La corrupción no es generalizada, la mayoría de los políticos que conozco y entre los que me incluyo no hemos aceptado un soborno, no hemos cometido prevaricación, no hemos aceptado prebendas, ni hemos dado información privilegiada. El problema no es que la mayoría de los políticos sean corruptos, que no, sino que hay una corrupción institucionalizada y prácticamente aceptada. Una corrupción impune, una corrupción socialmente aceptada, y un adoctrinamiento de las bases y los cuadros de los partidos para justificar a los corruptos propios a los extraños.
El PP se lleva la palma (el caso Bárcenas es ya un escándalo que supera en dimensión cualquier comparación), pero es algo que se propaga en el resto de organizaciones políticas.
Con los corruptos no debemos ser contemporizadores, ni utilizar medias tintas, ni aceptar sus excusas, sino simplemente exigirle la dimisión, expulsarlos de la política y de las instituciones.
Porqué gracias a los corruptos, a su impunidad, y a como surfean los partidos con ellos, somos la inmensa mayoría de políticos que somos honestos, que intentamos cumplir con la legalidad y con la moralidad de la forma más exquisita, quienes nos vemos salpicados.
Gracias corruptos, y gracias a los que les dais apoyo porqué todo nuestro trabajo para dignificar la política lo tiráis por tierra.