Pere Navarro ha dimitido, algo que no solo era necesario, sino que tendría que haberlo hecho hace mucho tiempo. Tendría que haber dimitido hace año y medio cuando nos hurtó las primarias internas para las autonómicas y cuando se pegó la castaña electoral de las autonómicas.
Ya apuntaba maneras y tomó decisiones que en términos generales fueron casi siempre en la peor dirección.
Pero el problema del PSC no se llama Pere Navarro. Pere Navarro tan sólo ha sido un pésimo primer secretario pero cuyas decisiones han sido de forma sistemáticamente ratificadas por un segundo nivel y una dirección política. El Consell Nacional ha dado apoyo de forma aplastante a cada uno de sus gestos, a cada uno de sus giros, a cada una de sus ocurrencias. Ese primer y segundo nivel de la toma de decisiones del PSC que nunca da la cara, que nunca rinde cuentas, que está detrás de la barrera y que si se equivoca nunca le pasan cuentas es el principal problema.
Los mismos que se cargaron a Maragall y pusieron a Montilla, los mismos que decidieron que marchara Montilla y pusieron a Navarro hoy se lo han cargado.
Navarro es un síntoma, un mal síntoma y especialmente virulento, pero un síntoma de una estructura clientelar, en manos de muy pocos dirigentes, de un puñado de familias políticas y de sangre que controlan el PSC. Un sistema clientelar formado por un segundo nivel de estómagos agradecidos o mentes esperanzadas en serlo. Un sistema clientelar de personas con talento pero adoctrinadas para responder a los intereses del poder establecido a no decir una palabra por encima de otra, a requerir un líder y a seguirlo, a no mostrarse peligrosos ni inquietos. A ser complacientes con la dirección. Son gente con talento, la mayoría de ellos mucho mejor políticos que un servidor, pero secuestrados en su caja negra, por sus propias estructuras clientelares y una cultura política que deja mucho que desear.
Núria Parlón, que es quien más está sonando como sustituta de Navarro, puede ser una persona con enorme talento o increiblemente gris, yo no lo sé, al igual que muchos de estos mediócratas de la estructura, nunca se le oye una palabra por encima de otra. Es incluso más complaciente que otros perfiles. Pero es casi indiferente, seguro que tiene mucho talento pero no servirá de mucho. Todo su talento quedará apagado y arrastrado por la estructura mediócrata.
Todo cambia para que nada cambie… mientras el PSC no afronte las reformas internas en su estructura de toma de decisiones no servirá de casi nada.
Mientras la composición del Consell Nacional refleje las familias políticas y sobretodo toda la estructura clientelar que depende económicamente de forma directa o indirecta del partido. Mientras no segreguemos la carrera profesional dentro del PSC (que requiere de técnicos, gerentes, administrativos y asesores formados) de la estructura de control político, algo que ocurre en otras organizaciones políticas y sociales. Mientras el PSC no aplique las normas de limitación de mandatos y de acumulación de cargos que el mismo PSC tiene. Mientras sigamos viendo que son los mismos nombres que configuraron el PSC en los años 90 los que siguen tomando las decisiones (tanto en el sector oficialista como en el mal llamado sector catalanista). Mientras la selección de cuadros políticos responda más a un interés de agradar al puñado de jefazos y no responda a una selección de talento y de capacidad de agradar a los electores. Mientras la herramienta siga siendo la misma y los incentivos institucionales sigan siendo lo mismo.
Todo seguirá igual.. porqué el problema no se llamaba Navarro, Navarro era el peor síntoma de una pulmonía mortal. Pero sonándose los mocos, y cambiando el paño de la cabeza no se cura uno de la pulmonía.
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