Existe una especie de gurús de la economía y de lo 2.0 que anuncian el fín del sindicalismo tal y como lo conocemos. Su tesis es que todos somos trabajadores en la nube, 2.0, que tenemos una capacidad de negociar nuestro salario y poder fijar nuestras condiciones laborales de igual a igual con un empleador. Un mundo lleno de emprendedores donde la economía se mueve en base al talento y que las leyes y rigideces son obstáculos para el libre desarrollo de la creatividad y de las carreras profesionales.
Su discurso está lleno de ese discurso que nos ha cuajado desde que Manel Castells escribió su trilogía sobre la Sociedad de la Información, parece adecuarse a lo que esperamos que sea la realidad.
Ahora bien, en el detalle es donde aparece el diablo, y estos mismos gurús que dan por muertos al sindicalismo tienen al puñado de empleados a su cargo en peores condiciones laborales que las de una oficina cualquiera donde se aplica el convenio de Oficinas y Despachos, donde las horas extras no remuneradas son la tónica.
Anuncian que las huelgas generales no sirven de nada, pero condicionan a sus trabajadores para que no las realicen e incluso instan a sus pobres asalariados a escribir en contra de la huelga general. Se sirven de su “autoridad” en la red para, escribiendo en inglés, dibujar realidades que no existen para hacer creer que la “general strike” ha sido un fracaso. Por tanto de una manera u otra, si tienen que utilizar todo su poder para luchar contra la huelga general es que realmente daño a sus posturas sí que le causan.
Gurús que dicen que hay que utilizar la red para luchar y no las viejas herramientas del sindicalismo y olvidan que de las pocas campañas que utilizando la red lograron tirar atrás una ley fué una que se realizó entre la blogosfera progresista y el mundo sindical y consiguió tirar atrás la directiva de las 65 horas de la UE (y apoyado por gurús 2.0 “de verdad” “de los que se mojan”). Tal vez porqué realmente son las horas semanales que les exige a sus asalariados y autónomos dependientes que dediquen a hacerles ganar dinero.
Gurús que dicen lo que hay que hacer en la red y venden propuestas enlatadas que tanto sirven para una empresa como para una organización política, que ponderan sobre las estrategias 2.0 pero en su vida han liderado o participado de forma activa en una campaña realmente exitosa en la red. Obvian que algunos de los “víricos” que se han movido en este país han sido de origen sindical, como “Comando Precario” o “Las mentiras de la crisis“.
Gurús 2.0 que no sólo se atreven a pontificar cómo han de actuar los sindicatos sinó que sin demostrar que ellos sepan hacer las cosas mejor en la red se dedican a pontificar en eventos y a llenar la red de su humosfera.
Gurús que se llenan la boca de ser “emprendedores” y “generar mucho empleo” cuando su potencial empleador es inferior al de un supermercado de tamaño medio, cuando su potencial transformador y de emprendimiento es inferior al de las organizaciones de autónomos que se sumaron a la huelga general. Obviando que en este país la mayoría de “emprendedores” son autónomos que son contratados para reducir costes por un único empleador en fraude de ley. Incluido ellos mismos.
Gurús que en el fondo lo único que hacen es cuidar su huertecito y que saben que una mínima acción sindical en sus negocios les hundiría en la más mísera de las existencias por la cantidad de infracciones a la ley de prevención de riesgos laborales, a los derechos de los trabajadores, al respeto a la jornada máxima semanal y al número de horas extras, a la contratación de falsos autónomos. Gurús que en el fondo temen la capacidad de mover en la red que tienen los sindicatos que logran en pocos días poner en marcha una recogida de firmas en línea con más de 1000 confirmaciones, y plantar cara en la red durante una huelga general derrotando a la derecha mediática en todos los frentes.
Gurús que en el fondo temen a las organizaciones con mayor capacidad de movilización en la red después de los grupos nativos en ella y que además la combinan con la mayor capacidad de movilización en la calle. Que temen a un sindicalismo que lustro a lustro tienen mayor afiliación y mayor capacidad de acción en los sectores profesionales, incluídos aquellos donde quieren que estén fuera para no agitarles a sus propios trabajadores y que estos sean dóciles y se crean el discurso neoliberal en el que ellos son líderes que no necesitan esas organizaciones de “blue collar”.
Gurús en el fondo que pudiendo ser unos excelentes profesionales han expandido y estirado tanto su imagen que se han vaciado y sólo queda humo.
Gurús, que en el fondo, pueden presentar un currículum de acción en la red mucho más modesto que el de las organizaciones sindicales que ellos critican.
Da nombres, Jose, que me quiero reír leyendo a estos “Smoke, Fog & associates”
Como se enteren algunos igual te tumban el blog. Avisado quedas.
Sí hombre… y comerme una pedazo de demanda por difamación (que aunque sea cierto lo que digo, no puedo conseguir que según que acusaciones alguien de sus staff lo certifique delante de un tribunal y tampoco quiero joderle a nadie su puesto de trabajo).
Supersantiego… temblando estoy hoiga… al menos he hecho copia de seguridad del blog… :-)
Tiene usted razón, no había caído yo en eso.
Pero vamos, cárnicas en el mundo de las IT abundan, doy fe. Y vendedores de humo, ni te cuento.