superficie cubierta, el hielo de más de una temporada tiene un mayor grosor y por tanto requiere más energía térmica para ser fundido). La predicción extrema para finales del siglo XXI del IPCC de unos veranos sin prácticamente hielo marino ártico no esté muy lejos de cumplirse ya que los datos que está mostrando el hielo marino (clara tendencia a una menor superficie cubierta y a un volumen mucho menor), apuntan a los escenarios más pesimistas del IPCC para el hielo ártico. Es especialmente significativo que en uno de los inviernos más fríos del último ciclo ENSO (el ciclo que viene marcado por los fenómenos de El Niño y La Niña y que explican la variabilidad de temperatura interanual) se haya producido esta pérdida tan marcada de hielo marino de más de una temporada.

En parte las fuertes corrientes y los fuertes vientos que ha habido en el océano ártico (que han arrastrado los hielos marinos más viejos hacia el sur y han alterado la formación de hielos marinos) durante el invierno explican parte de la degradación durante un mínimo del ENSO de los hielos marinos árticos, la otra parte es la tendencia a medio y largo plazo del calentamiento global que ha ido (tal y como muestra la gráfica de degradación de los hielos marinos) haciendo que los hielos marinos duren cada vez menos. Si este es el efecto detectado en pleno ciclo negativo del ENSO, cuando se produzca el fenómeno de El Niño (el máximo térmico del ENSO) que elevará la temperatura de los océanos (sumándole, en vez de restándole, a la tendencia producida por el calentamiento global), no será raro encontrar un océano ártico a la práctica, vacío de hielos marinos árticos.