Llevamos un par de añitos donde en la comunicación política, especialmente aquella que está orientada a los dirigentes o candidatos se ha puesto de moda hacer “infografías”. Bueno, aquello que los equipos de campaña llaman “infografía”… o peor, “vírico”.

Es una moda bastante cargante porqué como sigas a muchos activistas políticos lo que ocurre es que no paras de recibir cartelitos de este tipo. Si no has visto alguno, este es el modelo estandar.

Lo peor no es que se intente hacer comunicación política de forma gráfica. Es algo loable, yo creo que en la comunicación política se peca de no aprovechar que somos animales gráficos más que orales y los políticos ponen un énfasis demasiado grande en el relato frente a la construcción de imágenes.

Otra cosa es que lo que ellos llaman “infografía” que pretende ser “vírica” no es más que un cartel bonito de toda la vida.

Las infografías son representaciones gráficas visuales de información, datos o conocimientos destinados a presentar información compleja de forma rápida y clara

Si alguien quiere ver infografías, son este tipo de cosas. Con un par de ejemplos personales. En este blog he utilizado algunas infografías y creo que podemos diferenciarlas claramente de los “carteles bonitos”.

No entraré a refutar la falacia de “diseñar algo vírico”, porqué algo no es vírico porqué yo lo diseñe como tal sino es vírico porqué al final la gente termina distribuyendolo. Y no, excepto los más fanboys de un candidato o de una organización política, un cartel bonito con la foto del candidato no lo va a distribuir nadie. Por muy bonito que sea y por muchos filtros instragramer que lleve la foto original.

Lo triste de todo esto es que la cantidad de recursos y talento de grafistas e infografistas que podrían dedicarse a la comunicación política se están dedicando a hacer carteles bonitos, pensando que esto causará un gran impacto comunicativo.

Sigan así… otros estamos trabajando en otra línea.