El problema de mezclar metereología y climatología lleva a que se debata en invierno que el cambio climático no existe y en verano todo lo contrario. Otro problema viene de analizar el cambio climático como si fuera algo que vamos a notar de un año a otro y no de una década sobre la anterior. Este invierno las hordas negacionistas se frotaban las manos en base a que el invierno estaba siendo especialmente frío. Sí, lo ha sido, el ciclo NAO ha llevado a que el fenómeno “La Niña” se implantara y hiciera del invierno 2008-2009 algo más frío que el de los dos o tres últimos años.

Este ciclo que no se dará este invierno (volveremos a tener “El Niño”) es un ciclo natural que se superpone a la tendencia al calentamiento global.  No es que no haya calentamiento global en el invierno 2008-2009 es que además de haberlo hay el fenómeno de “La Niña” y ambos fenómenos se superponen y suman. El año que viene el efecto del calentamiento global seguirá en alza y la compensación de “La Niña” dejará de estar y será un invierno más cálido.

Este invierno ha dejado unas extraordinarias reservas nivales en el Pirineo, como también ha permitido mantener los hielos del polo norte algo más extensos que el año pasado. Todo indica que si no hubiera calentamiento global y el verano fuera proporcional al invierno las extensiones de nieve y de hielo ártico se extenderían durante más tiempo y en una zona más amplia.

Esto no es así, el ciclo de “La Niña” ha perdido fuerza y el atlántico norte vuelve a estar en una fase cálida, junto al calentamiento global, este final de primavera ha sido extraordinariamente cálido. La prueba se puede encontrar en el ritmo de retroceso de los hielos árticos:

Superficie cubierta por un 15% de hielos marinos. Fuente: NSIDC

Es fácil observar que a pesar de que durante este invierno el hielo se ha extendido algo más que el invierno anterior (menos que la media de finales del siglo XX) el inicio del verano vuelve a estar a niveles equivalentes al del año con menor extensión de hielos articos.

También las nieves pirenaicas han retrocedido de forma sensible.

Informe del Ministerio de Medio Ambiente de reservas nivales en la cuenca del Ebro

A pesar de que en el punto álgido del invierno las reservas nivales eran más del doble que los últimos años, este intenso fin de primavera ha reducido las reservas nivales a un punto mínimo, por debajo del año pasado o de los úlitmos 5 años.

Vuelvo a repetir que la evolución de un año en concreto no explica o refuta el calentamiento global, pero los argumentos de los negacionistas durante este invierno utilizándolo como justificación para negar el calentamiento global se derriten como la nieve en primavera.