UPyD está desmembrándose y deshaciéndose. Esta crisis se produce por la incapacidad de poder construir un proyecto que pueda competir con el auge de Ciutadans C’s entre el votante de derechas que busca opciones transformadoras y también por la incapacidad de su lideresa y alma mater fundadora, Rosa Díez, de dar un paso atrás, de reconocer los errores y permitir un intento de regeneración dentro de UPyD.

UPyD está en un momento de crisis profunda y es la propia fundadora de UPyD, Rosa Díez la que impide el cambio. Rosa además está barriendo las voces críticas internas. Sabe a cuales dejar morir por desesperación y a cuales aplicar las normativas de “democracia interna” para expulsarlas. Rosa domina mejor que nadie las redes de poder interna los sutiles resortes para controlar UPyD.

Rosa Díez no es un caso único, simplemente uno muy notorio.

Todos los partidos están llenos de Rosas Díez a muchos niveles, personajes que tienen el control del poder en una esfera de poder interna determinada, que conocen mejor que cualquier otro los sutiles resortes y que pueden moverlos a su gusto. Su “profesionalidad” espanta, los reformistas no suelen ganar estas batallas por muy brillantes que sean.

En muchos casos las Rosas Díez son anónimas, controlan los resortes a nivel muy local o son “gatekeepers” de las organizaciones políticas, personajes intermediarios cuyo principal propósito, como el de casi cualquier ser vivo, es sobrevivir y prosperar. Son las arañas de una red de intereses, afinidades, información parcial y clientes que ellas mismos han tejido y de unas reglas que ellas mismos diseñan y en el que el resto de insectos se mueven con mucha más torpeza. La hormiga no puede competir con la araña dentro de su red.

Cuando los partidos sufren crisis y convulsiones internas lo que sobrevive con menos daños es esa red, esa telaraña de poder interno, urdida con mucha paciencia y dedicación, mientras la capacidad de hacer política real, de gestionar administraciones, de llegar al electorado o de ser una herramienta social útil sufre daños más palpables.

Pero para las Rosas Díez de todos los partidos esto no es problema, el primer objetivo no es hacer que los partidos sean herramientas útiles, sino prevalecer en esa telaraña y hacerla perdurar. Ya después de eso intentan construir algo útil para la sociedad, siempre que tengan su culo, dentro de la red, bastante aposentado.

Las organizaciones políticas están llenas de esas Rosas Díez, ni siquiera partidos de nuevo cuño están exentos de estos personajes. Desde fuera son casi invisibles o aparecen camuflados de personas razonables dedicadas al interés general. Sólo vemos su pernicioso papel si estamos dentro o bien cuando ocurre una crisis que deja a esa organización política en una situación peligrosa y vemos como ejercen, aún en la decadencia más profunda, una influencia tan lamentablemente perniciosa como la de Rosa Díez.

UPyD en este sentido no es más que un caso extremo.