Política

El porqué se endurecen e incrementan los conflictos en la política municipal

Hace poco que escribí sobre el PGM del Carmel y como el ciberactivismo ciudadano ocupa un papel bastante significativo a la hora de confrontar la propuesta del ayuntamiento de Barcelona. El problema se transforma en un “síndrome de David y Goliath” donde el “David”, en este caso el NIMBY de turno parece más débil comunicativamente que el Goliath (la administración local). Una imagen falsa pues el NIMBY (en este caso y en muchos otros) tiene una mayor capacidad de mobilización social, mejor capacidad comunicativa, mayor talento destinado a conseguir cierta hegemonía cultural (al menos en el ámbito local) y mantiene en jaque a la administración en su capacidad comunicativa. Esto entraré a analizarlo más adelante.

barcelonaaerea

Poniendo el ejemplo del ayuntamiento de Barcelona (un ejemplo que seguramente es extensible a muchas más administraciones locales), la actitud de los ciudadanos ha cambiado, dificultando la posibilidad de hacer “política urbanística” a la administración local. Comparando lo que ocurría hace unos 20 años con lo que sucede ahora, la ciudad de Barcelona no “molesta” tanto a sus ciudadanos con actuaciones urbanísticas, pero en cambio la resistencia a ellas es mucho mayor. ¿A qué es debido?.

En parte porqué el “relato olímpico” ayudaba a hacer entendible el volumen enorme de obras… la ciudad se modernizaba para que en el 92 estuviera a punto para las olimpiadas. El tener un relato de ciudad ayuda, y si este relato además es compartido por la ciudadanía eso hace que las actuaciones que sirven para el proyecto de ciudad sean más entendibles. Hoy en cambio, cualquier actuación urbanística tiene sus contestatarios, desde el 22@ (ya casi no nos acordamos, pero los gritos de cierta élite cultural barcelonesa en contra de la actuación eran muy sonoros hace unos pocos años), pasando por cualquier microactuación urbanística. Pero en parte también porqué la relación que tiene el ciudadano con la política y la acción de lo público se centra más en lo “que a mí me afecta directamente”.

Conflictos de concepción cultural e ideológicos:

Hay reacciones desmesuradas (como la de la limitación de velocidad en algunas vías urbanas), en base a un conflicto cultural que está latente desde siempre, pero que se muestra con más fuerza ahora al tener todos mayor capacidad de comunicarlo. Ante la imposición de restricciones al tráfico rodado (por ejemplo, mayor número de semáforos, restricciones de velocidad, zonas de aparcamiento limitado, zonas azules, áreas verdes, etc.) siempre han tenido sus retractores. El fenómeno de descredito de la política, del envalentonamiento (a mi parecer positivo) del ciudadano a la hora de defender su criterio, y la capacidad (mayor) de que cada uno se ponga a comunicar sus ideas ha hecho que muchos ciudadanos que tienen un conflicto ideológico o cultural con la política de un ayuntamiento respecto a la viabilidad se visualice más (y entre ellos también se identifiquen). Es un conflicto cultural e ideológico. En parte consecuencia de una mala política de comunicación (histórica, no actual), en la que las administraciones tomaban medidas y no se intentaba ni en su aplicación ni a posteriori defenderlas y explicarlas, y en parte porqué ese conflicto entre el interés privado y la visión individual y el interés público siempre estará.

Conflictos NIMBY (Not In My BackYard), o conflictos puntuales en el tiempo y en el espacio

Cuando se abre una calle, cuando se decide eliminar unas pocas plazas de aparcamiento para ensanchar aceras, cuando se ubica un servicio municipal “poco agradable”, cuando se realiza una reforma urbanística, siempre habrá alguien que no le guste, normalmente alguien que se ve afectado en lo privado (por ejemplo, le expropian la vivienda, o tiene al lado de su casa un equipamiento que no le gusta [conozco el caso de un grupo de vecinos que se han opuesto incluso a la presencia de una escuela por el ruido que provocarían los niños a la hora del patio], o se ven afectados a la hora de desplazarse en su vida diaria al modificar las direcciones de una calle), y ese alguien ahora tiene una capacidad de mobilización mayor. Por un lado por ese mayor nivel de autoestima o envalentonamiento ciudadano que hace que confíe más en su criterio que en el de la asociación de vecinos o en el de la administración, cosa que como he dicho para mí es positiva. Por otro lado, la “cultura política” es más la del ciudadano-consumidor y por tanto más volátil, más reactiva a lo que le afecta en un momento puntual que capaz de pensar en el “bien común”. Ese término “el bien común” o el beneficio social queda más diluido frente al perjuicio personal (aunque este sea temporal). ¿Porqué tengo que asumir un perjuicio que para mí lo percibo con el valor de X para un beneficio para terceros que es percibido como una fracción de ese X?. Se abre una calle para mejorar el paso de todos los vecinos por el barrio, pero para ello se expropia un bloque de pisos… Los expropiados se sienten más afectados que el beneficio que perciben para cada uno de los otros vecinos, por tanto reaccionan en contra de la medida.

La reacción de las administraciones con los NIMBY es en general mala. Como son movimientos volátiles, no se pueden utilizar los mismos sistemas de confrontación y debate que con las asociaciones vecinales clásicas. Algunos tan sólo necesitan poder tener más información y conocer mejor sus derechos para calmarse, otros mantendrán frente al ayuntamiento alternativas serias a las medidas que quiere proponer, alternativas que merecen ser estudiadas, analizadas, debatidas e incluso negociadas según lo acertadas que sean. El NIMBY debería ser contemplado como una oportunidad para mejorar la propuesta, pero tanto la actuación de los NIMBY (en general muy hostil, en parte por su amateurismo y poco conocimiento de la gestión de conflictos, pero también por su naturaleza que busca la maximización de su “poder negociador” en base a generar el máximo daño al gobierno municipal de turno si no consigue sus objetivos) como la de la administración (que no está acostumbrada a tratar con los NIMBY, que se siente desbordada por la mayor capacidad comunicativa y porqué la lógica con la que juega el NIMBY es distinta a la que están acostumbrados los gestores públicos) lleva a que esta oportunidad, si llega, sea a costa de un fuerte desgaste.

Además los NIMBY tienen un poder comunicativo mucho mayor que la administración, a pesar de lo que pueda parecer. El talento, energías y capacidad comunicativa de un ayuntamiento son limitadas, y las necesidades comunicativas de una administración son inmensas, hay mil frentes, mil temas y mil micromensajes que comunicar. Además las administraciones locales aún no se han posicionado como agentes comunicativos modernos, casi ninguna tiene la capacidad de promover o generar un relato de la ciudad, son poco ágiles y se ven sometidas a cambios de criterio político que les resta capacidad de generar ese relato. En cambio el NIMBY suele concentrar gente con mucha motivación, con muchas energías (ya que el conflicto, para ellos es este y acaba de comenzar ahora), y la mayor formación y conocimiento de los ciudadanos les lleva a concentrar bastante talento. Un talento amateur, pero que en una sociedad donde cada vez comunican más las personas y menos las grandes organizaciones (a menos que comiencen a entender la lógica comunicativa moderna que no se basa en “ocupar espacios” sino en generar cosas interesantes), y donde existe la épica del “débil contra la gran administración” tienen una fuerte ventaja. Además, el NIMBY, tiene mayor credibilidad a priori que la administración. Existen muchos factores para ello, pero entre los diversos motivos es que nos creemos más a un vecino que conocemos que a una administración, cuando vemos a los vecinos del bloque afectados diciendo que los van a dejar con el “culo en el aire” y que se realiza por especular con su terreno eso nos lo creemos. La política institucional nos ha defraudado más de una vez, y seguramente tenemos algún motivo para no tener alguna queja de nuestro gobierno municipal (por ejemplo, puede que no nos guste el cambio que se ha realizado en una calle, o estamos cansados de pagar multas por aparcar mal) y en cambio no de nuestro vecino de enfrente. El hecho es que el NIMBY se mueve mejor en la política comunicativa, incluso entre los periodistas, que las administraciones. Y eso debería poder tenerlo en cuenta la administración local a la hora de gestionar un conflicto y transformar en oportunidad lo que en ese momento es un problema.

Algunos NIMBY esconden intereses privados con aspecto de conflicto social

Antes he hablado de NIMBY que generan una oportunidad, pero también los hay que esconden tan sólo los intereses espureos de unos pocos frente al interés general. Hay que estar alerta porqué incluso dentro de un mismo NIMBY hay quien está porqué la actuación no la comparte pero la hay para poder conseguir mayor poder negociador (arrastrando y manipulando a terceros) y así obtener mejores rendimientos económicos de sus intereses. En este caso no hay mucho que hacer más que separar el grano de la paja y tratar al mercachifle como lo que es, y no como un ciudadano que quiere buscar alternativas o formas mejores para conseguir el bien común, afectándole menos en sus intereses. Esto lo que hace es que o bien recrudece el comportamiento del NIMBY (el mercachifle lo que pretende es que el NIMBY se radicalice para ser “más caro” politicamente y por tanto incrementar su poder de negociación privado, y no que el NIMBY llegue a acuerdos), o bien crea donde no habría ninguno (por ejemplo, inventándose bulos, generando falsa información, etc.).

Valores postmodernos mezclados con valores materialistas

Nuestra sociedad para algunos sociólogos es una sociedad postmaterialista, donde los valores como la solidaridad, el ecologismo, etc. priman sobre valores materialistas (como la seguridad, el derecho al trabajo, etc.). Según mi humilde entender no es exactamente así, los valores materiales aparecen en seguida que se amenazan, pero sí que es cierto que los valores postmodernos aparecen claramente entre lo que los ciudadanos valoran. Cada uno de nosotros somos una mezcla de valores, y esto lleva a que una actuación urbanística también sea más compleja de afrontar. Por ejemplo, abrir una calle podría significar cortar los árboles viejos y convertirlos en pasta de papel o abono, porqué es mucho más caro trasladarlos a un vivero y volver a replantarlos luego nuevamente (o bien están ya tan enraizados que no se les puede arrancar vivos). Esto lleva a que una actuación que todo el mundo secundaría sea rechazada por algunos porqué creen que la vida de esos árboles vale más que el beneficio de mejorar la calle. Ejemplos los hay a patadas, desde personas de alta sociedad que se encadenan a árboles para que estos no sean arrancados, pasando por situaciones tan kafkianas como que se apele a la conservación de un parque natural para la defensa de ejemplares arbóreos invasores que además han crecido gracias a la acción humana.

Todos estos valores entran en conflicto. ¿Que prefiero: arreglar la acera a un coste razonable o dejarla igual para salvar la vida a unos árboles?. Pero no se limita a este tipo de cuestiones medioambientales. Todos queremos que los “pobres” tengan techo, pero este valor entra en conflicto con un valor material que es el del “prestigio” del barrio o incluso el de la seguridad, nos da miedo y creemos que devaluará nuestro barrio (y por tanto el valor de nuestra vivienda) la presencia de equipamientos para atender a las personas sin techo.

En definitiva, cualquier administración local se enfrenta al reto de respetar y atender a un conjunto de valores que tienen los individuos y que en muchas ocasiones son incluso confrontados entre ellos mismos. Además, la política mediatizada ha tendido a exponer que los valores son absolutos: uno es ecologista de forma absoluta (por encima de cualquier cosa) o defiende la seguridad por encima de cualquier cosa, etc. Es la forma en que la clase política se confronta entre ella (la derecha anunciándose como la valedora de la seguridad y la izquierda como la valedora de la justicia social), y eso se traslada a la forma de construir dialécticamente la política por parte de los ciudadanos: en sus valores suelen ser bastante absolutos.

El efecto de las élites culturales y opinadoras de una ciudad

No menos importante es el “estado de ánimo” de las élites opinadoras y culturales del pueblo o ciudad. Un ejemplo es Barcelona, una ciudad donde no suelen haber problemas muy serios pero que para una minoría de ciudadanos, bastante bien posicionados, se ha construido un anti-relato de la ciudad. Las páginas salmón de la Vanguardia son un claro reflejo de esa “Barcelona opinativa” donde se entremezclan los mensajes de los NIMBY y de la élite sociopolítica barcelonesa, construyendo el relato de una ciudad que parece en completo conflicto. Otro ejemplo son los autores de “Odio Barcelona”, que conforman parte de esa élite sociocultural (no precisamente la “clase trabajadora” es la que fomenta este tipo de discursos), o los “arquitectos” que opinan sobre “los proyectos de las ciudades”. Y como no, los que marcan las líneas editoriales de los mass-media. Todos estos, sin ser ahora tan importantes como hace 20 años, ayudan a construir o destruir el relato de la ciudad. Ayudan a dar eco a unas versiones sobre otras. Y como el “incorformismo” y la rebeldía están muy de moda entre ciertas élites socioeconómicas y socioculturales, en parte como ejercicio “de clase” para diferenciarse de la élite política de la ciudad y también para reivindicarse como élite cultural de la ciudad, el ir a la contra de lo que haga el gobierno municipal de turno está muy de moda. Y en parte porqué ellos son los que menos se benefician de estas actuaciones. Un escritor con proyección mediática de clase media-alta poco le importa que vivir en el infraurbanismo de algunos barrios conlleve graves problemas sociales y del día a día, él prefiere poder pasearse por ellos como si fuera un antropólogo en su propia ciudad y empaparse de una supuesta “autenticidad” de ese u otro barrio. Se magnifica y se idealiza la marginalidad, rodeándola de un romanticismo, que en el fondo, no tiene. En cambio se tacha cualquier reforma y mejora urbanística de “violación del espíritu del barrio”, se hacen incluso acusaciones alegres e infundadas (como la de especular o querer acabar con el patrimonio). Sin quitar que algunos de estos alegatos han servido pare defender patrimonio histórico legítimo y que las reformas urbanísticas han de respetar la fisonomía general de los barrios, no olvidemos que la estructura de calles diseñada en época medieval o en momentos de expansión desenfrenadas o basadas en antiguos caminos rurales no es lo más adecuado para la vida en una ciudad del siglo XXI. Esta “élite” sociocultural que era amiga de las transformaciones urbanas en la década de los 80 (en parte porqué compartían la necesidad social y los valores materiales de las clases trabajadoras que necesitaban que sus barrios mejoraran y en parte porqué se sumaban al espíritu transformador y de apoyo a las jóvenes instituciones democráticas fruto del espíritu de la transición), ahora suelen estar a la contra de estas transformaciones.

En definitiva, la vida del político municipal está llena, hoy, de más oposición, resistencia, mayor nivel de reacción y auto-organización de los ciudadanos (y por tanto, mayor capacidad de oponerse a algo que no les gusta), y a un entorno social y cultural bastante más exigente y con una tendencia a “ir a la contra” de lo que ocurría hace 20 años.

Lo cuál, igual que he analizado cuando hablaba de los NIMBY, debería ser tomado como una oportunidad para mejorar y poner en valor las políticas municipales.

Soc coordinador de la revista electrònica i xarxa de bloggers www.socialdemocracia.org, webmaster de la UGT de Catalunya i militant del PSC.

8 thoughts on “El porqué se endurecen e incrementan los conflictos en la política municipal

  1. Sin que sirva de precedente: Chapeau.

    Me quedo especialmente con esta frase: “Un escritor con proyección mediática de clase media-alta poco le importa que vivir en el infraurbanismo de algunos barrios conlleve graves problemas sociales y del día a día, él prefiere poder pasearse por ellos como si fuera un antropólogo en su propia ciudad y empaparse de una supuesta “autenticidad” de ese u otro barrio”.

    Y es que el tema da para un ensayo… ¡Atrévete, compañero!

  2. És molt interessant i com et pots imaginar tinc coses a dir, per tant m’ho miro amb calma i faré un article, tranquil que posaré l’enllaça aquest cop.

  3. Hola, a través del blog de Pere Nieto, un referente en Horta-Guinardó, he podido leer este artículo. Sin duda brillante. Desconocía el término NIMBY pero es una realidad inequívoca. De todos modos creo que lo del bien común se puede tomar muchas veces, urbanísticamente hablando, como una verdad inapelable. No creo que los NIMBY (parece que hablemos de una subespecie) tengan un poder comunicativo mayor que el Ayuntamiento, puntualmente se puede hacer ruido, pero hasta cierto punto. Has comentado el tema de la expropiación y, así expuesto, no parece tan grave, pero una persona que se ve inmersa en un proceso de ese calibre se expone a dos mundos, la propia expropiación y la incertidumbre burocrática. El Ayuntamiento hace su trabajo pero al vecino le afecta en su vida diaria y aún confiando en el bien común no es algo que funcione con un chasquido de dedos: “Hola, buenos días veníamos por el tema del bien común…ah sí! pase pase, ¿quiere tomar algo?”.
    Creo que el mosqueo general que se respira en Barcelona tiene una parte bien fundamentada pero a veces un poco inducida. Me encanta La Vanguardia, creo que es uno de los mejores diarios que se publican, pero cuando llego a la parte sepia a veces pienso que vivo en otra ciudad donde todo es un desastre. El Periódico, por otro lado, me deja perplejo cuando veo publicadas fantásticas infografías y noticias a lo globo sonda que ni siquiera consigo hallar en la web municipal.
    Goliat es un gigante que debe concentrarse (a mi parecer) en la parte más difícil, con menos glamour y más fea que es el día a día de un ciudadano (transporte, limpieza, educación…) y comunicar bien y utilizando las nuevas tecnologías y promoviendo la participación activa. El David aquí descrito puede parecer homogéneo pero creo que el problema es su progresiva atomización al no haber un claro relevo generacional en las AAVV.
    Respecto a “Odio Barcelona”. En el clavo. No es “trendy” ir a una audiencia pública o interesarte por el PAM. Es “trendy” ir al Raval a tomarse una copa y no acordarse de cómo era el barrio chino hace veinte años.

    Felicidades por este blog que desconocía y feliz dos mil nueve.

  4. En principi m’encanta que cada vegada que no entenen una cosa la bategen amb mots anglosaxons o com simples imitadors busquen símils al altra banda de l’atlàntic…. On els seus problemes no tenen res a veure amb la Mediterrània.

    Aquests processos que entenem com mosqueig veïnal per fets en concret, sobre PERI’S, PGM O etc… tenen dues vessant en els anys 80 era necessari remodelar i dissenyar una ciutat edificada del caos i així ho varem viure els que en aquells temps impulsàvem els canvis. I varem impulsar una participació en el remodelatge de molts barris, ara els veïns tenim la primera notícia de la remodelació a “El Periodico” del dia 3 de març del 2008, i encara es l’hora que l’Ajuntament ens ha de preguntar que és el que nosaltres faríem.

    Ara remodelar integralment un sector es encobrir moltes coses que potser es poden dir en veu baixa i menys les dirà l’Ajuntament. En els anys 80 és treballava amb la gestió pura i dura del diner públic, potser s’invertia molt poc amb imatge i publicitat i es feia més feina de pedra com vulgarment dèiem els moviments. Cal dir que això també donava més vots dels que ara arrepleguen. Dons el veïns volen fets no paraules i menys anglosaxones.

    Ara s’han de pactar amb la promoció privada per poder endreçar els “flecos” com el sector de Llobregos/Dante, dons no tenen un “duro” per invertir… i és per aixó, que destrossen i no endrecen.

    Potser el muntatge del blog es una mica exagerat però si que és gràfic o potser caricaturista del que al final tindrem…..

    El que si sabem es que destrossen un bosc, treuen 500 veïns (molts d’ells persones grans del seu entorn) i ens col•loquen 1700 habitatges, senyors i sobretot el noi del blog que el veig molt jovenet i amb ganes de pujar… les coses a la Mediterrània no es fan així, la Mediterrània, parlar es comunicar i arribar a acords, no imposar. I menys pensar que els altres som tontos, o com que som veïns no en sabem…el que si al final aconseguiran serà trencar el tarannà d’Horta.

  5. Rosa:

    Primero de todo disculpa por tardar en responder (y publicar tu comentario) quería hacerlo en un momento de tranquilidad y poder responderte correctamente y no deprisa.

    Entro a trozos a responder tu comentario…

    El término NIMBY es un término que puede servir para ilustrar cómo se mueven los movimientos ciudadanos hoy en día, nacen por una causa (todo lo justa que pueda ser) y una vez conseguido o no su objetivo pero finalizado el conflicto desaparecen. No tengo ninguna duda que vuestro caso puede ser un NIMBY o que tal vez pueda evolucionar a otra cosa, pero es un movimiento que antes del PGM no existía y que no tiene que ver con la AAVV de ningún tipo.

    Es verdad que las administraciones tienen que mejorar su capacidad de comunicarse con los vecinos. Hoy en día ya no admitimos como ciudadanos que “nos informen” a través de un medio de comunicación. No es efectivo y en vuestro caso es evidente. Otra cosa es que haya alternativas viables, pero en este caso ya estáis participando, habéis presentado alegaciones e incluso alternativas, pero es más los dirigentes del distrito están yendo a veros y conversando con vosotros e incluso pactando.

    Lo que no te acepto es que digas que el ayuntamiento invierte poco. Eso no es cierto e incluso en momentos de crisis (que sufres tú, yo y el ayuntamiento) puede invertir porqué si algo tiene son las arcas municipales saneadas ya que no depende tanto de licencias de construcción para mantenerse. Es por ello que se puede aprovechar y reformar el barrio como es necesario. No se destroza se ordena y seguramente después de asumir parte de vuestras alegaciones y de que hayáis negociado con los dirigentes municipales la propuesta aún sea mejor.

    El montaje del blog es una estrategia comunicativa muy buena, conseguís transmitir lo que no és pero sí el espíritu de lo que sentis. Otra cosa es que todos conocemos el Photoshop y yo con mis datilillos también pueda hacer un post en mi blog que me curro con mi sudor igual que vosotros, opinando de forma distinta y desvelando que vuestro montaje es una exageración.

    Lo que sí te pido es que no entres en ad-hominems.. no acepto que me llames “noi del bloc” ya que tengo mis añitos y no me apetece que nadie venga a tratarme con condescendencia ni insinúe nada. Mi riñón está cubierto por mi actividad profesional que no tiene que ver con el distrito ni con el ayuntamiento. Y todo el mundo que me conoce, sabe, que en mi blog digo lo que opino aunque esto no esté en consonancia con lo que opine las organizaciones a las que yo pertenezca. Al igual que tú pides respeto yo no sólo te lo pido, te lo pongo como condición (ya que mi pan no depende del tuyo y el debate lo estás teniendo en mi casa virtual) para seguir debatiendo. Yo no te trato como “tonta” ni a tí ni a tus vecinos. Considero además que si lees el artículo que las administraciones no están preparadas para atender a los NIMBYS y que la estrategia que siguen es más de “resistencia” que de aprovechamiento de las energías positivas que tienen para mejorar las propuestas urbanísticas, cribando eso sí, quien sólo está por enmerdar y conseguir un beneficio personal egoista (y no hablo por vosotros sinó por alguien más mitinero y que se la dá de amigo cuando no está afectado por el PGM).

    No acepto ese trato condescendiente además, teniendo en cuenta que en un proyecto que lancé personalmente yo como http://www.hortaguinardo.org y que pago de mi bolsillo (cuesta 4 duros pero es de iniciativa privada, el coste es simbólico) os publiqué vuestro blog sin ningún problema ni duda, a pesar de que no compartía las opiniones que versábais, y el trato que os dí fué correcto y respetuoso.

  6. Mira , José Antonio, et responc per última vegada doncs no penso perdre el temps en donar-te un aprenentatge que no tens… Si que et reconec que tens molta teoria anglosaxona, potser molts masters??? I potser la teva experiència professional es de consultoria pura i dura, però poca pràctica i també que no escoltes. Suposo que només saps orientar les consignes del teu partit ,per a mi i per molts de nosaltres que portem 30 anys treballant amb la ciutat de Barcelona tu sempre seràs un nen i a més ara m’has demostrat que prepotent…

    Doncs t’importa un pitó el que puguin dir-te els que tenen un bagatge que es diu experiència… de situacions com les que ara visc com a veïna les he tingut durant molts anys des d’una altra vessant i us puc dir que us equivoqueu, que no podeu anar dient que vosaltres en sabeu més i que les vostres trajectòries professionals son X. Doncs sempre s’ha d’aprendre i de tu, jo, n’estic aprenent encara que no t’ho sembli… si no entens que una persona que ha estat en moviments veïnals i treballant per la millora de la ciutat des d’abans que tu naixessis, i et puc dir-te que en un bon principi amb el teu mateix partit dintre d’una clandestinitat, es pugui dirigir a tu en els termes de “noi”, és que la teva inseguretat es majúscula si ets sents atacat per aquesta qüestió.
    Per posar-te un exemple del poc que escolteu i del poc joc que doneu a la participació, tu mateix me’l vas donar ahir. Des del dia 3 de març del 2008 fins ahir vosaltres els representants del PSC no heu vingut a visitar la zona, gairebé un any i amb moltes protestes veïnals pel mig (només vàreu venir els consellers, de regidor, ni un). O ara ho teniu pelut, o és que les al•legacions dels veïns són més series del que us esperàveu i ara veieu que potser es pot pactar????
    Tan sols em queda donar-te un consell que es diu humilitat, i saber callar i escoltar, i estudiar, com a representant municipal, totes les propostes i pensar que el més important són els veïns, no sortir a la revista x, ni al blog y.

    Suposo que el teu blog esta en castellà per què la teva projecció es la política espanyola… ho trobo molt encertat… així et pots promocionar i així tindrem nosaltres un problema menys.

    Per cert m’agrada molt el pressupost que heu presentat avui amb “El Periodico”… hem sembla importantíssim l’increment en despesa social, però tu creus de veritat, que amb un 77,5 milions d’Euros, un 4% de la despesa es pot mantenir urbanísticament una ciutat com Barcelona, si no es especulant amb l’inverssió privada??? Potser no estem tan equivocats els veïns. Vosaltres mateixos ho heu confirmat.

    Si escoltessiu sabrieu com entomar els NIMBY’s, doncs no es produirien…hi hauria participació. No cortines de fum, ara com ara hi han AA.VV. representatives encara que polititzades i AA.VV. no gens representatives dels barris, a Horta ens podem considerar en aquest segon cas. El que si fa falta, son AA.VV que estiguin al costat dels veïns i no fent el joc a l’administració per poder migrar a càrrecs polítics, i interessos personals.

    I dit això, punt i final.

  7. Rosa:

    Primero de todo te rogaría que no perdieras la educación y las formas. Yo aún no te he faltado el respeto, no he entrado a cuestionarte personalmente y tú en mi casa virtual sí, lo has hecho y dos veces. Lo de “noi” no te lo admito, ni a tí, ni a alguien que me triplique la edad, es así de sencillo. Tú tienes tu experiencia, yo la mía, y no la pongo en cuestión, como tampoco pido que pongas en cuestión mis vivencias, experiencias o el exiguo conocimiento. El “noi” lo has utilizado en un tono despectivo, utilizándolo para decirme que busco promocionarme, por tanto no me lo has dicho con tono afectuoso sinó prepotente. Por tanto, te lo hago ver y te ruego, nuevamente que no lo utilices. El que lleves 30, 40 o 50 años en el movimiento vecinal no te da derecho a tratarme con condescendencia, no sabía que la veteranía permitiera ser maleducado.

    Por otro lado, no, no trabajo de consultor. Lo siento, tengo mi trabajo que es mi ámbito personal y si quieres me lo preguntas, pero ais.. no he hecho un máster en urbanismo, y lo que conozco de todo esto es, como tú, a base de experiencia y amateurismo y lo poco que he logrado leer de sociología urbana. El término “NIMBY” anglosajón en el primer lugar que lo leí fué en un blog, pero es indiferente. Es fácil “cosificar” al adversario diciéndole que es un consultor (malvado que debora niños) o que lo hace por medrar. Yo lo siento, soy un vulgar vecino que tiene una responsabilidad pequeña en el distrito, pero que come de otras cosas que tienen más bien que ver con internet que con las organizaciones políticas o las instituciones. Entiendo que “fastidie” que alguien con su blog se atreva a refutar y combatir algunos (y digo algunos porqué insisto hay cosas en las que creo que tenéis razón) de vuestros argumentos, pero es lo que hay, ni internet es vuestra ni mía.

    Sobre la lengua que escribo, es en la que a mí me dá realmente la gana, defiendo la normalización lingüística, respeto mucho el catalán y es mi segunda lengua, y algunos de mis posts los escribo en catalán sin problemas. Pero, cuando hablo más desde el corazón prefiero hacerlo en castellano, o simplemente porqué me venía en gusto. Yo no nací muy lejos de donde tu vives y me he criado no muy lejos de donde tú vives y nadie, nunca, en el Carmel me ha reprochado utilizar el idioma que me ha dado en gana, tanto el castellano como el catalán y tal muestra de intolerancia no te la acepto ni a tí ni a nadie. No estás ante una OAC o en una respuesta oficial, sinó, y lo vuelves a olvidar en mi casa virtual y yo respondo en aquél idioma que me place, escribo en el idioma que me place y no dejo de hacer política catalana por ello. Creía que tan sólo algunos personajillos como los de Ciutadans tenían problemas con la lengua en Catalunya, pero veo que a la hora de “atacar” sirve de todo. Es una lástima tener vecinos como estos, por suerte minoritarios, que deciden cosificar a una persona por su idioma. No debe ser el Carmel o la Horta que conozco.

    Sobre mi carrera política, bueno, es pública, así que tranquila, por el momento en Madrid no me han ofrecido nada, ni lo espero. Lo que no te acepto es el ad-hominem (perdona por utilizar un término que escapa al catalán o el castellano.. oh.. un tecnicismo), lo que opino es lo que opino y no lo que me dicta mi partido. Y mira por donde, como tú, yo tengo un blog que escribo lo que quiero y deseo, y eso lo saben hasta “mis compañeros de partido”.

    Es una pena… porqué yo sí que me niego a tener un debate con nadie que no me guarde en lo personal un mínimo de respeto y educación. Curiosamente yo no soy regidor y no tengo porqué, por obligación, sentarme con nadie a aguantar que me insulten. Y si no quieres venir, será tu problema, lo que no voy a aceptar es un trato prepotente y que encima vengas A MI CASA a insultarme o a cargar contra mi persona.

    Cuando os dediquéis a ser algo más respetuosos estaré dispuesto a seguir debatiendo contigo o con quien sea las opiniones al respecto. Considero además que mis artículos sobre vuestro sector son bastante ecuánimes, respetuosos y para ser tratados “desde el otro lado” bastante correctos y atentos a vuestras demandas. El hecho que yo no aplauda con las orejas todo lo que digáis no te da derecho a tratarme así.

    Punto. Por el momento yo siempre que he tratado con vosotros. Faltando esto, no voy a entrar en los “argumentos”.

  8. Por cierto no es que me “importe un pito” la experiencia de alguien. Es que por el hecho de tenerla eso no le dá la razón en todo, si no me convence, esa persona por muy sabia que sea, simplemente no le voy a dar la razón. No voy a darle la razón porqué lleve 50 años en el movimiento vecinal, se lo respetaré, pero como usted, yo pago mi comida de mi trabajo y este cerebro lo alimento yo, por tanto decido lo que creer o en que confiar y mantengo mi criterio que bastante me cuesta.

    Por otro lado, no me llamo Jose Antonio.

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