La esfera política española y catalana se están viendo azotadas por dos oleadas de casos de corrupción. El caso del PP y la trama Gürtel es de dibujos animados, no entraré en muchos detalles sobre el tema porqué la prensa y otros blogueros lo han tratado en profundidad. En Catalunya nos colea el caso Millet y las donaciones extrañas a partidos políticos de cierta esfera (basicamente el extinto Partit per la Independència y Convergència).

Siempre que los políticos son pillados con el carrito de los helados tanto en España como en Catalunya las cosas no se solventan como se debería solventar: expulsando a los corruptos, purgando responsabilidades, pidiendo disculpas a la sociedad y diseñando políticas de financiación de partidos transparentes, públicas y accesibles a todas las organizaciones y formas de evitar que los políticos puedan poner la mano nuevamente.

Tan sólo hay contadas excepciones que esto haya sido así… pero por lo que le toca a la “izquierda” catalana y española en su momento ya pagaron algunos de sus corruptos con penas de prisión y con un castigo electoral bastante claro.

Quisiera hacer varias reflexiones:

a) A diferencia de lo que dice algún energúmeno del PP, no hay ningún nivel de corrupción aceptable en democracia. La corrupción es la antidemocracia, es el uso de los bienes comunes para beneficio personal y de los amigotes, es la violación del contrato social entre el gestor de lo público y el ciudadano. Una cosa es que consideremos que los políticos, igual que los sindicalistas, los trabajadores, los empresarios, los autónomos, etc. sean humanos y por tanto falibles y con sus propias agendas particulares y por tanto esperar que alguno actúe de forma deshonesta, y otra considerar que un cierto nivel de mangoneo es aceptable. HAY sociedades con un nivel de corrupción más bajo que la nuestra, formas de combatir la corrupción política y podemos aspirar a parecernos a tener niveles más bajos de corrupción. Si hay alguien que está en la política que siga creyendo que hay un nivel aceptable de corrupción lo mejor que puede hacer es dedicarse a otra cosa, no justificar la violación del contrato social entre gestor público y ciudadano.

b) Todas las organizaciones políticas tienen corruptos o corruptillos entre sus filas, algunos más que otros, pero si te han pillado con el carrito de los helados lo mejor es soltarlo, reconocerlo, purgar al corrupto y pedir disculpas. Luego podemos comenzar a ser creibles a la hora de exigir que terceros que “sabemos” que también han mangado lo dejen de hacer. Esto va por las declaraciones de Artur Mas anunciando que si se le exige a CiU responsabilidades en el caso de las subvenciones chungas que ha recibido CiU y que salen derivadas del caso Millet, dirá quienes más han tenido las manos sucias, o la actitud de Xavier Trias de no querer aclarar quien le ha pagado alguna que otra campaña electoral cuando parece que la cosa tiene mala pinta. Montilla podría ser el ser más corrupto del universo, pero te han pillado con las manos en la masa, lo mínimo que debes hacer es levantarlas y limpiártelas. Artur Mas, purgue quien ha metido dineros en su organización que no deberían estar ahí, señor Trias, aclare quien financió sus campañas electorales, aclare si usted no tiene las manos “sucias” y purgue quien las pueda tener. Luego miraremos al PSC el cuál en su momento ya les pillaron con el carrito de los helados y terminó gente en la carcel. Ahora les han pillado a ustedes y si quieren tener un mínimo de credibilidad, aclararían el tema y purgarían responsabilidades.

c) No todo lo que no es delito es aceptable en política. Que Camps no cometiera cohecho al recibir regalos de un tal bigotes sin que él diera aparentemente nada a cambio, no implica que sea políticamente inaceptable. Confundir lo moral, lo exigible a un político sólo con lo que no es delicitivo es un absurdo. Las leyes no van a limitar la honestidad o no de un político, no van a limitar la capacidad de saltarse sus programas electorales, de hacer compadreos que sin que haya ligazón directa termine habiéndola indirecta, de degradar la democracia hasta el punto que la Visa de algún dirigente autonómico haya pagado los excesos libidinosos de los que deberían utilizarla para otras finalidades. Camps debería asumir responsabilidades, puede que él no sea el mangui pero es el incompetente o el impresentable o el compadre de los que sí han metido mano en la caja. Puede que jamás se llegue a demostrar alguna ilegalidad en CiU o en el equipo de Artur Mas en la recepción de subvenciones ilegítimas, pero eso no evita que haya una responsabilidad moral y política detrás de todo esto y alguien que deba contestar.

Me es igual si el carrito de los helados es del PSC, de ERC, de ICV, de CiU, del PP o de la Falange, el que le pillen que pague, y no sólo lo “judicialmente exigible” sinó que políticamente dé la cara y responda. Tenemos una cultura política tan horrible que no hay casi nadie que sea responsable de nada, y eso degrada la política.

Cuando ahora Trias intenta quitarse pulgas de encima en lugar de dar explicaciones, está degradando la política, cuando lo hacían los míos también, pero los que tienen cosas a explicar son los que son, y espero que intenten estar a la altura de las circunstancias: ni alguien que pretende ser alcalde, ni otro que pretende ser President de la Generalitat o los que pretenden ser alternativa de gobierno del estado no pueden ser dignos de esas aspiraciones si no son capaces de solventar esta crisis de credibilidad y corrupción limpiando un poco sus propias casas… Luego, después, estarán en condiciones de exigir limpieza al resto y deberían ayudar a construir las condiciones institucionales para que estos casos tengan menores posibilidades de darse.