Hace un año tenía un debate interesantísimo con Jordi Coronas (conseller de districte de ERC) sobre la red de autobuses y como optimizarla. Él defendía la red ortogonal, yo defendía la red asimétrica descentralizada. Aunque discrepábamos, como mínimo Jordi tenía un modelo de buses razonable, que intentaba conseguir lo mejor con los recursos que se disponían. La verdad es que la propuesta tenía bastante nivel y de hecho ha terminado debatiéndose en el plenario del ayuntamiento, ganando, todo hay que decirlo el asumir una cierta ortogonalidad (victoria para mi rival dialéctico) en la red de autobuses.

El debate puede verse en estos enlaces: el original de Jordi Coronas (I), su réplicas (II i III), y mis tres artículos (I , II y III). La verdad, y no es peloteo, encontrar este nivel de debate en un no profesional de la política y en los comentarios de varios vecinos del distrito (destaco los de Pau González) fué uno de mis pequeños placeres que me ha dado la política municipal.

Lo triste es cuando un político profesional, Xavier Trias, asesorado, y líder de la oposición en Barcelona, por el contrario hace semejante propuesta:

Proposarem, reduir i igualar els temps d’espera del bus a tota la ciutat, tant en dies feiners com en festius i caps de setmana!

La verdad es que es un brindis al sol. Él mismo reconoce que la propuesta será difícil de aplicar:

“És clar que el temps mai pot ser exacte, i està sotmès a casuística variada, des de les condicions climatològiques al trànsit. Tot i això, tenim moltes línies de bus amb horaris i freqüències de pas totalment dispars, tant en dies laborables com en festius. I és aquí on plantegem la nostra proposta.”

Pero el problema no radica sólo en la viabilidad o no de la promesa de Xavier Trias, sinó en si es idónea o no. Mientras con Jordi discutíamos la mejor forma de asignar recursos en base a las necesidades de los usuarios y nos basábamos ambos en los datos de usos y buscando como mejorar la red existente, Trias tira por la línea de la solución rápida: todos los autobuses de todas las líneas han de tener la misma frecuencia de paso.

Yo soy usuario de muchas líneas de buses, 19, 76, 45, 39, 62, 51, 50, 10 y de algunas de buses del barrio. Algunas de ellas tienen una frecuenca pasmosa el 10, o el 45, otras has de rezarle a los monjes tibetanos para que no tengas que esperar 2 o 3 veces el tiempo de las que más frecuencia tienen. Por ejemplo, la 51. ¿Pero esto es porqué los usuarios de la 51 se quejan menos que los del 10? No, simplemente el 51 tiene menos usuarios que el 10 y la obligación de un buen servicio de transporte público es ser eficiente para maximizar el servicio según el número de autobuses disponibles en cada momento.

Los autobuses de Barcelona, como los de cualquier ciudad seria que se precie, tienen un control de cuantos usuarios suben en una parada, cuantos bajan en otra, cuantos usuarios están utilizándolo a una hora y a otra. Lo lógico es asignar más recursos a las líneas que en cada momento tengan más demanda. Por ello hay más buses en horario laboral y en horas punta y menos en fin de semana. Por ello, las líneas más utilizadas son las que más buses se les asignan y las que menos cuentan con menos recursos.

Por un motivo de eficiencia y también de sentido común. Si al 10 le quitáramos autobuses para colocarlos en la 51 los usuarios de esta línea iríamos super anchos, pero los del 10 irían como sardinas en lata. Dando un servicio nefasto al usuario. Además llegaría el momento que una mala asignación de recursos dejaría más usuarios sin poder entrar en el bus (y sin servicio) que una asignación como la que se hace actualmente. Esta asignación además es dinámica y puede responder a demandas puntuales (una línea que de golpe está supersaturada) y desviar buses de líneas que van más holgadas o de los que aún no hayan salido de cochera y comenzar el servicio en esa línea. No es una cuestión estática.

Por ello la propuesta de Xavier Trias, de todos iguales, todos esperaremos lo mismo, aunque pueda ser muy populista es un uso irracional y poco eficiente de un recurso que por definición siempre es escaso como los autobuses.

Como se nota que él y sus asesores no han utilizado en su vida un bus para saber de lo que hablan.