Estos días los activistas independentistas sufrimos una mezcla de emociones, algunas de ellas son debilitantes, miedo, nervios, cansancio. Estamos hiper-reactivos a cualquier noticia. Nos aparecen dudas y miedos. Una parte es una activación normal que además es positiva, un cierto grado de estress nos mantiene en estado de flujo y permite que mantengamos el ritmo, pero un exceso nos termina debilitando.
De eso se está aprovechando el estado español, que está haciendo una campaña de Maskirovka, de desinformación y miedo. La estrategia es que si no pueden parar el referéndum (y hasta el momento no hay nada que diga que lo puedan parar) estemos asustados y gastando energías.
El estado hace cosas hiperbólicas. Nos envía unas tanquetas de agua que nunca han sido utilizadas, ni tan solo en la etapa más dura de la lucha callejera en Euskadi, para asustarnos. Hacen alardes de furgonetas de Policía Nacional y Guardia Civil que luego no van a ningún lado. Hay numerosos fakes, falsas noticias, mensajes intoxicadores que no se sabe muy bien desde donde salen pero que buscan intranquilizarnos.
El estado se defiende como gato panza arriba, fiscalía se pega el farol de querer imputar a miles de personas (tardarían décadas en realizar toda la instrucción de un caso tan masivo), amenaza con delitos exageradamente inaplicables (sedición a 40.000 personas, prevaricación a personas que no son ni funcionarios ni cargos públicos), que saben que no pueden tirar adelante, con la única intención de intimidarnos. No hay grupo que no sea intimidado, cartas a alcaldes, directores de instituto, periodistas, webmasters y de aquí poco a directores de los CAP.
Todo esto es intencionado. El estado quiere que estés preocupado con si tu colegio abrirá o no. El estado quiere que tengas miedo de ser detenido o identificado si vas a votar el 1 de octubre. El estado quiere que estés preocupándote que hacer para salvar los colegios electorales y las urnas en lugar de hacer campaña por el SÍ. El estado quiere que creas que tiene policías y fiscales para detener a todos los independentistas. El estado quiere que estés preocupado de como llegarán los votos a los colegios electorales. El estado quiere que tengas miedo. Porqué si no puede parar el referéndum (cosa que cada vez tengo más claro que no va a poder) está intentando asustar e intimidar para que no votes.
Nos quieren asustados, cansados y preocupados por actuaciones policiales o reacciones de incontrolados. Nos quieren con miedo y en un estado de desgaste. Para que si tenemos que actuar pacíficamente no tengamos fuerza. Para que haya quien tema ir a la urna. Nos intenta inducir un estado paranoico que nos impida ser inteligentes.
Perdona que ahora entre en lo personal, pero creo que viene muy a cuento. No hay nadie que sepa más que es el miedo y le sea más difícil ante no actuar cuando siente esa emcoión que una persona contrafóbica y yo lo soy. El miedo es una de las emociones que más vertebran mi comportamiento. Créeme, te entiendo, más que nadie, lo que estás viviendo cuando sientes nervios, inquietudes o ganas de actuar. Esa extraña emoción que nos lleva a hacer algo para calmarnos, una reacción de ataque o huída, que nos devuelva tranquilidad. Por eso buscamos alguien que nos diga cual es el plan secreto para sacar las urnas y las papeletas, o se nos ocurren alocados planes en la cabeza. Pero lo único que hay que hacer es estar tranquilos y confiar que todos haremos lo que toca, cada uno en su papel, y que si hay que hacer algo extraordinario, fuentes oficiales nos lo dirán.
Pero frente a la emoción del miedo, existe el sentimiento de la confianza. La confianza nos permite superar ese miedo. Confiar en que el Govern está haciendo todo lo que toca para tirar adelante el referéndum. Confiar en que los centros estarán abiertos. Confiar que si hay que hacer algo especial o extraordinario, aquellos que tienen la información nos lo dirán. Confiar en que los Mossos cumplirán con su obligación en la justa y necesaria medida para no impedir derechos fundamentales. Confiar en que ninguno de nosotros no hará ninguna tontería en los colegios o en las movilizaciones. Confiar en que cuando vayamos a las movilizaciones o a votar no estaremos solos. Confiar en que todos somos capaces de superar nuestros miedos, inquietudes e ir a votar.
La confianza es el cemento de las relaciones humanas (ahora muchos amigos míos entenderán porqué han tenido roces conmigo en un momento u otro, al costarme tanto construir esa confianza) y también lo es en los movimientos políticos. La confianza en los demás son lo que nos hace en situación de incertidumbre creer que ninguno de nuestros compañeros de camino nos va a hacer la pirula o no va a cumplir con su parte. Además, hasta el momento las cosas han ido pasando. Los referéndums requieren censos, información a los votantes, sorteos de mesas y campaña. Y todo esto ya existe: tenemos los censos, donde consultar, sabemos donde tenemos que votar y los miembros de mesa han sido llamados. También requieren colegios, urnas, y mesas que hagan su trabajo y ciudadanos que vigilen que no haya irregularidades. Simplemente hemos de confiar que los va a haber.
También os digo, soy una persona que por mi historia reciente me cuesta tener confianza: en el último año alguien que apreciaba un montón sin querer, y por torpeza mútua me rompió el corazón y otra persona en la que confiaba hizo que tuviera que romper mi amistad con ella por sus propias acciones fruto de sus debilidades emocionales. También por mis rasgos de personalidad, sufro pánico al abandono, la confianza tiene un coste emocional más alto. Así que entiendo la dificultad de lo que pido.
Pero el hecho es que estamos confiando. A pesar de los nervios y los miedos, de los intercambios de mensajes con alertas falsas y la lluvia de desinformación, siempre volvemos a un punto de calma. Si me dejas que te mire desde fuera si eres de los que te estás moviendo estos días. Es imposible no admirarte a ti y a los que se están movilizando, no habéis caído ni una sola vez en la confrontación. El Govern están exponiéndose para que las consecuencias legales queden concentradas en ellos y por tanto es muy admirable su forma de actuar. La acción en la calle es una perfecta combinación de coordinación y auto-organización espontánea con la fuerza necesaria y una actitud calmada. Es impresionante la capacidad que como movimiento estamos teniendo.
Admiro la capacidad de responder que tienen desde el Govern a todo intento de fiscalía de hacer de los Mossos parte del cuerpo represivo del referéndum. Admiro la inteligencia con la que el Govern ha logrado informar de los colegios y mesas. Admiro a los periodistas y medios que siguen informando de la campaña del referéndum a pesar de los intentos de intimidación de fiscalía. Admiro a como de forma espontánea hay cientos de ciudadanos que van haciendo esa campaña de mil maneras imaginativas.
Es imposible no sentir un sentimiento de confianza colectiva. Confianza que se extiende incluso en aquellos que creen que han de votar que NO o en blanco, en esa parte de demócratas que no son independentistas y que se han alineado contra un estado represor.
Si yo he podido confiar en vosotros, si he podido confiar en ti, será fácil que tú también lo hagas. Y con ello disiparemos el miedo y desactivaremos toda campaña de desinformación y desmoralización del estado.