La siguiente imagen es la talla de un mamut realizado en el período magdaleniense (hará unos 15.000 años). Figuras como estas recorrían miles de kilómetros y eran copiadas, intercambiadas y transferidas entre diversos grupos humanos. El ser humano moderno ya elaboraba redes de intercambio en el paleolítico superior, y estas redes, sobretodo, transmitían contenido simbólico: información, conocimiento y objetos simbólicos. En la interacción entre grupos humanos en el paleolítico lo más importante no era los bienes que pudieran intercambiar sinó los conocimientos y material simbólico y cultural que intercambiaban.
La circulación de objetos con contenido simbólico (como las famosas venus paleolíticas del período gravatiense y aruñaciense es decir hace 35.000 años, las figuras de caballos y mamuts del magdaleniense) entre comunidades humanas ayudó a que la cultura, que se creaba en un cierto punto, se compartiera y se transmitiera. Ayudó esa red a que exisitiera una cultura extendida. También esta red de intercambio de información y objetos ayudó que los avances tecnológicos se extendieran con relativa velocidad: las láminas del aruñaciense, las venus y la arcilla cocida del gravetiense, se extendieron de una forma intensa y relativamente rápida.
Durante millones de años la cultura lítica imperante era el acheliense, tan sólo rompe la monotonía de esa tecnología el musteriense de los neardenthales que durante 300.000 años apenas evoluciona. Es el hombre moderno y no sólo su existencia como especie sinó la creación de una red de intercambio extensa entre comunidades humanas y el uso de material simbólico la que hace que la revolución tecnológica del paleolítico superior con su evolución, transformaciones y diversos períodos y horizontes culturales. La red de intercambio y el contenido simbólico hace que el humano moderno sea lo que es.
Hoy en día, la gran transformación tecnológica de finales del XX y del XXI no ha sido un producto industrial, un tipo de vehículo especial, el vuelo espacial, o una nueva forma de energía, la gran transformación es la construcción de una red de intercambio de material simbólico y conocimiento: internet. Hoy en día el intercambio de información, conocimiento y en el fondo de material simbólico alcanza una tremenda complejidad y velocidad, pero los mails de hoy en día, los posts de los blogs, las twitteadas o entradas en el facebook, no son muy diferentes en el fondo a la figura de mamuts, caballos o venus que intercambiaba nuestra especie en el paleolítico superior.
En el fondo, somos lo que somos grácias a las redes de intercambio de material cultural, de material simbólico y de conocimiento. El que hoy en día muchos apostemos en nuestras actividades profesionales, en nuestra militancia política y en nuestra actividad social en la red no es una “boutade” sinó un gesto esencial que nos ayuda a aprovechar a nuestro favor la herramienta que más importancia ha tenido para la humanidad para poder evolucionar y ser lo que somos: las redes de intercamibo de conocimiento y cultura.