Recientemente teníamos noticias de sindicalistas nicaraguenses que eran asesinados, la persecución sindical en los países “emergentes” es algo bastante cotidiano, igual que ocurre en varios países avanzados del ámbito anglosajón como los mismos Estados Unidos, donde se protagoniza una de las peores laminaciones de los derechos laborales.

Los europeos parecemos vivir en una especie de oásis de tranquilidad donde los sindicatos pueden actuar con ciertos márgenes y protección que permite que los derechos laborales sean algo mejores en la europa continental, mediterranea y nórdica que en cualquier otro lugar del mundo (tal vez exceptuando Canada y Nueva Zelanda). Pero a pesar de ello en plena Europa existen pequeñas manchas de violaciones de derechos sindicales.

A nivel macro, el Informe anual de violaciones de los derechos sindicales del CSI-ITUC recoge las violaciones de los acuerdos de la OIT y de los diversos derechos sindicales y laborales (huelga, derecho a sindicarse, negociación colectiva). Lamentablemente también aquí, en Europa aparecen algunos países, incluido España, donde los derechos sindicales siguen violándose. No con la crudeza de lo ocurrido en Venezuela, pero sí de forma que tenemos que estar alerta.

Más a nivel micro, en el corazón del Pirineo, entre la muy civilizada Francia y la cada vez más fuertemente sindicalizada Catalunya existe un país donde los derechos sindicales y laborales se encuentran comparativamente a años luz de los europeos. Andorra sistemáticamente sigue violando los derechos sindicales, por ejemplo sólo reconociendo el derecho a elecciones sindicales a empresas de más de 250 trabajadores, cuando en Andorra no existe ninguna empresa con tantos trabajadores, los contratos son verbales y los despidos son libres, en contra incluso de la propia Constitución del país. Cada año los sindicatos catalanes y franceses se paran en la frontera a informar a los visitantes y ciudadanos andorranos que en Andorra no existen estos derechos.

Pero no tenemos que ir muy lejos, a la vuelta de la esquina todos conocemos empresas donde intentar organizar presencia sindical es algo extremadamente difícil, a la práctica un suicidio profesional… El nombre de algunas empresas es conocido, yo citaré el caso de Hotusa, de la cuál conozco el caso del despido fulminante (e improcedente) de trabajadores por el hecho simple de plantear hacer una lista para las elecciones sindicales. Sistemáticamente y sin tapujos, importando el peor estilo de las patronales más neocons de los USA.

Pero no sólo esto… sinó que se comienza a exportar definiciones que no son contempladas por la OIT para definir conceptos laborales. Para la CECOT, el absentismo laboral lo es no sólo cuando el trabajador no acude a su puesto de trabajo por causa no justificada, sinó que incluye (cosa que para la OIT no es así), las vacaciones, las bajas por maternidad, o los permisos remunerados.

En definitiva, aunque en la Europa occidental vivimos en un entorno de derechos laborales y sindicales envidiable por el resto del mundo, este entorno no deja de estar amenazado por los intereses, viejos ya, de una forma de ver el mundo de la empresa, donde estos derechos laborales son un estorbo a la hora de conseguir mejores y más altos beneficios.

Nota a pié: Aunque lo normal es que sea el bando sindical el que normalmente le toca sufrir, a veces, las justas reivindicaciones laborales no se canalizan de forma correcta. Ayer mismo, sindicalistas de sindicatos no mayoritarios reventaron el acto de campaña de mi agrupación y agredieron a algunos compañeros, entre ellos a Núria. Toda la razón que pudieran tener la perdieron y la existencia de unos derechos conlleva también el uso responsable de estos. Así no, compañeros, así no. Por suerte la mayoría de los sindicalistas no son como los de ayer.