Ciberpolítica

La polémica del .bcn, no te salgas de la foto en la catosfera

Este Viernes el ayuntamiento de Barcelona presentó su proyecto para pedir al ICANN (el organismo regulador de esto de los dominios) de la terminación de dominio .BCN. No es la única ciudad que lo pide: Berlín, París y Nueva York también lo solicitan (con iniciativas privadas y ciudadanas). Esta iniciativa forma parte de las que creo bastante buenas del ayuntamiento de Barcelona, que nos acostumbra en este ámbito a darnos una de cal muy buena por otra de arena algo nefasta. Por ejemplo, el ayuntamiento ha creado y mantenido y ampliado una de las mejores webs municipales del mundo, con la posibilidad de decenas de trámites en línea y la posibilidad de hacer entrar demandas de mantenimiento de los ciudadanos diréctamente de la web, a través de un formulario, al sistema que las gestiona o la campaña para extender los puntos wifi abierta y gratuita en edificios municipales también es loable. Hay otras iniciativas en internet del ayuntamiento que me costarían bastante más que defender, pero su web 1.5 de servicios es ejemplar.


Como decía la iniciativa de conseguir dominios .BCN es buena, y que indica una capacidad de iniciativa y velocidad de reacción inaudita en una administración pública. Una iniciativa a priori como esta tendría que parecer a todo el mundo que creemos que cuanto más internet mejor, algo bueno. Pero algunos de los promotores del .CAT parece que ven una amenaza en el .BCN.

Los comentarios en algunos rincones de la red son para echarse a temblar: que si los del ayuntamiento quieren destruir nacionalmente Catalunya, que es una manera de debilitar al .CAT, etc.

Negar lo gordo es bastante fácil. La nación catalana no se crea o se destruye porqué las corporaciones locales adquieran identidad, sea en la vida presencial como en internet. Esto es un dilema que llevan, algunos nacionalistas, haciendo desde hace décadas. Las identidades en una sociedad moderna son múltiples. Puedes sentirte identificado con tu ciudad y a la vez tener un sentimiento de pertenencia a una nación (que no es tu ciudad). Un ejemplo está en Ruiz Gallardón (más español que las castañuelas) y que tiene una gran identificación con Madrid (para pena de los madrileños, que lo sufren).

Esto ya ocurrió con las Olimpiadas, con la Corporación Metropolitana, y con cualquier gesto de la “gran Barcelona” por crear cualquier proyecto que intente traspasar sus fronteras para beneficiar al conjunto de 2 millones y pico de habitantes que hay en la primera corona de la capital catalana. La argumentación de que pensar en Barcelona destruye la identidad catalana es de absurdo y obtuso, difícil de erradicar porqué parte de unas premisas bastante alejadas de la racionalidad. ¿Maragall no ha ayudado a construir la Catalunya del siglo XXI ya siendo alcalde de Barcelona? ¿las Olimpiadas o el aeropuerto de Barcelona no ayudan a hacer país?. Por suerte esta visión cutre-patillera de un catalanismo pacato y arcaico, casi tribalista, es minoritaria.. incluso entre los catalanistas nacionalistas. Si CiU ha puesto problemas al desarrollo de la gran Barcelona durante tantos años no era porqué vieran una amenaza al sentimiento de identidad de Catalunya, sinó obstruccionismo institucional contra el municipalismo que no gobernaban.

Las amenazas al .CAT en cambio, en apariencia suenan realistas: el .CAT, está bastante implantado. Hay muchas webs escritas en catalán que no tienen el .CAT, aunque bastantes instituciones, partidos, sindicatos, asociaciones ya lo han adquirido. Pero una amenaza de un dominio .BCN justo en el corazón del territorio donde más dominios .CAT se pueden pedir, parece significativa.

No hay que mezclar churras con merinas. El dominio .CAT no es territorial, sinó lingüístico y cultural. Un señor de Bostwana que escriba un blog en catalán 100% tiene más posibilidades de que le concedan el .CAT que mi blog donde la proporción de catalán/español está de 1 a 5, a pesar de hacerse desde Barcelona. Una forma parecida al debate entre catosfera y catalanosfera, el primero es una blogosfera lingüística y la otra sociológica-territorial.

Pero además, el sentido de este dominio no es que el ayuntamiento se lo ponga y visitemos la web www.bcn.bcn en lugar de www.bcn.cat, (de hecho funcionarían los dos) no… (sinó es para correr a gorrazos a quien haya tenido esa idea). Sinó ofrecer un dominio para que empresas y organizaciones que necesitan que se les identifique con la marca Barcelona lo puedan hacer sin que tengan que hacer cosa de este estilo: innovacionbarcelona.com sinó innovacion.bcn. Para que actividades (de las muchas que realiza la ciudad y su entorno más cercano) que realizan webs para darle difusión, tengan dominios .bcn. Una identidad territorial asociada a la ciudad (que ya es una buena marca publicitaria en el exterior). ¿Porqué sólo las empresas turísticas han de aprovecharse a fondo de una buena marca en el exterior como es Barcelona? Si queremos un modelo productivo que sea capaz de exportar, ofrecer servicios que podamos vender, etc. tendremos que dar apoyo a todas esas empresas del vivero de Barcelona Activa o del 22@ que con un medio o alto valor añadido van a hacer mucha actividad en internet. Si creemos que aquí en Barcelona van a haber empresas con cierto nivel de excelencia, tenemos que ofrecer una forma de identificar y asociar con un territorio la marca de la ciudad y de estas empresas.

Si hay organizaciones o ciudadanos o emprendedores (que también son ciudadanos, ojo…), que quieren que sus actividades en internet se les asocie a Barcelona sin tener que hacer cosas como “joselitobcn.net“, es mucho mejor “joselito.bcn”. ¿Eso debilita el .CAT?, lo dudo… Las empresas que van a actuar en internet de esta manera van a partir de un .COM o un .NET más que de un .CAT, un .CAT que además puede que no obtengan, el .COM se lo pondrían a su web en inglés (ya que intenta exportar productos y atraer clientes corporativos de allende las fronteras), y por tanto el .BCN sustituiría el .COM.

Un señor que quiera identificar su web o blog con “loqueseabcn.org” no va a ponerse un “.CAT” ya que lo que quiere identificar es precisamente ese BCN. Lo hará por los motivos que él crea, pero en esto tendremos que respetar un poco el sentido identitario en internet de cada uno. Yo personalmente no me pondría un .ES, un .CAT o un .BCN para mi blog, entre otras porqué a parte del primero los otros dos el primero es muy caro y el segundo segúramente lo sea más, pero además los procesos de reconocimiento y solicitud son un poco engorrosos para estos dominios hasta que no se generalizan. Pero además, mi aportación a la blogosfera no está ligada sólo a una territorialidad, esta es casi secundaria: es evidente que soy catalán, barcelonés y ciudadano del estado español, y que no tengo ningún complejo si alguien me llama catalán, barcelonés o español. Pero incluso cuando hablo del territorio me puedo referir a identidades que pueden ser más concretas que una ciudad, o están fuera del territorio español y catalán. Y además, como he dicho antes, el .CAT es para webs en catalán y esta lo es pero parcialmente.

En definitiva, el .BCN es una inversión para ayudar a posicionar a empresas y organizaciones que van a tratar con otras empresas, ciudadanos y organizaciones de fuera del Principado y que les va a ayudar a que “la marca Barcelona” se les asocie de salida a sus proyectos. Es como si buscaras empresas que te vendieran calzado o ropa en línea y descubrieras tan sólo por el dominio que son milanesas: seguramente te inspirarían más confianzas que otras de Tai-Pei o sin una clara identidad. El click en el Google o en cualquier buscador lo tendrán más quien al lado de su dominio tenga una buena marca.

Y la marca Barcelona lo es.

Por último, el Govern de la Generalitat, perdón, los tipos de ERC que están coaligados en el govern de la Generalitat, y que en el ámbito de sus responsabilidades ejercen de partido salen a atacar el .BCN (en un símil sería como si el Ministerio de Industria, por entonces Montilla, hubiera boicoteado en lugar de apoyar el nacimiento del .CAT). El argumento es que el .BCN es excluyente y el .CAT no. Y claro.. el punto .EU mola aún más… y el .ES permite que más gente que el .CAT se lo pueda poner (incluso, curiosamente ciudadanos que no viven en el estado). El .CAT como el .BCN son excluyentes. El .CAT no se lo puede poner nadie que no escriba la web en catalán, es un criterio, el .BCN no se lo podrá poner nadie vinculado a la gran Barcelona, es otro. Como lo es el .EU y los .EDU. Los dominios territoriales, culturales o temáticos tienen sus ámbitos de utilización (sinó el ICANN dejaría solo el .COM y ya te apañarás), y no otros. Bajo la premisa de los de ERC que están en el govern y hacen de partido, ¿porqué hacer un .CAT si con el .EU o el .ORG ya utilizas un dominio más inclusivo?. Vuelve las viejas rencillas identitarias, de un tipo de nacionalismo que no permite que otras identidades convivan con él. La gente en internet ha de poder identificarse con lo que crea que le va mejor o lo que le hace sentir como propio.

Y no… el .CRM para el carmelo o el .GRC para Grácia no es lo mismo. No hay masa crítica para ello (en cambio en 2.500.000 de personas y las empresas y organizaciones vinculadas a la primera corona de Barcelona sí) y su uso potencial sería casi ridículo.

PD: Dejo el PPT de presentación del .BCN

Presentacio Domini Bcn

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Soc coordinador de la revista electrònica i xarxa de bloggers www.socialdemocracia.org, webmaster de la UGT de Catalunya i militant del PSC.

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