Gay de Montellà, presidente de Foment del Treball, la patronal catalana de empresas medias y grandes, alerta que el proceso soberanista está espantando a los inversores extranjeros.
Me encantan estos argumentos atemorizadores en los que cuesta entender en que se basan. Pero cuando alguien que considero un tipo más o menos serio dice algo me gusta comprobar, aunque no proporcione datos, en que está fundado. Además es interesante para entender mejor la economía catalana saber hasta que punto dependemos de inversiones extranjeras o no.
Estos días escribí un artículo hablando de la fuerza del sector exterior catalán. Catalunya es una economía muy exportadora, pero ¿ocurre lo mismo en cuanto a inversión extranjera?. Vayamos a los datos.
Catalunya tiene una inversión extranjera de baja intensidad, la inversión extranjera representa unos 3.000M€ anuales de media y un 1,5% del PIB
Como vemos en la siguiente gráfica, las inversiones extranjeras en Catalunya en la última década representan una cifra que ha oscilado entre los 4800 M€ en un pico en el 2010¹, y unos 1.500M€ en el 2004 y 1.600M€ en el 2009.
Analizándolo como % del PIB las inversiones extranjeras representan entre 1 y 2,5 puntos del PIB catalán, siendo 1,5 puntos del PIB una cifra media para esta década.
¿Es la inversión extranjera relevante en nuestra economía? No, por no ser capital de estado
Es evidente que 3.500M€ anuales es una buena inyección a nuestra economía y que 1,5 puntos del PIB es una cuantía importante. ¿Pero cuanto?
Comparando la inversión extranjera en Catalunya con la principal rival de Catalunya en atraer esta inversión, la Comunidad de Madrid, resulta que el factor no es tan relevante.
Madrid, por efecto de capitalidad atrae entre el 55 y el 60% de las inversiones extranjeras de España².
Para Madrid las inversiones extranjeras representan entre 5 y 6 puntos del PIB de media, del orden 10.000M€ de media anuales, entre tres y cuatro veces más que en Catalunya.
El hecho de NO ser capital de un estado hace que Barcelona (y por tanto Catalunya) no se beneficie tanto de la inversión extranjera (ver nota al pie número 2), pero por ello depende bastante menos.
Otra forma de comparar la inversión extranjera es comparándola con nuestro sector exterior. Por ejemplo, nuestras exportaciones.
Podemos ver que las exportaciones son casi dos grados de magnitud superiores a las inversiones extranjeras y que mantienen una tendencia al alza mayor que las inversiones extranjeras. Ya sé que no son cifras directamente comparables (es muy raro un país que atraiga más inversión que exportaciones, pero ayuda a entender el peso de las inversiones extranjeras con respecto a sectores productivos).
Por otro lado las evoluciones de las inversiones extranjeras “orgánicas” (aquellas no dependientes de inversiones públicas o debidas a burbujas inmobiliarias, es decir descartando aquellas relacionadas con energía, infrastructuras-transportes y actividades inmobiliarias) están creciendo. El efecto del “procés” o no se está notando o bien parece ser que es “positivo”.
El principal factor que explica las inversiones extranjeras son decisiones de inversión estatales y a efectos de capitalidad
Es fácil ver que la inversión extranjera depende mucho del factor multiplicador de las inversiones en infrastructuras. En las obras de la T1, pero en especial en las de la T4 de barajas, se ve el efecto en las inversiones a la hora de atraer (y fijar) inversiones extranjeras.
El enorme peso de la economía madrileña (que centra entre el 60 y el 55% del total de inversiones en España) en el total de inversiones extranjeras en España, indican el efecto capitalidad de un estado (y las políticas públicas de inversiones).
Es fácil observar que las inversiones extranjeras aunque ligeramente crecientes son muy pequeñas en Catalunya (en especial al comparar con Madrid), y que por ejemplo, es más relevante su capacidad exportadora u otros elementos del sector exterior de la economía catalana.
También la evolución de las inversiones extranjeras en elementos no dependientes de inversiones públicas o burbujas inmoviliarias han ido aumentando durante la última década, para pasar del 1 al 1,5% del PIB, y de los 1.500-2.000M€ a los 3.000M€.
Conclusiones los miedos de Foment son infundados
Los miedos de la patronal catalana Foment están infundados. Ni el peso de las inversiones extranjeras en Catalunya, ni su evolución, indica que tengamos que alarmarnos de una marcha de inversiones extranjeras por el “procés”.
Es mucho más alarmante las pérdidas de inversiones extranjeras por NO ser capital de un estado y por los efectos de políticas centralistas (como la de no competencia a Barajas del resto de aeropuertos de AENA), que por la (imperceptible) caída de inversiones extranjeras por el “procés” independentista.
Es bastante razonable pensar que en caso de que Catalunya se independizara las inversiones extranjeras lo que harían es aumentar (la parte proporcional del mercado español que es catalana y que ayuda a que los efectos de capitalidad de Madrid para invertir en el mercado español a través de Madrid iría a invertirse en el mercado catalán directamente).
Aún así, en el caso de generar miedos temporales, las inversiones extranjeras, debido a las características de hipercapitalidad de Madrid en este aspecto, tienen un peso muy pequeño en la economía catalana. Esos miedos terminan desapareciendo a medio plazo (todos los países que se independizan pasan por un período corto de adaptación y luego una estabilización), y en ese medio plazo sólo podemos esperar un crecimiento de las inversiones extranjeras con respecto a la situación actual.
Realmente, si el principal factor que explica la distribución de la inversión extranjera son las políticas de inversión estatales y la capitalidad, mientras Barcelona y Catalunya no puedan decidir esas inversiones de alto nivel y no tenga la capital de un estado, poco puede hacer.
La estelada va a espantar inversiones extranjeras, pero de Madrid hacia Barcelona, la parte proporcional del efecto de capitalidad y del control de nuestras propias inversiones y políticas de competencia por infrastructuras que nos llevaremos.
Como en todo esto del procés, los economistas más relevantes en ciencia económica reconocen que la independencia genera mejoras económicas a medio plazo, los empresarios que más exportan y que son más competitivos son los que más favorecen la independencia, mientras los que representan pequeñas élites extractivas que se benefician de la economía del BOE y vinculados al club del Puente Aéreo son los que se oponen. Sus miedos en el fondo no están en la posible fuga de capital extranjero, una simple mirada a los datos, a la evolución y a que están vinculadas estas inversiones en España, debería quitarnos miedos y preocupaciones. Sus miedos, en el fondo, es perder la economía del BOE. Y de eso ya hablaremos algún día.
1.- El año 2010 es algo anómalo se produce una gran inversión de 1.700M€ en logística y transporte, fruto de la puesta en funcionamiento de la T1 del aeropuerto el año anterior y que requirió una fuerte inversión de las compañías que se establecieron en ella el 2010, y casi 1.000M€ en inversión inmobiliaria (las cifras anteriores y posteriores en esta partida rondan los 200-400M€) fruto del exceso de oferta de gangas inmobiliarias que se vendieron las compañías inmobiliarias y administraciones públicas fruto del desplome inmobiliario del 2008 y 2009. Descontando ambos efectos, la inversión “orgánica” del 2010 hubiera rondado los 2.500M€.
2.- Además los efectos multiplicadores de inversiones (de esas que el gobierno central dice que no son “territorializables” como el aeropuerto de Barajas) tienen un efecto más amplio en las inversiones extranjeras en Madrid, el pico del 2007 y 2008 es por la abertura de la T4 el 2006 en Barajas. Comparad el efecto que tiene con respecto a la T1 de El Prat. Que las políticas de AENA y del gobierno “equilibrando” y evitando la competencia entre aeropuertos no es neutra es una cuestión más que evidente.
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