No me atrevo a opinar demasiado de conflictos internacionales, y menos aún de uno tan complejo como el que viven palestinos e israelitas. Por un lado simpatizo con la causa palestina, son un pueblo oprimido (y no sólo por los israelitas, ya lo han sido por otros árabes), y considero que un estado palestino viable es la solución que necesitan, un estado que no les cierren las fronteras, les bloqueen a sus gentes, que permitan la entrada de alimentos y que tenga algún futuro económico. Por otro también simpatizo con la causa israelí. Más allá de que sean o no un pueblo perseguido, o de que estos territorios en los que han construido ciudades casi de cero, pertenecieran a otros, pasado más de 50 años, Israel es una realidad, un estado avanzado, que garantiza mejores derechos y libertades que el entorno donde se desarrolla y tal vez la única oportunidad de un pueblo de poder desarrollarse y vivir sin ser perseguidos por su religión o su forma de vida.
Opiniones sobre los últimos atentados de Hamas y el ataque indiscriminado del ejército israelí las hay bien desarrolladas en la blogosfera, y yo me quedo con la de Citoyen y la de Geógrafo Subjetivo, ambas desde planteamientos distintos pero muy próximas entre sí.
Más allá de la coyuntura, al igual que Citoyen yo considero que:
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El estado de Israel tiene derecho a existir y el estado de Israel tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos.
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La forma de ejercer ese derecho y esa obligación de defender a sus ciudadanos tiene que tener límites. No todo es aceptable.
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La vida de un israelí vale igual que la vida de un palestino. No entiendo ni acepto que matar 50 civiles palestinos y 80 policias (que no tienen que ver con el terrorismo de Hamas), esté justificado por salvar a 20 o 30 israelitas.
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Entiendo que la lucha contra una fuerza terrorista que se protege en la población civil es algo complicado y que mi opinión se hace desde una cómoda silla alejada de la probabilidad de sufrir un disparo de un misil o un mortero. Aún así, es exigible a una democracia que no utilice la población civil “enemiga” como objetivo. Igual que considero que los bombarderos estratégicos británicos y americanos contra la Alemania nazi fueron condenables (y según estudios de la Reserva Federal posteriores a la IIWW, infructuosos para acabar con el esfuerzo bélico nazi), considero que el bombardeo de edificios oficiales que nada tienen que ver con los terroristas o de zonas habitadas por civiles es deleznable y condenable.
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Dudo de que el ejército israelí en este caso no tenga formas más quirúrgicas de actuar (no para menos las fuerzas especiales israelis son consideradas de las mejores del mundo).
- Hay una asimetría en las valoraciones, mientras que al ejército israelí no deja de pertenecer a una democracia y por tanto se puede esperar que tenga el comportamiento de un ejército democrático por tanto sometido a unas reglas, soy consciente que esto no hay manera de exigírselo a Hamas y que el ejército israelí juega con una mano atada a la espalda y con limitaciones (o al menos las debería tener). Soy consciente también de ello y por tanto no soy tan “bonista” de condenar por condenar las acciones del ejército israelí. Al menos en el bando israelí hay “alguien” a quien exigirle responsabilidades, en el bando del terrorismo palestino, no lo hay, y no funciona bajo ninguna lógica democrática.
Pero como en todo conflicto, todo está lleno de grises, ni todos los israelitas están de acuerdo con la acción de su gobierno, ni todos los palestinos secundan a Hamas. Es en esta gente donde está la esperanza de que en algún futuro, los dos estados y los dos pueblos vivan en paz, están condenados a ello.. Israel no puede ser borrado del mapa por los estados árabes, ni cuando lo intentaron en la tierna infancia de ese estado pudieron, ni lo podrán en un futuro, y menos los terroristas palestinos. Tampoco Israel puede obviar y marginar eternamente al estado palestino, Palestina es una bomba demográfica, y hoy en día no pueden echarlos a ningún sitio y han de permitir que Palestina se desarrolle o tendrán siempre una gran parte de la población palestina apoyando a los terroristas.
La condena de estos dos pueblos semíticos es la de entenderse y la de vivir juntos. Por eso hoy dedico mi post a los Shministim, los jóvenes israelís que se niegan a servir en el ejército debido a que están en desacuerdo con las atrocidades que les obligarían a cometer. Estos jóvenes de 18, 19 o 20 años van a la prisión militar, varias veces, y sin que haya un límite al número de veces y el tiempo que pueden permanecer en ella, hasta que por fin les obligan a ejercer el servicio militar obligatorio. A diferencia de otros estados democráticos donde la insumisión es condenable, pero la pena está pautada, temporalmente limitada, está dentro del código penal y no del código militar y además hay tribunales, apelaciones, garantías jurídicas, beneficios penitenciarios y el delito puede prescribir, los Shministim no tienen estas garantías. No pueden ni tan siquiera optar a un servicio alternativo como objetores de consciencia: han de ser obligatoriamente soldados.
Por ello os animo a firmar para apoyarles y que el gobierno de Israel los libere, o al menos les garantice una seguridad jurídica y un trato justo, que salgan de la órbita de la justicia militar y pasen a la civil. Son gente como ellos, los que se niegan a cometer los asesinatos, o a apoyar a quienes los cometen, en ambos bandos, los que permitirán construir el diálogo del futuro para que algún día Hamas y los grupúsculos terroristas no tengan el apoyo de los ciudadanos palestinos y para que la sociedad israelita castigue a los “halcones” que potencian ataques desproporcionados y poco quirúrgicos.
Si los queréis conocer, mirad este vídeo.
Yo tampoco me atrevo demasiado a opinar en este tema, simpatizo con los palestinos porque me parecen la parte más débil y los que están recibiendo más palos, por lo menos esto es lo que vemos año tras año en nuestras televisiones y medios de comunicación.
También hemos visto atentados suicidas en ciudades israelíes y eso me lleva a solidarizarme con las personas que sufren esta situación. Ahí está la cosa, las personas. Ni los israelíes ni los palestinos querrán vivir en esa situación pero se ven forzados a ella.
Por eso me parece esperanzadora la postura adoptada por estos , ojalá les escuchen. Tienen todo mi apoyo.
Y suscribo totalmente tus seis consideraciones, yo no podría haberlo expresado mejor.
Un saludo.
Ei… citoyen que yo no era quien te respondía en el comentario.