Esta semana ha aparecido una campaña en la red para promover un candidato de los 5 para conseguir que el PSC sea más favorable al dret a decidir.
Unas previas
Quiero hacer unas aclaraciones previas: que cada uno vote lo que quiera en unas primarias abiertas, más faltaría. Lo que me parece extraño es que alguien participe en unas primarias de un partido y luego aunque gane el candidato por el que ha votado no esté dispuesto a apoyarle después. Es extraño, pero entra dentro del juego de unas primarias abiertas. Para algunos es moralmente poco sostenible.
También quiero aclarar que hay independentistas del PSC en todas las candidaturas, las 5. Ninguna se libra de tener estos últimos de las filipinas dentro. Somos pocos, pero suficientes para estar en todas las candidaturas por motivos de lo más diverso. También quiero aclarar que los independentistas del PSC no estamos representados por un líder u otro, no tenemos portavoces, ni nadie puede hablar por nosotros. Ni Jordi Martí, ni ningún candidato a primarias, ni yo mismo, evidentemente.
Quiero aclarar que no creo que se pueda sospechar de que no defienda el derecho a decidir y me avergüence de la postura actual del PSC al respecto. Tampoco de que no sea independentista, si alguien tiene dudas, aquí está mi opinión publicada en Vilaweb.
Creo también que los impulsores sinceramente no quieren que el PSC se hunda, quieren sinceramente influir en él para que mejore, aunque no le votarán nunca aunque gane Jordi Martí. Creo en la buena intención de su impulsor. No haré juicios morales, se lo dejo a otros.
Voy a entrar en describir a personas externas de organizaciones políticas lo que va a ocurrir si una campaña de este tipo consigue condicionar unas primarias y luego pretende aplicar esa victoria más allá. Voy a escribir el artículo más maquiavélico, más lleno de real polítik de todo mi blog, porqué creo que hay cosas que hay que expresar en su más cuda realidad.
Credibilidad externa pero también interna
Las primarias han de ser creíbles externamente para que el candidato pueda tener más apoyo que el que tenía de partida. Pero han de ser creíbles internamente para que el partido le acompañe.
Algunos estamos en las primarias por querer cambiar el partido, por recuperar el pacto entre almas y redirigir el PSC hacia el pacto por el derecho a decidir, entre otras muchas cosas que el PSC ha de reconducirse. Pero los que estamos en ello sabemos una cosa, si el candidato que gana, por muy reformista que sea lo hace de forma que internamente es percibido de forma no creíble o con “trampas”, este candidato no podrá efectuar ni un solo cambio.
La sarten por el mango, la tiene el aparato
Los que saben de interioridades del PSC de Barcelona saben que el aparato está casi muerto (de ahí que las primarias sean abiertas de verdad, serias, nos jugamos algo más que un simple candidato), pero aún así es increiblemente más fuerte que un candidato que tenga un apoyo que se sabe que le desaparecerá en las elecciones municipales.
Ese candidato está muerto, literalmente, no va a poder impulsar ningún cambio. Por mucho que los “rebeldes” queramos, por mucho que gane unas primarias, sin que los “insiders” crean que la victoria es legítima, no van a reconocerla y harán todo lo posible y es mucho para sabotear al ganador.
El programa no lo decide el candidato sino el partido
Eso es algo que se ha repetido hasta la saciedad. Y aunque resulta una cierta contradicción en poder votar el candidato de forma abierta y en que el programa lo imponga el partido, es una realidad.
Jordi Martí no encabezará ninguna lista que esté a favor del “dret a decidir” si gana de esta manera, la única forma de que lo haga de una forma que se conciba legítima interiormente (o sea que los votos de las primarias sean luego votos en las elecciones municipales), entonces si tendrá la legitimidad para impulsar esa propuesta. Sino, os lo dice un “rebelde” con más granadas lanzadas contra la dirección de las que nunca arrojará Jordi Martí, provocará el enrocamiento del aparato y de los insiders.
Y a los soberanistas del PSC nos dejan con el culo al aire
¿Sabéis también que consecuencia secundaria tendrá esta campaña si triunfa? que a los soberanistas del PSC nos desacredita internamente. ¿Con que cara podemos buscar acuerdos honestos entre nuestros compañeros no soberanistas si “los soberanistas” hemos hecho algo que mis propios compañeros consideran “trampa”?. Tal vez cuesta entender lo que es una vida de partido y la gente piensa que es una cuestión de votos, pero no. Es una cuestión de “cuanta tropa” llevas a las asambleas y cuantos apoyos tienes. Y cuando no tienes la mayoría has de pactar.
Los impulsores de la campaña pueden creer que esto empodera internamente a los soberanistas, pero todo lo contrario. Nos deja sin credibilidad interna. Cuando le pidamos a mis compañeros no soberanistas “mejor lleguemos a un acuerdo e intentemos no ir en contra del dret a decidir” me responderán “narices, le pides a tus amigos indepes de fuera que lo defiendan que lo hacen muy bien”.
Conclusión
Si tu objetivo es que el PSC se destroce o que se parezca a C’s 2, súmate a la campaña IndyxMartí y luego no votes al PSC en las municipales. Entenderé que si los impulsores de la campaña buscan la aniquilación electoral del PSC (no necesitamos mucha más ayuda para ello, ojo) o que el PSC sea Ciutadans 2, el retorno del españolismo rancio, adelante.
Pero creo que el objetivo de la campaña es condicionar al PSC para que sea más sensible al “fet nacional”, si ese es el objetivo, no lo pueden hacer peor. Ni Balmón ni el sector más españolista y aparatero del PSC podría haber diseñado una campaña mejor para desacreditar internamente al ganador de las primarias del PSC de Barcelona.
Opinión a parte sobre la actitud del equipo de campaña de Jordi Martí y su increíble mirada a corto plazo la dejaré para otro momento, me muerdo el teclado por respeto al que creo que es uno de los cinco candidatos que podría llegar a apoyar si ganara las primarias de forma legítima. Estamos de campaña y no voy a andar criticando a los candidatos.
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