Jaume Collboni para algunos es un renovador de la política disfrazado de aparato, para otros un oportunista disfrazado de renovador de la política. Yo lo conozco desde hace años y sé que ambas visiones tienen elementos acertados pero ambas están completamente equivocadas.
Yo he colaborado en su campaña y he ayudado a que haya superado la primera vuelta de las primarias del PSC de Barcelona. Con esto hemos conseguido que tenga ese empoderamiento del que hasta ahora no había disfrutado. Hemos conseguido que se sitúe en una posición de liderazgo legitimada, no cooptado desde arriba y dependiendo de equilibrios y poderes internos del partido.
Él y Carmen Andrés son ahora dos líderes que se enfrentarán entre ellos y que no le deben nada a nadie demasiado poderoso. A partir de ahora depende más de ellos y que de terceros. Sus decisiones marcarán realmente su carácter y su personalidad, lo que son en política, y a lo que se atreven.
De Carmen no diré nada más, no es la candidata que apoyé en la primera ronda, aunque considero que ella es más líder y tiene mucho más fondo de lo que más de algún elitista piensa. Voy a interpelar al candidato que he apoyado y al que le puedo plantear las cosas más directamente.
Como he dicho antes, Jaume ya tiene el marco de legitimidad personal que no ha tenido hasta hoy. Ahora veremos el Jaume que puede ser y el que es. Lo que se atreve o no en política, es el momento de los hechos, después de años de escuchar sus ideas, que comparto profundamente, es el momento de que nos demuestre que las quiere llevar a cabo. Es hora de que demuestre quien es realmente Jaume Collboni.
Algo hemos visto en campaña, en su vídeo final, en el tono, en parte de su discurso de ganador de la primera vuelta. Pero en campaña los candidatos adoptan la mejor de sus caras, en las decisiones donde se juegan el tipo.
Reto 1: Coser el partido desde su candidatura en segunda vuelta
El primer reto que tiene es el de demostrar que como candidato es capaz de sumar equipos y sensibilidades de los equipos derrotados. No estoy hablando de integrar en listas a nadie, ni de hacer pactos a contra natura. Hay una candidatura que se ha pegado un tiro en el pié para poder pactar con nadie, y las otras dos son muy “caras” para pactar. Laia y Rocío y sus equipos no son personas que vayan por un hueco en la lista (no digo que Jordi o Carmen o Jaume sean de este tipo de personas, ojo), y seguramente que sus condiciones tienen que ver más con el proyecto, con lo que le acompaña, con lo que Jaume puede ofrecer, con su propio equipo.
Jaume puede demostrar que puede ser el candidato que puede coser el partido teniendo la capacidad para recoger parte del sector más reformista que representan Laia, Rocío y Jordi. Es difícil, soy consciente de ello. Pero hacerlo demostrará que realmente Jaume es ese líder con capacidad de cohesión que espero.
Reto 2: Erradicar la vieja política desde el primer momento
Lamentablemente la jornada de primarias que salió de forma excelente en 29 colegios electorales, se vivió una incidencia seria. Hubo uno donde el comportamiento, al menos en apariencia no ha sido correcto. Imágenes de una vieja política clientelar asociadas a la candidatura de Collboni es nefasta. No ha influido en el resultado, y seguramente se ha querido hacer más sangre de lo que realmente ha ocurrido, pero ante lo que como mínimo es una duda razonable de un comportamiento tan poco aceptable, Jaume puede reaccionar o soslayarlo.
La vieja política está presente, y no solo en la candidatura de Jaume, creo que casi ninguna se salva de estas prácticas, y los equipos han tenido más o menos éxito a la hora de contener esas pulsiones de la vieja política, pero queramos o no, está ahí, sigue agazapada y aprovecha momentos para actuar. El clientelismo es una forma de esta vieja política que hay que ir erradicando. No podemos aceptar como “normal” un comportamiento que aunque no sea “ilegal” provoca un descrédito de las propias primarias.
El desnormalizar estas prácticas y hacerlo desde el primer momento es uno de los retos de Collboni. No depende más que de él y su equipo más inmediato.
Reto 3, terminar de creerse que el aparato no existe, son los votos de la gente que cree en cada candidato
El resultado de las primarias muestra algunas cosas. Que sólo 1.500 votos de los 7500 son de militantes o simpatizantes. El aparato en Barcelona es una cosa bastante inferior incluso a esos 1.500 votos. Además el famoso aparato en Barcelona está fraccionado. Y si analizamos el resultado por agrupaciones, cualquiera que conozca los intríngulis del PSC de Barcelona descubrirá que el “aparato” que ha intentado apropiarse de la victoria de Jaume y que se ha sumado a su campaña en las últimas semanas son…. … 200 votos. Ni más, ni menos. 200 personas en total. Un número importante, pero inferior al 10% de los votos que ha recibido Jaume.
El aparato es ridículamente pequeño, ínfimo, e importan mucho más el mogollón de activistas (no hablo de mí precisamente) que le han aportado más votos y han movilizado más gente. No menosprecio a nadie, incluso a gente de ese aparato que me odia profundamente, su voto y su apoyo es tan válido y significativo como el mío. Simplemente que Jaume no les debe demasiado (tampoco a un servidor), no puede dejarse secuestrar ahora y dejar secuestrar SU victoria por ese “aparato”.
Jaume puede demostrar que no es simplemente un funcionario aparatero más y lo puede hacer en la composición de su equipo de campaña, en la forma de integrar a gente de otras candidaturas, en la construcción de su discurso, en el tono de su campaña y en la forma de trabajar. Lo veremos ahora y sobretodo si gana las primarias, y por tanto influirá en el resultado de las elecciones municipales.
Con esto no quiero confrontar con ese “aparato” ni con los militantes que se puedan identificar con él, son tan respetables, como digo, un servidor, y algunos de ellos mucho más válidos para ejercer cargos de responsabilidad. Simplemente que Jaume no debería permitir que ejerzan un poder hegemónico sobre su candidatura, o sobre el partido si él gana.
Estos son los tres retos inmediatos, renovación de la política a través de como gestionar la integración de activos de otras candidaturas, de confrontar su primer problema de credibilidad grave y a la hora de gestionar el juego interno con el “aparato” que ha intentado apropiarse de su victoria.
Yo creo que estos días nos lo va a mostrar, nos demostrará quien es realmente Jaume Collboni, y creo que será una imagen interesante. Y si no, yo me habré equivocado. Pero en política hay momentos en los que arriesgar. He trabajado para generarle a Jaume Collboni de demostrarnos si es el líder que yo creo que sí que es. Ahora dependo que él esté a la altura.
La segunda vuelta de las primarias demuestra hasta qué punto es débil la dirección del PSC y su secretario general. Después del fracaso estratégico de las primarias parece sorprendente que se ahonde en la crisis de imagen e incluso de legitimidad interna; y este hecho solo se explica porqué el aparato es muy débil y no puede imponer un acuerdo. Creo que el PSC ha entrado en una dinámica que veo imposible de revetir. Hay claros síntomas de fragmentación entre las famílias políticas y territoriales y una dirección incapaz. Además las encuestas señalan que la fuga de votos es en todas direcciones, lo que agrava las contradicciones internas.
Yo también conozco mucho a Jaume y he colaborado en su campaña. No soy habitual de los despachos del “poder” ni del “aparato”, pero creo saber como es Jaume y lo considero un hombre valiente, seguro de si mismo (ahora todavía más) y que tiene un sueño de Barcelona que coincide con el mio. Estoy convencido que no se dejará manipular y que utilizará la legitimidad que le han dado las urnas para trazar su propio camino.