Algunos de mis lectores sabéis que soy conseller del distrito de Horta-Guinardó, responsabilidad de la cuál no soy merecedor y de la que estoy orgulloso. Como he dicho alguna vez los consellers somos cosas raras, con unas competencias poco más que simbólicas pero con un reconocimiento institucional relevante (y más ahora que cobramos un bonito estipendio anual), somos una mezcla de facilitadores, vecinos informados y representantes políticos.

Para mí hubo una época donde me desvivía, ahora me lo tomo con más tranquilidad, encuentro mayor utilidad el asistir a las reuniones urbanísticas y seguir determinados temas que intentar estar presente en todas las actividades de fin de semana. Digamos que intento canalizar más mis esfuerzos a lo que creo que puedo aportar algo.

Todo este preámbulo es porqué este Martes hubo una sesión plenaria del distrito de Horta-Guinardó, en principio una sesión bastante anodina, con pocos puntos del orden del día y sin ningún tema, en esencial, de los “duros”. A pesar de todo esta sesión tuvo unos derroteros especiales.

Un adiós algo amargo

Por un lado hay dos compañeras que han sido cesadas de sus cargos de conselleras para ser sustituidas por un compañero y una compañera. Nada malo que decir sobre los que entran, estoy convencido que lo harán mejor que yo, y tienen toda mi confianza y apoyo. Pero siempre es triste cuando cesan a dos personas que no quieren dejar sus cargos, a mitad de mandato y con una gestión muy buena a sus espaldas. Acato la decisión, que ha sido tomada de la forma democrática que toca, pero no la comparto, la asumo con todas sus consecuencias y a mi pesar, soy leal con la decisión y con sus derivaciones, pero esto no me impide que mantenga mi criterio y mi sensación de que es un error.

CiU se ha adelantado a la campaña electoral

Sobre la oposición no acostumbro a hablar demasiado, pero me gustaría entrar en el alegato de la regidora Maite Fandos, de CiU, sobre el primer punto. Hay tres cosas que querría comentar. La primera es que CiU ya se ha puesto las pinturas de guerra y a dos años de las elecciones están en plena campaña electoral. El tono es demasiado agrio (y pega poco con el talante de Trias, y está quemando la credibilidad que me inspiraba este político), muy crispado, llegando al punto que con los portavoces de CiU en el distrito es bastante difícil de hablar (cosa que no amplío al resto del grupo el cuál mantiene la cortesía). Una cosa es hacer oposición dura y otra es que se transforme en un relato casi epopéyico de Tirios y Troyanos.

CiU desconfía de los técnicos del ayuntamiento y los considera comisarios políticos

El segundo tema que quiero comentar es la acusación que hace CiU sobre los técnicos de barrio, equiparándolos a “comisarios políticos”. Es algo que no logro entender, o tal vez lo entiendo demasiado bien. CiU no se queja de los consellers de distrito liberados, que sí que podrían interpretarse como comisarios políticos; gente de partidos (uno de cada) que están a jornada parcial por el erario público (y no mal pagados precisamente). Es obvio, CiU se beneficia, y además votó a favor de esta medida. Aquí los únicos que podrían decir algo son los de ERC que votaron en contra (aunque francamente, es un gesto muy bonito porqué votaran lo que votaran iba a salir favorable y los de ERC no renuncian a los consellers a jornada parcial que les pertocan), pero con la boca pequeña.

Pero como quieren transmitir que el ayuntamiento intenta crear comisarios políticos, pero sin salpicarse ellos, cargan en contra de los técnicos de barrio, una figura que se creará este año 2009, y que reclutará funcionarios municipales, de los que hay ahora mismo en plantilla y les asignará la labor de intentar canalizar las demandas y necesidades de los barrios a los servicios centrales. Algo que puede ser cuestionable, criticable, etc. pero que poco tiene de comisarios políticos. Hablamos de funcionarios, que han conseguido su plaza por oposición, que hoy en día ya ejercen su labor en el ayuntamiento y en los distritos y que son los que hacen funcionar la administración, y que optarán a unas plazas de promoción interna en base a unos criterios objetivos y transparentes. Son personal municipal, plantilla, técnicos de la casa. No son militantes de partidos seleccionados a dedo para ejercer esas funciones (eso si acaso, lo somos los consellers de distrito). Son profesionales funcionarios. Tal vez a la jerarquía de CiU en Barcelona el concepto “técnico profesional” les suene a cánticas épicas rusas, pero sí existen. Hay personas que en su ámbito profesional son técnicos y ejercen una tarea cualificada y por la cuál reciben un salario y viven de esa nómina. A la derecha forjada en los coches oficiales (que tienen también los regidores de la oposición y los consellers de la Generalitat como lo ha sido Trias), tal vez les cueste entender la diferencia entre un personaje elegido dedocráticamente, no funcionario, ni técnico, para dirigir oficinas de Benestar Social de la Generalitat en tiempos de Pujol y un señor que lleva 5, 10, 15 años con su plaza en el ayuntamiento siendo técnico de un área, o en los servicios técnicos, dando el callo todos los días y cumpliendo una función laboral concreta y que opta a una plaza interna para en lugar de ser técnico de un tema determinado es serlo de un territorio determinado.

Es difícil, lo sé, pero yo tengo muy claro quienes somos políticos, amateurs, partidistas y que respondemos a lógicas políticas (que no es que sean malas, ya que responden, teóricamente al sentir popular de unas tendencias que han votado los ciudadanos) y quienes son  profesionales y actúan bajo los criterios de profesionalidad y neutralidad, exigible a cualquier funcionario público. Lo que me sorprende es como los técnicos del distrito que allí estaban (gratuitamente ya que su jornada laboral hacía horas que había acabado y para algunos sus funciones no se ejercen en el plenario) no se sienten menoscabados por la argumentación de CiU. Si a mí, en cuanto a mis funciones profesionales técnicas, algún cargo de donde trabajo hiciera esta alocución sobre mi trabajo yo no reaccionaría muy bien, la verdad. Tal vez es porqué los técnicos son más señores y profesionales que serios y políticos son los dirigentes de CiU en Barcelona.

Los de Trias siguen profundizando su perfil NIMBY

Por último está la postura de darle la razón a los vecinos constántemente. Es la tónica que ha tomado CiU, en Sarrià que no quieren la perrera (y proponen enviarla a Nou Barris o a Sant Genís), en Horta-Guinardó que le dan la razón en todo a los afectados por el MPGM del Carmel y a los afectados por los Tres Turons. Igual que le daban la razón en todo hace 3 años a los que luchaban contra el CASS de la Vall d’Hebron (y hoy en día no sé si CiU cree o no que la sala de venopunción y centro de desintoxicación del Hospital de la Vall d’Hebron hay que eliminarla o no). Para mí es una incognita el proyecto que implantaría CiU en Barcelona, más allá de darle la razón a los vecinos en todos los aspectos habidos y por haber. Lo de que Trias es el candidato NIMBY es una obviedad.. y resulta menos responsable que el vecino más radicalmente contrario a todo, hoy en día veo más propositivos, con planteamientos alternativos, con ganas de negociar y serios a los vecinos afectados que a la oposición.

La oposicón al MPGM del Carmel es una muestra de los nuevos movimientos ciudadanos y son un reto de gestión política para el distrito

Y en este plenario volvimos a vivir momentos reivindicativos de los vecinos afectados por el MPGM. Es obvio que no sabemos como canalizar un debate con ciudadanos que saltan ante una actuación municipal concreta. Es obvio que los mecanismos que servían en los años 80 y 90 hoy en día son insuficientes, y es obvio también que los mínimos legales de participación son insuficientes para lo que los ciudadanos precisan en determinadas ocasiones. Hay una demanda que hicieron los vecinos afectados por el MPGM y que me parece del todo razonable, más allá del estudio con cariño y seriedad de las alegaciones, ellos quieren sentarse, sector a sector a negociar. Al menos a discutirlo, luego el ayuntamiento ha de gobernar y tal vez no se consiga un acuerdo o un consenso, pero como mínimo los ciudadanos afectados por el MPGM merecen una interlocución, que es lo que no sabemos dar.

Pero de ahí a darles la razón constántemente va un trecho. Me dá cierta verguenza ajena (aunque en el plenario del pasado Martes esta sensación la tuve más veces de lo que me hubiera gustado) ver cómo CiU y PP les doran la píldora, les dicen sí a todo y no son capaces de asumir un planteamiento más ecuánime y actuar con la responsabilidad que tendrían unos partidos que quieren gobernar la ciudad. De vez en cuando ellos también tendrían que plantear alternativas al proyecto que no sean simplemente darle la razón a quien se opongan… para eso, casi que mejor no haya gobierno municipal que haga propuestas.

Debemos adaptarnos a las necesidades de interlocución de los nuevos movimientos vecinales puntuales.

El tema del MPGM es sólo uno de los muchos retos que tiene el distrito, pero junto a Tres Turons es una de las actuaciones que más exigirán cintura a los dirigentes municipales. Aquí creo que o bien nos ganamos la credibilidad a base de transformar las lógicas de negociación actuales, o bien seguimos quemando nuestro exigüo crédito entre los ciudadanos… Hay personas como  Jose Antonio Donaire o Antoni Gutiérrez-Rubí que preveen que la política de un futuro va a ir en esta línea, donde se pueda entrar en formas de diálogo y participación que profundicen en la democracia deliberativa “a la carta”, donde participar no implique una maratón de reuniones sobre temas que no interesan al ciudadano y haya formas de canalizar las demandas concretas por un tema determinado. Yo, a pesar de ser ligeramente más joven que ellos, no soy tan optimista… Habrá quien lo haga y habrá quien no, y tal vez la transición entre un tipo de política a otra sea más larga y tortuosa de lo que sería aceptable. Lo que es evidente que en el tema del MPGM que el dirigente nacional de ERC, Joan Puigcercós, se sume a la misma ola de darle la razón a los afectados en todo igual que CiU no forma parte de esta democracia deliberativa. Por dos motivos, ERC en este tema en Barcelona se está comportando con cierta responsabilidad, y Puigcercós hoy en día no tiene ningún cargo institucional sobre el que recaiga ninguna responsabilidad sobre ninguno de los pasos que ha de seguir el MPGM del Carmel. Su apoyo puede ser o totalmente gratuito porqué ERC en Barcelona tiene una política algo diferenciada al “os apoyamos en todo”, o bien un gesto de desautorización de lo que hace el grupo municipal de ERC en Barcelona. Siendo como es ERC un partido con muchas tendencias y corrientes se podría interpretar como un “tour-de-force” de Puigcercós a sus “compañeros” de Barcelona, pero no profundizaré porqué en todas las casas cuecen habas. Lo único que aquí hay unos afectados que hoy tienen los parabienes y apoyos de un dirigente, dándoles unas efusivas palmadas en la espalda, cuando lo que necesitan es una interlocución política para negociar o al menos discutir el proyecto. Y hoy por hoy, Puigcercós no es nadie en el ámbito institucional (y comenzamos mal cuando confundimos el poder orgánico con el institucional).

Francamente, cuando todo esto acabe, los ciudadanos se van a llevar, si no ponemos remedio, una mala imagen nuevamente de los políticos. Van a creer que los que no les daban la razón han implantado algo sin que hubiera la interlocución necesaria y que los otros les daban la razón como a los locos. Nada, francamente que ayude a conseguir credibilidad, y esto al final afecta a todos, gobierno y oposición. No puede ser que lo que se crea de partida es que ante un proyecto como el MPGM los vecinos crean que es por motivos especulativos y que hay intereses oscuros detrás… y esto lo agrandamos todos, al no hacer el proceso de interlocución que nos piden (y no es por falta de voluntad, es que el “sistema” de participación diseñado está adaptado a la ciudadanía de los años 80 del siglo XX), y al desde la oposición actuar con esta aquiescencia.

Nueva presidenta de distrito

También ha habido un cambio, Jordi Williams deja de ser presidente del distrito para serlo Montserrat Ballarín, perdemos un cerebro brillante y un humor socarrón, a cambio de una regidora muy pencona y con más vocación territorial. Nada a comentar, aunque estoy convencido que la interlocución política de primer nivel que podrá dar Montse a la regidora Elsa Blasco que será más constante que la que podía dar Jordi William se notará, eso espero.. como miembro del Grupo Municipal Socialista del distrito y como conseller de gobierno.

Lecciones de dignidad en la micropolítica

Quiero volver al tema de mis dos compañeras, Carme y Feli, que dejaron de ser conselleras formalmente en este plenario del Martes pasado. Marcharon, a pesar de ser cesadas, con una dignidad impresionante, consiguieron que oposición y gobierno se levantara de las sillas para despedirlas, cosa que no todos consiguen en este distrito. Yo las echaré de menos, por mucho que los compañeros que las sustituyen sean un dechado de virtudes y capacidades (mejores que las mías), echaré de menos su capacidad para afrontar sus ideas hasta las últimas consecuencias, por la dignidad de su trayectoria, en especial en este último período, por su valentía y por su lealtad al programa por el cuál el PSC obtuvo la victoria en el distrito y la ciudad. No está en cuestión mi apoyo a los compañeros que las sustituyen, este será igual de leal, serio y ilusionado que el que tuvieron ellas, tan sólo es una forma de hacerles el reconocimiento que merecen, en mi pequeño reducto de opinión libre en la red, ya que no puedo hacerlo de otra forma.