Disclaimer: Si he de comenzar con un disclaimer escrito a posteriori es que el post no está bien escrito y deja puntos de confusión. Así que disculpa estimado lector. Quiero aclarar que la visiones que estoy describiendo no se adscriven a una visión expuesta por Jose A. Donaire ni ningún lector en concreto de su blog. Creo que queda claro en el post y los comentarios del propio Donaire cuál es su visión y la profundidad y matices de su postura. Una vez hecha la aclaración, sigo pensando que en esto del uso económico y turístico de los parques naturales y nacionales de alta montaña se pueden confrontar dos hipotéticas visiones (que no corresponden a un diálogo entre dos personas reales) que emergen detrás de algunos argumentos y concepciones sobre los espacios naturales de alta montaña que ayudan a aclarar ideas. Pido disculpas a quien se haya sentido reflejado en estos argumentos, considero que cada uno es responsable de exponerlos y nadie de interpretarlos o poner palabras que no son, hecho que he intentado no realizar, al parecer con poco éxito.
Recientemente Jose Antonio Donaire ha publicado un post en el que recoge las ideas que sus alumnos le han proporcionado para poder explotar turísticamente de forma más eficiente el Parc Nacional d’Aigüestortes. No entraré a valorar las propuestas por dos motivos, es un ejercicio de “lluvia de ideas” al que después hay que añadir los peros que sean necesarios y son actividades que se podrían hacer en zonas adyacentes al parque nacional.
Pero en el debate se han mostrado dos visiones (sin llegar a la dicotomía ni al maniqueismo, ya que hay muchos puntos en común, pero sí que sirven para fijar ideas). Una “restriccionista” y otra “de aprovechamiento de los recursos”.
Aclarando algunos previos antes de comenzar la disgresión
Estas dos visiones no dejan de ser dos formas de acercarnos a los entornos naturales históricas, nacidas desde que tenemos capacidad de crear una sobreabundancia que nos hace superar la agricultura de subsistencia. Las poblaciones autóctonas y el uso histórico de los entornos naturales protegidos no se estaban de esas tonterías. La gente de los valles de Benasque, Echo, Vallferrera, etc.. no subían a las montañas como turistas ni como alpinistas, sino para buscar los pastos, para cazar o para utilizar los pasos como contrabandistas o para llevar las mercancías. Por tanto son ambos, dos visiones nacidas de la sociedad industrial y del mismo romanticismo. Quiero aclararlo porqué en el debate hay quien acusa a una de las visiones de “no tener en cuenta los intereses de los habitantes de la zona” y otra sí. La explotación turística de un entorno o su visión conservacionista tienen tanto una como la otra una visión metropolitana del uso del espacio natural. Sin “turistas” o “montañeros” no estaríamos hablando ni de una, ni de la otra. El despoblamiento que ha tenido las zonas de montaña no es algo positivo o negativo en sí mismo sino en base a otros conceptos sociales y morales. El uso económico que podamos hacer de lugares que hemos decidido socialmente proteger no es un debate entre los que queremos condenar a la hambruna a los pobres pobladores del Pallars o los que quieren que esa gente prospere. Entre otras porqué la pobreza de muchos valles de montaña, como la Vall Fosca, no es a causa de ninguna restricción proteccionista sino que la economía capitalista se desarrolla mejor en concentraciones metropolitanas que en valles perdidos de montaña.
Dejo a parte el debate sobre lo positivo que es que haya población fijada en el territorio con una economía viable, cosa que creo y que seguramente comparto con Donaire, pero preferiría considerar que esto no es un absoluto que lo justifique todo, sino una serie de bienes en colisión que defender con respecto a otros bienes. Si el mantener una población fijada a Espot con una renta per càpita mayor que la media del país es a costa de tener que subvencionar unas pistas de esquí a pérdidas y hacer un abuso de un entorno natural, donde ponemos en riesgo diario a la gente, a lo mejor no es tan positivo el bien a defender como para justificarlo.
Sobre modelos de explotación de parques nacionales de alta montaña
Donaire indica que el PN de Aigüestortes está infrautilizado y es poco visitado. Sus más de 300.000 visitantes anuales no hacen justicia al entorno, y hace que esté poco aprovechado a nivel económico por el entorno. Se parte de varios apriorismos, que un PN es bueno que lo visiten y cuanta más gente mejor. Algo que podríamos discutir, pero que no entraré, solo dejo indicado que “haya más gente visitando un entorno protegido” es algo que no es un bien en sí mismo.
Que sea un Parc Nacional no conlleva que sea necesario de per se y sin tener en cuenta ningún otro factor la explotación económica. Las Illes Medes lo son y nadie se plantea hacer un resort de vacaciones en su superficie o permiten el buceo recreativo a nadie que no tenga la licencia federativa vigente.
Pone de ejemplo que Yosemite Valley, en el PN de Yosemite tiene unos 3.000.000 de visitantes anuales. Aquí hay una trampa, el entorno protegido del Yosemite son 3.000.000 de km2 mientras que el del PN Aigüestortes es de 141. Ya sé que el Yosemite Valley es de unos 20km2, de acuerdo, pero es que eso es la clave del tema. Mientras que el modelo de explotación de Yosemite centra a los visitantes a que pateen el 1% del parque nacional, el PN Aigüestortes está dando facilidad de acceso a un porcentaje muy superior de su superficie. Recordemos el éxito de Yosemite: facilita y concentra los visitantes en un punto muy pequeño de todo el Parque Nacional. El modelo de Aigüestortes es distinto.. ya no solo por las zonas que permiten que los 4×4 puedan visitar es mucho mayor, iniciativas como “Carros de Foc” hacen que miles de senderistas se desparramen por la mayor parte de la superficie del Parque Nacional. Es decir, la explotación económica del PN es “extensiva” mientras que en Yosemite es intensiva y casi fordista. Y de hecho la presión total de visitante por km^2 es mucho menor en Yosemite que en Aigüestortes, 1.000 visitantes por km2, frente a los 2.300 visitantes por km2 que tiene el PN de Aigüestortes.
Aún así, el PN de Yosemite sigue generando algunos problemas. Por ejemplo, en la Half Dome se producen colas, una ascensión que sin ser muy técnica puede llevar bastantes problemas en caso de mal tiempo:
http://www.youtube.com/watch?v=Q1JDGRkpzgM&feature=related
Luego entraré porqué no es aceptable o deseable que en entornos de alta montaña o de cierta dificultad que no haya colas y atascos.
El modelo de Yosemite podemos pensar que solo es aplicable a los enormes parques nacionales de Estados Unidos, aquí no podemos tener 3.000.000 de km2 protegidos e intentar centrar a los visitantes en una zona de 20km2. Pero existe al menos un par de ejemplos ibéricos. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido tiene unos 150km2, más o menos como Aigüestortes. Tiene 600.000 visitantes anuales (el doble que Aigüestortes), casi todos se centran en la pradera de Ordesa, valle de Pineta o visitan el barranco de Añisclo y las zonas bajas del parque. Por encima de los 2.000m los “turistas” no los verás (luego hablaré de la diferencia entre un alpinista y un turista “a pelo”), y eso que las zonas más magníficas del PN se encuentran en zonas como el Balcón de Pineta, la Brecha de Rolando o la Faja de las Flores. En invierno, de hecho, los propios guardas del PN prohiben el acceso de algunos caminos como la senda de cazadores.
También tiene limitación en el acceso al aparcamiento de Torla en la Pradera de Ordesa en temporada alta, obligando, o bien a ir caminando desde Torla o bien utilizar el (caro) transporte público (algo parecido ocurre en el Parque Nacional de Posets Maladeta).
En Ordesa Monte-Perdido no existen pistas que te lleven a 2.380m. como sí ocurre en Aigüestortes, y eso que se podría construir una pista de 4×4 hasta el refugio de Góriz, o remontar una pista hasta el balcón de Pineta, o los franceses podrían construir un teleférico para poder contemplar la brecha de Rolando y el circo de Gavarnie desde la altura.
Este es el modelo por el que abogo. Y me explico. El PN de Ordesa y Monte Perdido es parecido en configuración al PN de Aiguestortes. Con una salvedad, siendo del mismo tamaño tiene el doble de usuarios.
Eso sí, se restringen la mayoría a las zonas bajas (pradera de Ordesa, p.ej. y todos los valles por debajo de los 2.000m). La propia configuración del terreno hace difícil acceder a esa altura, pero sería factible construir caminos y pistas que llevaran al balcón de Pineta, o bien alargar la carretera que deja por encima de la senda de cazadores hasta el refugio de Góriz. Al estilo de las pistas que llegan hasta los lagos en altura en Aigüestortes.
Este modelo también es muy parecido al que hacen en la explotación turística de zonas de montaña en Francia. Por ejemplo, en las Bullosses se prohibe el acceso en vehículo privado hasta el lago de las Bullosses y te obligan a utilizar la navette (o bien hacer una pateada de horas). Una vez allí, hay bellas rutas de senderismo por toda la zona y eso que hacer pistas para los 4×4 sería factible y barato, no se les lleva a los visitantes a pies del Carlit, solo el primer lago es accesible con transporte motorizado. Los montañeros se adentran en las zonas de alta montaña, los senderistas dan vueltas al parque o realizan el tour del Carlit o el del Capcir, recorren el GR10 o realizan cualquier travesía de las posibles en la zona y los visitantes no preparados y turistas se quedan en los alrededores del lago de les Bullosses, supongo que satisfechos de poder disfrutar de una zona alpina a su alcance y con caminos más abiertos por si desean pasear un poco, pero con las ventajas de contar con unos recursos y servicios más o menos aceptables.
Hiperprotección en un sentido, hipo-protección en el otro
Cabe destacar también que el PN d’Aigüestortes te combina dos tipos de acciones contradictorias. Por un lado en el PN está totalmente prohibido acampar o hacer vivac de cualquier tipo. Solo te permiten dormir en los 9 refugios del entorno, en verano saturados, con la paradoja que puedes llegar tarde por estar realizando una ruta y haberte comido “un marrón” o estar realizando una serie de ascensiones o cualquier actividad alpina y llegar más tarde que los que simplemente están realizando la Carros de Foc y no poder pernoctar en el refugio y obligarte a “volver a la civilización”. Estas situaciones paradójicas que se dan en los refugios de montaña guardados y saturados en el caso del PN-Aigüestortes se complica porqué no puedes tener la alternativa ni de dormir afuera, algo que es teórico, porqué cuando te engancha un marrón de este tipo o haces vivac de forma ilegal o te cuelas en el comedor del refugio quiera o no el guarda o en donde se guardan las botas y bastones. La propia supervivencia y sentido común se imponen a unas normas incumplibles. Además no te permiten ir con animales (perros, etc..). La explotación de ganadería está muy limitada, evidentemente la pesca y la caza también. Eso sí, se permite a la vez subir hasta 2.380m con los vehículos 4×4 que tienen la posibilidad de ponerte prácticamente en el centro del parque, se potencia el tener una ruta saturada de senderistas por caminos de alta montaña. Se facilita el “enviar gente hacia arriba” por todos los medios, a la vez que tiene los niveles restrictivos más altos de protección.
Como comparación el PN de Ordesa no prohibe la acampada de forma tan absoluta o el Parc Natural d’Alt Pirineu tampoco. La limita en horario y en altura según zonas. A partir de cierta altura se entiende que es necesario poder permitir el pernoctar en tienda o en vivac ya que las actividades de alta montaña muchas veces no es algo que puedas hacer “saliendo directamente desde el aparcamiento y haciendo cima” y que los refugios nunca cubrirán las necesidades de todos los montañeros o se puede concebir un Parque Nacional, uno Natural o bien cualquier zona de alta montaña con refugios guardados en todos y cada uno de los valles. Por poner un ejemplo, se puede acampar en el balcón de Pineta por encima de los 2.500m, en el Parc Natural d’Alt Pirineu por encima de los 2.000m, en la zona de clavijas en Ordesa por encima de los 2.100m. Justo en la línea que separa la actividad de alta montaña de la de senderismo. Justo donde comienza a ser difícil llegar.
Una cuestión interesante a tener en cuenta, es que es mucho más fácil ver Isards o fauna protegida en otras zonas del Pirineo que en el Parc Nacional. Trivial en el pirineo oriental donde no existen figuras de protección como las del PN, fácil en el Alt Pirineu y en el pirineo oscense, y difícil en el PN de Aigüestortes, lo cuál indica que a pesar que en el Alt Pirineu han de competir con la ganadería por los pastos, en Monte Perdido sufren la presión de los montañeros acampando sin límites o que en el Pirineu Oriental tienen la presión de ser la zona del Pirineo con más facilidad para ascender y por tanto atrae a muchos más alpinistas y montañeros novatos que otras zonas del Pirineo, se encuentran más cómodos. En cambio, sí que es cierto, que es más fácil ver de noche a fauna de media montaña (ciervos, p.ej.) que en otras zonas del Pirineo. Este sistema de hiperprotección formal es muy útil a cotas medias y bajas, no en alta montaña, mientras que la estrategia de enviar gente hacia arriba a pesar de la hiperprotección formal introduce demasiada presión en la fauna de alta montaña, más incluso que tener que lidiar con rebaños de vacas que compiten con los mismos prados.
Dos modelos en resumen
Hay un modelo de explotación que más o menos podemos contemplar, uno sería el modelo “Ordesa Monte Perdido” donde no se facilita el acceso a grandes zonas del parque nacional y se concentra a los visitantes en puntos muy concretos (igualito que el Yosemite), y otro modelo el PN de Aïguestortes que “envía gente arriba” pero en cambio mantiene un nivel de hiperprotección formal.
Una vez descritos dos tipos de modelos existentes (al menos que nos permiten ilustrar como explotar entornos de alta montaña de forma razonable), entraré en otros aspectos para comparar ambos modelos.
“Enviar gente arriba”, diferencias entre turistas y alpinistas y los problemas asociados.
Quiero aclarar un concepto, hay una zona de alta montaña y otra de media montaña, hay zonas que están más humanizadas y otras que por su naturaleza geográfica, orográfica y alpina no lo pueden estar. Ya no es una cuestión de “proteccionismo o no”. Pretender que puedes hacer un bonito ressort de vacaciones en el balcón de Pineta es obviar la propia geografía. Donde por la propia naturaleza geográfica no ha habido población, ni ninguna vivienda permanente debería valorarse si es bueno que “los turistas” puedan acceder de forma sencilla y simple.
Una zona de alta montaña es una zona expuesta a riesgos que no tienen las zonas de media montaña. Las zonas de alta montaña incluyen toda la zona de cobertura de hielos permanentes (en el Pirineo la mayor parte de vertientes norte por encima de los 2.900m.) pero no solo estas, en general en latitudes pirenaicas los criterios más restrictivos consideran alta montaña alturas por encima de los 2.000m en caras nortes y 2.500m en caras sur, en verano esta definición puede ser útil, en invierno no tanto ya que hay laderas y cimas de menos de 2.500m claramente de alta montaña. Aún así, la definición es corta… Por ejemplo, queda claro que el balcón de Pineta es un entorno de alta montaña y en cambio el valle de Pineta no, el gradiente de altura está claro, pero en otros puntos, como por ejemplo, el Pirineo oriental la línea que separa la alta y baja montaña no está clara. Pero sí podemos definir la alta montaña según algunas definiciones:
“es un terreno montañoso, relativamente elevado pero de altitud no específica que tiene condiciones geográficas particulares de nieve, hielo, clima, de radiación UV, temperatura, oxígeno, etc., donde existen riesgos para la salud del hombre al exponerse a éstas”
Está claro que una parte importante de los Parques Nacionales de los pirineos y de las zonas que me refiero cumplen con estas condiciones. Por poner un ejemplo, una vez que se acaba la pista del refugio de Amitges se está en ese entorno. Allí llegan los taxis 4×4 de Espot. A 20 metros de donde te deja el taxi una persona sin un mínimo de agilidad en un día claro de verano se puede partir la crisma al intentar trastear entre enormes rocas graníticas, ya no hablemos de un día de invierno o con mal tiempo. Muchas zonas protegidas definen esta zona de alta montaña por zonas, p. ej. Alt Pirineu lo considera por encima de los 2.000m, Monte Perdido define esta altura por zonas (al tener un gradiente de altura más marcado debido a los profundos valles calcáreos de origen glaciar que dejan unas paredes más evidentes). Todos, excepto las normas del Parc Nacional d’Aigüestortes donde no se contemplan estas excepciones o limitaciones por altura.
Pero a lo que vamos, este entorno de alta montaña es selectivo por su propia naturaleza. Las condiciones meteorológicas, las condiciones de insolación, nivológicas, geográficas, orográficas y geológicas exponen riesgos que no son contemplados en la media montaña. Un senderista se puede matar en una ruta de media montaña, el riesgo de hipotermia, agotamiento, el perderse y caerse en una poza o un barranco, riesgos a la salud inherentes a la vida humana son inevitables. Ahora bien, todos estos riesgos son más graves en alta montaña. Las caídas de roca son más frecuentes, hay más lugares donde una caída es fatal, las temperaturas caen más rápido, la insolación es más intensa, hay efectos de anoxia (a partir de los 2.500m ya comenzamos a encontrar los primeros síntomas), la humedad ambiental es más baja, las tormentas son más duras, se producen fenómenos meteorológicos que no ocurren en media montaña (blizz, ventisca, torb, aludes, etc..), los gradientes de temperatura son mayores entre el día y la noche y entre el verano y el invierno, las temperaturas son más bajas de media (entre 12 y 18 grados), etc.. Debido precisamente, además, a este entorno más hostil, no está habitado ni humanizado. Los caminos no son sendas marcadas, la vegetación son prados alpinos a partir de cierta altura (2.000m caras norte y 2.500m caras sur, aproximadamente), que quedan cubiertos durante todo el invierno de nieve. Es más fácil perderse e incluso las rutas más sencillas que requieren pasos con cierta agilidad en verano, en invierno requiere el conocimiento de técnicas de alpinismo para progresar incluso por rutas relativamente sencillas.
El hecho de que estos riesgos son objetivos es que existen cuerpos especiales militares que se dedican a alta montaña, diferenciados de los “cazadores” de media montaña, en el ejército español las operaciones por encima de los 2.000 metros se delegan en la unidad de cazadores esquiadores/escaladores de Vielha, el resto de unidades y regimientos de cazadores de montaña operan a alturas inferiores. En todos los ejércitos hay unidades especialistas de este tipo. No solo en cuestiones militares, los servicios de rescate de bomberos o de policía armada que operan en alta montaña son grupos especializados, el GREIM de la Guardia Civil o el grup de rescat de muntanya de Bombers de la Generalitat (equipos de rescate que más de uno les debemos la vida). No existen grupos parecidos de rescate en paseos marítimos, zonas de paseo, ni en chiringuitos. Igual que ciertas actividades como la espeología o el sumarinismo requieren tener un conocimiento técnico y experiencia con el entorno para realizarlos, la alta montaña es también un entorno selectivo.
Pero a diferencia del submarinismo que para ejercerlo es necesario contar con un carnet acreditativo de los conocimientos adquiridos (tanto para alquilar como para comprar material), o para navegar es necesario tener una licencia acreditativa, o para simplemente meterse en una cueva mínimamente técnica ya es necesario saber utilizar el material, el montañismo es más asequible. Nadie pide carnets por la montaña, y cualquiera puede meterse por cualquier lado. Y aunque creo que eso debe seguir siendo así, es una actividad que ha de tener sus pequeñas barreras de acceso, como mínimo para el que lo practique sea consciente de que está practicándolo. Hay lugares de alta montaña que por su facilidad de acceso se encuentran accediendo y practicando, sin saberlo, montañismo, personas para nada preparadas o mínimamente conscientes de lo que están haciendo o quieren hacer. Ya no hablo de senderistas que se meten a subir el Perdido sin crampones cuando la escupidera está cargada o los que suben con zapatillas deportivas al Aneto (es algo que va en el paquete de cualquier montaña saturada), estos, al menos han tenido que realizar un gran esfuerzo físico para llegar a donde ya pueden tener problemas y por tanto se les supone un mínimo de capacidad física. Hablo de personas que pretenden llegar al Puigmal con zapatos de calle con algo de tacón, personas que por el PN de Aigüestortes les encuentras caminando a un par de horas de cualquier refugio, por un camino agreste, con tan solo una camiseta puesta y con una mochilita donde llevan algo de agua y poco más para 4 o 5 y calzado más adecuado para jugar a tenis que para hacer senderismo o montaña.
Hablo de gente que subiendo al Pedraforca tiran piedras a los que progresan detrás en la Canal del Verdet porqué no saben moverse por el entorno, o de descerebrados que deciden subir la canal central del Pedraforca en invierno con ropa de calle. De personas que se meten en otoño en una zona de alta montaña y porqué el día comienza con buen tiempo no llevan ningún tipo de abrigo y luego sufren hipotermia.
Hay imponderables, todos estamos expuestos a riesgos y es inevitable que pasen cosas en alta montaña. Y nadie está exento de errores, yo mismo he cometido decenas de errores, he subido cimas que luego he valorado que no tendría que haber intentado ese día, o me he metido en pequeños “marrones”. Pero hay errores, o accidentes donde uno colabora en meterse en ellos, y otras acciones que solo se pueden calificar de temerarias y meten en problemas a terceros.
El riesgo no es solo para el que comete la imprudencia sino para todos. Encontrarse un atasco en la Canal del Verdet, en las canales del Midi d’Osseau o en el paso de Mahoma incrementa el tiempo de exposición en altura de forma adicional. Es algo con lo que cuentas cuando vas a una vía muy transitada y lo metes en tus cálculos de riesgo, pero eso se traslada también a zonas menos selectivas y de más fácil acceso. Por ejemplo, los pasos de toda la Carros de Foc en verano es un no parar de pasar gente. Algunos sabiendo donde se meten y otros sin tenerlo muy claro. Hay collados que no son tan sencillos y que un grupo de personas sin experiencia pueden hacer retrasar a otras muchas más. No cargo contra los lentos, aún recuerdo la que lié bajando la canal de la Rimaya en la Maladeta yendo muy lentamente de cara a la pared, pero ese lugar ya es selectivo, llegar a ella requiere un fuerte esfuerzo físico y subirla y bajarla un nivel de conocimiento técnico, ser lentorro en esa canal no te lo ponen fácil, no te llevan con 4×4 a pie de vía. Pero tirarle piedras al que progresa en algunas “montañas fáciles” es algo muy común, la facilidad de acceso dels Encantats desde el estany de St. Maurici hace que la canal de acceso al collado dels Encantats sea una pequeña bolera, que en los pasos un poco técnicos se encuentren “cipostios” de todo tipo.
El tema de la saturación también es relativa, mientras 10.000 personas diarias en Las Ramblas es un nivel más que aceptable, 100 personas al día en els Encantats es saturación. Primero porqué Las Ramblas dispersa toda esa gente en una franja horaria mayor, las personas que suben els Encantats salen más o menos a las mismas horas y se concentran en la cima en una franja más pequeña de 2-3 horas. Además los pasos son más estrechos, pasarlos requiere un buen rato, y una sola persona puede atascar y bloquear el acceso al resto si se encuentra atorada. Quien quiera entenderlo que mire el siguiente vídeo como un par de decenas de personas pueden atascar un paso de montaña.
Hay cosas inevitables y que ningún modelo puede evitar. Cada poco tiempo hay quien la palma en la senda de cazadores en invierno, cada poco tiempo alguien se muere de hipotermia en el Puigmal, la escupidera del Perdido y el glaciar del Aneto se cobran su tarifa de víctimas poco preparadas, y la tasa de accidentes menores en todo el PN d’Aigüestortes es inevitable. Pero negar que facilitar el que se vaya “hacia arriba” que es lo que hace la actual explotación del PN d’Aigüestortes incrementa los riesgos de todos, experimentados o no, y que es una estrategia más pensada en la explotación económica (y de unos pocos, que son los que tienen las licencias de taxis turísticos o los guardas de algunos refugios que se benefician con la visita de turistas) que en la propia conservación o en una combinación racional de espacio de ocio y riesgo.
Es evidente como dice Donaire que los alpinistas “somos turistas” pero turistas cualificados y entrenados para progresar dentro de un margen razonable de riesgo en el entorno de alta montaña, el turista estándar no. Un hecho evidente es que para practicar mi actividad es aconsejable tener una serie de material y tener una licencia federativa con un seguro que la mayor parte de personas no tienen. Es algo que en Francia tienen claro, no es lo mismo los que suben en la zona del Neouvielle a los lagos y a pasear por las agradables pistas y sendas, que los que se dedican a hacer cumbres en la zona. En Catalunya los alpinistas pagamos menos por el Cremallera de Núria que los turistas o los esquiadores, teniendo claro que hay dos tipos de actividad diferenciada. ¿Tan difícil es reconocer que sin pretender ser un colectivo elitista hay turistas que son alpinistas y otros que no lo son y que unos y otros tienen unas capacidades y formación distinta que conlleva problemas y usos distintos del Parc Nacional y que facilitar e incentivar el acceso de los segundos a un entorno de alta montaña es más arriesgado y peligroso y algo posiblemente no deseable?
Un uso racional del entorno de alta montaña o encauzar el turismo a zonas limitadas
Por tanto yo planteo dos tipos de ámbitos de gestión de un Parque Nacional como el de Aigüestortes con base en dos principios. En zonas de alta montaña (simplifiquemos, por encima de los 2.000 metros, tanto dentro del área protegida como en la adyacente) dedicar zonas del Parc Nacional a la explotación turística generalista, dejando otras zonas para usos más tradicionales (senderismo, montañismo o incluso permitir los pastos en zonas limítrofes) y encauzar al público mayoritario hacia las zonas de explotación turística. Por ejemplo, la zona del Estany Gento o el Estany de St. Maurici se puede hacer una explotación turística razonable, al estilo que se realiza en otros lugares de alta montaña como el Pont d’Espagne en la zona del Vignemale o el valle de Oô cerca de Bagneres de Luchón, o la misma Pradera de Ordesa.
El resto de zonas limítrofes del Parc Nacional por debajo de los 2.000 metros pueden ser tratadas como los parques naturales o las zonas de transición. Con esto se consiguen dos cosas:
– Hacer zonas muy limitadas para el uso del público general, que puedan disfrutarse del PN pero con ciertas garantías de seguridad y control. Es fácil controlar la gente a la entrada, encauzar los visitantes a zonas que puedan disfrutar sin correr riesgos adicionales a los que tendrían paseando por bosques de media montaña y estar en zonas donde los caminos están bien indicados, son claros, etc…
– Permitir que exista una actividad lucrativa que mejora la seguridad de todos, como es la aparición de guías del Parc Nacional de una forma más extendida. Si un grupo de turistas sin formación deciden que quieren ir al estany de Amitges o subir hasta el estany de Colomina, o subir la Tuca de Ratera pero no cuentan con el cómodo 4×4 que les sube tan arriba, pueden contratar el servicio de un guía o ir a salidas organizadas bajo control. Ya sé que esto es anatema para el montañero clásico, las numerosas malas experiencias con los guías de los Alpes y sus reatas de clientes son suficientes para ponernos los pelos de punta, pero ¿alguien tiene malas experiencias con los guías en Monte Perdido y Aneto?. Y yo no tengo problemas en que detrás mío o delante suba un grupo con un guía que vela por su seguridad y de forma indirecta también por la mía ya que si sufro un marrón habrá allí cerca alguien con más conocimientos que el montañero medio. Esto evitará parte de los problemas de seguridad, la saturación de la zona de alta montaña quedará acotada y la zona se hará asequible a un potencial turista con ansias montañeras. Ahora mismo, los taxis sustituyen demasiados guías.
– Hacer zonas de interés limítrofe que pueden, apoyándose en el atractivo Parc Nacional, ser un foco de atracción turística complementaria. La Vall de Boí, como el propio Donaire indica, su principal fuente de ingresos son las iglesias románicas, ni el Parc Nacional, ni la estación de esquí. La visita al Parc Nacional es un “más a más” o en combinación un complemento mútuo. Aún así, esto tiene bastante limitaciones. Ya puedes hacer dorada la fallida estación de esquí de la Vall Fosca o la subvencionada estación de esquí de Espot que “para ir a esquiar cerca del Parc Nacional” la gente no va. Ideas como las que plantean los estudiantes de Donaire se pueden aplicar en esta zona limítrofe siempre por debajo de la cota de los 2.000 metros (ya me veo gente jugando al painball en los Besiberris).
– Por último y es una opinión, el Parc Nacional es una protección que creo que perjudica más que beneficia a St. Maurici, zonas protegidas como Parc Natural se mantienen mejor conservadas como el Parc Natural de l’Alt Pirineu, estrategia que se sigue más en la cara norte del Pirineo, y permiten a la vez una explotación del entorno que las de Parc Nacional. El hecho de ser un Parc Nacional en Catalunya lo hemos convertido en una versión curiosa, sobreprotección formal, con un nivel de acceso superior a las zonas que supuestamente queremos proteger. La ruta de Carros de Foc, hecha con todo el amor del mundo para que los montañeros y público en general pueda conocer un entorno magnífico ha transformado el parque en verano en “Las Ramblas 2” vayas donde vayas, quitándole gran parte del encanto y quitando el sentido que tienen los refugios de montaña (propiedad de Unions Escursionistas la mayoría) en mini-hoteles turísticos, donde el sentido de acogida depende más del buen humor del guarda de refugio que su sentido de lugar donde puedes refugiarte del mal tiempo, o apoyo para una ascensión o ruta. Hemos sustituido la protección por una orientación hacia la explotación económica (y de unos pocos), el no permitir ni tan siquiera el vivac es un claro mensaje de que “lo has de hacer durmiendo en refugio y pagando” sin el sentido de autonomía que tiene el montañismo, el hiperproteccionismo junto a un negocio de taxis que suben y suben a la gente a gran altura. Ha sido ponerle el término Parc Nacional y la Generalitat (CiU) decidió responder a los intereses de lobbyes locales en lugar de pensar estratégicamente el Parc Nacional. En mor de la protección le hubiera ido mejor una figura como la de Parc Natural, pero no deja de ser una opinión más a vuela pluma que las anteriores reflexiones.
Algunos comentarios a los comentarios
Ejemplos de que este entorno de alta montaña debe tener una observación particular. Comentarios como el que se han dejado en el blog de Donaire:
“Crec que tot el què sigui introduïr i vincular el turisme amb les noves tecnologies, pot funcionar, sobretot a l’hora de captar l’interès del mercat… cada vegada més avesat a disposar de gadgets de tot tipus per us domèstic i professional. Si tinc un smartphone, una tableta o un GPS que faig servir per feina… perquè no fer-lo servir per oci i lleure també?”
Comentarios como este son los que me hacen ver que no incentivar a la gente a meterse en lugares con un mayor nivel de riesgo es algo positivo. Todos conocemos a alguien que solo se guía “por GPS”, se baja el track y tira con el GPS alegremente sin tener en cuenta los márgenes de error de la máquina, que el track puede contener errores, que las rutas de alta montaña variaciones de 10 metros pueden significar evitar o no un marrón, y que hay que saber primero orientarse en general y que el GPS está para cuando se tienen dudas. El GPS en alta montaña sirve “para volver si hay problemas” no para meterse en ellos creyendo que la máquina nos salvará. Asumir que en alta montaña siempre tendremos cobertura de móvil, que el GPS no fallará, que la electrónica nos proporciona alas y evita que tengamos que recurrir a conocimientos propios, a un mapa y a la capacidad de interpretarlo es uno de los nuevos errores del montañero. Si montañeros con algo de experiencia cometen esos errores, ¿gente que no conoce el entorno y que la posesión de un GPS le hace creer que no se perderán, que errores pueden cometer?.
Solo un par de cuestiones, las baterías de móviles, tablets, e incluso de GPS ya preparados para la práctica deportiva se descargan más rápido en altura y en entornos fríos. Los GPS en entornos abruptos no son tan exactos, hay reflejos de la señal y los contrafuertes tapan la señal. Siempre has de contar que el GPS pueda fallar y llevar una segunda batería o pilas de reserva. Pero el desconocimiento de todos estos problemas no nace expontaneamente, sino de la experiencia.
Otro comentario que no quiero dejar pasar…
Es molt sintomàtic que les dues propostes del savi Jose siguin fer vivac, o sigui cost zero, i limitar l’accés, o sigui la muntanya per uns pocs. Fa molt de mal aquesta visió del parc, que curiosament només defensen persones que no tenen res a veure amb la vall i que volen un parc per a ús selectiu.
Es curioso este mensaje. Un Parc Nacional no es un bien solo de las personas de una valle concreta de acceso al parque. Curiosamente, el comentarista comenta “la vall” como si solo la Vall de Boí fuera la que diera acceso al parque, algo que no pienso casi cuando hablo del Parc Nacional ya que la Presa de Caballers, el acceso natural desde la Vall de Boí ya marca una cierta selección solo superarla (el camino que la bordea no es un paseo Marítimo) y dejando atrás los taxis. El Parc Natural tiene tanta importancia o más los valles que vienen vía norte por la Vall d’Aran (Valarties, vall de Saboredo) o los de vertiente Este (Espot), o la olvidada y empobrecida Vall Fosca. Por no hablar de accesos menos poblados como la vall de Besiberris. No, la Vall de Boí no es más que uno de los valles que limita con el Parc Nacional, y los intereses y beneficios de Boí puede que no sean los mismos intereses y beneficios de los habitantes del resto de valles. Por otro lado, la protección de Parc Nacional que lo ha transformado en un atractivo económico adicional, hace que yo también pueda opinar sobre el Parc Nacional. Es con mis impuestos con los que se protege este entorno, con el que se subvenciona las pistas de esquí de Espot y con el que se financia el Parc Nacional, no solo con los visitantes o con la actividad económica de los habitantes del valle. Por no dejar que la protección de espacios naturales se hace porqué se considera que son un bien común, de todos los ciudadanos no solo los que lo habitan.
Por otro lado, considerar que el entorno de alta montaña sea un lugar selectivo no es una manía personal o que me disguste la gente. El Pirineo es lo bastante grande, e incluso el Parc Nacional tiene suficientes cimas como para poder estar “solo” si quiero. Mi primera ascensión en solitario fue al Pic de Peguera en pleno Parc Nacional, es lo que tiene levantarse a las 5 de la mañana y subir algo que no mide 3.000 metros con cierta dificultad, y no es el ultrapisoteado Encantats. Es una necesidad del entorno, que no todos pueden patear los entornos del refugio Amitges es una evidencia empírica, y que los taxis suben a la gente allí de forma indiscriminada, también. Que la alta montaña es selectiva es un oxímoron, la propia definición de alta montaña lo deja claro, es un entorno donde hay bastantes más riesgos para la vida humana que pasear por un parque. Podemos concebir el montañismo como una versión más de “turismo de (falsa) aventura” o “turismo activo” sin más… de acuerdo, es una concepción válida, pero luego no nos quejemos que se incrementen los accidentes de montaña y que los equipos de rescate que pagamos unos más que otros (unos doblemente con un seguro de montaña y nuestros impuestos) piensen en cobrar los rescates por el aumento de rescates a personas que han asumido un riesgo por encima de sus posibilidades objetivas. Parafraseando al autor del comentario “es una visión de quien no se ha encontrado nunca en una situación de cierta exposición y riesgo en montaña“.