Disclaimer: Adelanto que creo que desde los sindicatos tenemos mucho que mejorar, que hay debates y reformas que no hemos sabido afrontar con suficiente valentía y que hay formas de lucha sindical que tenemos que revisar. Este artículo no pretende eludir la parte de responsabilidad que pueda haber en la parte sindical en los problemas que estamos viviendo. Pero sí contextualizar y poner un límite a esta responsabilidad, acotar hasta donde los sindicatos pueden llegar y por otro lado, indicar que trabajo hacen.
Con este titular no quiero cuestionar la PAH como lobby de los ciudadanos hipotecados que pueden perder su vivienda por un mal giro del destino, lo hacen muy bien, o el excelente papel que ejerce “Cafè amb llet” como diario de investigación en contra de las supuestas (no quiero comerme una querella, que algún dirigente de CiU es de gatillo fácil) corrupciones y chanchullos en la sanidad catalana.
Por parte de activistas de la izquierda verdadera (o más bien de la oclocracia) se dicen cosas como ¿Qué hacen los sindicatos por los desahucios?, o ¿qué hacen los sindicatos para luchar contra la privatización en la sanidad catalana?. Por parte del TDT party tiran más de ¿cuántos comedores sociales han abierto los sindicatos?, les va más el rollo Caritas (a quien no cuestiono, tampoco).
Resultan claramente absurdas las preguntas que titulan el artículo, pero no son absurdas de la segunda manera, cuando se enfocan hacia los sindicatos. ¿Porqué? Se tiene la falsa idea de que los sindicatos tienen una increíble reserva de recursos capaz de todo y más. Sí, los sindicatos son fuertes, una de las entidades sociales con más fuerza. Cierto, pero su fortaleza es ridícula con respecto al tema que tienen que atender en su especialización.
En Catalunya hay algo menos de 50.000 delegados sindicales, casi todos ellos con menos de 15 horas mensuales que legalmente pueden dejar de trabajar para dedicarse a actividad sindical (la mayoría dedica más, quitandolas de su tiempo libre), los delegados sindicales han de destinar su trabajo a cosas como estas.
En volumen esas 50.000 personas han de responder más o menos a los más de 2.000.000 de trabajadores que hay en Catalunya, además de a los 800.000 parados, la mayor parte de su trabajo es muy descentralizado (casi todo el trabajo sindical ocurre en los centros de trabajo), además tienen que formarse en temas para los que no están originalmente entrenados (nóminas, salarios, derecho laboral básico, contratos y extinción de la relación laboral, prevención de riesgos, acción sindical).
Para apoyar a estos delegados hay un par de centenares de “liberados” (basicamente delegados que han logrado acumular horas de sus compañeros) y unos 700 profesionales que trabajan en los sindicatos, un gran grueso son abogados, asesores laborales y el equipo administrativo que les apoya.. volcados en exclusiva a atender problemas laborales particulares y colectivos. Quien quiera tener una visión más detallada de este microtrabajo y su efecto en la economía, le recomiendo esta larga presentación.
Además del trabajo cotidiano orientado a servicios directos a los trabajadores y las empresas donde están los delegados sindicales hay tres elementos que absorben un gran volumen de recursos: los conflictos laborales, la negociación en empresas en crisis y la negociación de convenios. De los dos primeros creo que se va bien servido durante estos años..y no se puede decir que los sindicatos se hayan quedado de brazos cruzados (para el que quiera utilizar como vara de medir Grecia, hoy los sindicatos no existen, se han quemado, y si comparamos a Francia, Portugal, Italia o cualquier otro país europeo, los sindicatos de aquí le sacan una huelga general, dos y hasta tres de ventaja y como unas 10 o 15 grandes movilizaciones).
Pretender que los sindicatos, después de los recursos que destinan a la acción sindical en las empresas, a los conflictos laborales, a negociar alternativas a los despidos, a continuar la labor de negociación de convenios y a dar servicio directo a los trabajadores, con unos presupuestos que entre los dos principales sindicatos en Catalunya apenas superan los 16M€ de los cuales públicos no son ni 4M€ (poco más que 1,5€ por trabajador y año), es pretender mucho. Quien no sepa la fortaleza de recursos comparable que tienen cualquier otro sindicato europeo en una región comparable a Catalunya, sea una provincia francesa, una región italiana, un lander alemán, en Dinamarca, en Escocia o en el área metropolitana de Lisboa, que multiplique entre 5 y 10 los presupuestos y la plantilla y multiplique por 10 los delegados que están liberados.
Tenemos unos sindicatos muy low cost en España. No imagináis cuanto. En España y Catalunya los sindicatos se financian entre un 75/80% de las cuotas y recursos propios (por ejemplo tarifas de servicios), mientras que en Europa la ratio es inversa.
El margen con el que terminan los sindicatos confrontando otros problemas a los que algunos ilusamente quieren que estén con todas las energías, es mínimo. Y aún así están en casi todos los fregados. Se llama voluntarismo y activismo. Algo muy poco diferente a lo que mueve a la gente de la PAH, a los de las asociaciones de vecinos, a los de la CUP o a los del PSC, a los activistas del 15M o a cualquiera que se mueve por causas sociales o políticas.
El problema es que en el ámbito donde hay un movimiento especializado, este superará al sindicato (y a la asociación de vecinos y a cualquier otro movimiento social). Cafè amb llet no es bueno parando desahucios o negociando convenios, lo es haciendo periodismo de investigación de forma activista, la PAH es buena parando desahucios pero depende de la fuerza de las AAVV y de los sindicatos para salvar un CAP de barrio. Cáritas es buena creando comedores sociales, pero es incapaz de impulsar una ILP contra los desahucios. La Cruz roja atendiendo personas en riesgo de exclusión social es muy potente, en cambio es incapaz de evitar un solo despido.
El doble rasero que se aplica aquí es que a nadie se le ocurre exigir que la PAH esté a la altura de los sindicatos en la negociación de los convenios o a la altura de Cruz Roja para atender personas en riesgo de exclusión social, pero en cambio sí que parece que los sindicatos tengan que estar a la altura de los movimientos sociales microespecialistas en cada una de las microespecializaciones. Un absurdo. No lo logran ni los partidos con muchos más recursos económicos, humanos y con poder institucional y legislativo. Por eso la mejor estrategia es la colaboración, y no entiendo la continua doble vara de medir y las absurdas comparaciones que de tanto en tanto realizan activistas de algunos movimientos sociales y ideólogos de la izquierda y la derecha.
Capítulo extra: falsos dilemas a los que además hay respuestas.
Por cierto a las tres preguntas los sindicatos pueden dar respuesta. Al igual que sin la PAH no hubiera habido ILP hipotecaria sin los sindicatos tampoco (de hecho era UGT y la UCC quien en el 2010 apostaba por la ILP y no tanto la PAH que trabajaba por vía parlamentaria). ¿Dudas? Pruebas más directas. También han ayudado a parar desahucios integrados en diversas PAH territoriales.
La UGT de Catalunya (y también CCOO) votaron en contra de los presupuestos del CatSalut en los órganos consultivos en los que se encuentran. No solo eso, también participan de movilizaciones a nivel local o de las propias mareas. Por cierto, un apunte humorístico, por los trabajadores de la sanidad se preocupan los sindicatos y no aparece para nada Cafè amb Llet.
Los sindicatos no abren comedores sociales, pero sí que han colaborado con alguno y ha cedido espacios para centros socioeducativos para niños en riesgo de exclusión social. No es su función, pero como muchas entidades y colectivos echan un cable.
Espectacular y muy necesario post José. Enhorabuena. Yo trabajo como voluntario en una asociación de pacientes @asfema (http://asfema.org/blog/) y está claro que solo con especialización en lo nuestro podemos avanzar en nuestras necesidades. Pero seríamos incapaces de dar respuesta a otros muchos problemas sanitarios o sociales. Y claro, nadie nos los exige, pero parece que con tal de atizar a los sindicatos, especialistas en relaciones laborales, todo vale.