En el “Time Line” de mi twitter hay bastantes activistas independentistas, algunos de ellos bastante airados porqué “Guanyem Barcelona”, la plataforma que reúne a ICV y diversos activistas como Ada Colau y posiblemente termine sumando a la CUP, pretende presentarse en las elecciones municipales en Barcelona. También en la tertulia de “Illa Robinson” salió el tema de que “Guanyem Barcelona” debería posicionarse sobre que votarían el 9 de noviembre en la consulta soberanista.
Creo que mis amigos independentistas cometen un error. El eje “nacional” es clave, sí, cierto, yo ya me he posicionado. Pero eso no quita que sea el eje preferencial de todos los ciudadanos de Catalunya o de Barcelona. Guanyem se posiciona a favor de la consulta de forma radical y sin matices, lo que no hace es mojarse por una postura concreta.
Y eso es el papel que muchos hubiésemos querido que hubiera hecho el PSC. Y es que hay un electorado que acepta la consulta (unos de forma alegre y otras, no nos engañemos, como un mal necesario para poder ver que es lo que preferimos los catalanes) pero que no quiere verse implicado en el “Sí – Sí” a favor de la independencia.
Guanyem hace target sobre esas preferencias electorales, los “izquierdistas demócratas no independentistas” o aquellos independentistas que lo son sin demasiada militancia en ese eje.
Toda postura política es legítima si expresa preferencias, y la preferencia de una parte del electorado por no verse obligada a expresar su decisión en público sobre lo que apoyarían en una consulta soberanista es tan legítima como la de los que tenemos colgada una estelada en el balcón.
El independentismo activista ha de dar un pequeño salto de maduración y entender que en el “procès” no todos se van a mojar públicamente, que el mojarse o no es una opción personal e incluso colectiva y que hemos de respetarlo. Queremos una consulta con garantías de voto secreto para que los ciudadanos expresen sus preferencias en una urna, no que todos enarbolen banderas independentistas o rojigualdas por narices.
La sociedad catalana es compleja, lo suficientemente compleja como para que haya personas que busquen opciones electorales que no se mojen en que votar en una consulta independentista. Nos puede gustar o no, pero hay ciudadanos que responden a esas preferencias y han de tener su espacio electoral. Si el PSC ha abandonado a las personas que quieren una opción de izquierdas y que apoye la consulta pero sin mojarse en el “sí” o en la independencia, alguien tiene que ocupar ese espacio. Nos guste o no, Guanyem va a aunar el espacio electoral del votante progresista no independentista (o no claramente independentista), que existe, y eso siempre es mejor que su voto vaya a un PSC totalmente perdido en la galaxia de la inanidad o a un Ciutadans anticonsulta.
Para mí “Guanyem” ya cumple lo que creo exigible a un partido “catalanista” o sea, estar a favor de la consulta y apoyarla. Lo que voten individual o colectivamente y el expresarlo públicamente o no forma parte de lo que yo creo que hemos de respetar escrupulosamente.
La tant cacareada ciutadania, entesa com a la gent del carrer allò que no volem és el tacticisme, l’ambigüetat calculada per a després poder-se moure en el pactisme politic. Per això en aquest temps es demana que tothom es clarifiqui fins i tot si vols sardina o seitó. Fet el rodolí, simplement si volen la nostra participació i implicació, també molt esmentada per tothom, que presentin un programa de mínims i màxims amb totes les seves conseqüencies i no es quedin en un acta de bones intencions o una llista de coses per fer quan arrribi a…
I això val per a qualsevol partit, candidatura, moviment. Programa i programa.
Salut.
Kowalsky