La campaña en Barcelona ha empezado mal. Muy mal. Los primeros 4 días se han saldado con un exceso de incidentes.
El primer debate televisado de campaña, el de BTV, sufrió un ataque de militantes de la CNT que provocó la rotura de una puerta, un herido, un detenido y la paralización de la emisión durante 15 minutos por la desconexión del grupo electrógeno.
Que en este debate realizado por BTV y la FAVB, lleno de activistas pro-Colau, hubiera pancartas criticando a Trias era algo bastante normal. En la puerta diversos colectivos estaban expresando su enfado con el alcalde (gobernar desgasta) y dentro del Casino también. Algo habitual y hasta civilizado (las personas con pancartas no interrumpieron el debate ni silbaron).
Lo poco habitual es que se reventara de esta manera y en este caso no se puede achacar más que a los “anarcosindicalistas” y no a ninguna candidatura.
Al Sábado siguiente unas pocas horas después de un mítin de Pablo Iglesias y Ada Colau en Nou Barris fue asaltado físicamente un militante de CiU a un par de calles de donde se realizó el mitin. Los hechos podrían no estar relacionados si no analizáramos lo que se dijo en el mitin tildando a CiU de “mafia” y “gentuza”, algo que normalmente no se suele utilizar en los mítines (el tono de crítica, al menos en Barcelona, no suele utilizar estos términos). Este tipo de agresiones no se había dado en otras elecciones recientes y aunque no hay formas de comprobar la correlación entre el mítin y la agresión, sí que ese discurso no está generando mucha tranquilidad.
El domingo un mitin de Trias fue asaltado pacíficamente por militantes de la PAH. Aunque no utilizaron la violencia directa sí que el hecho de parar un mitin para explicar lo horrible que es CiU con los deshaucios no es algo muy correcto en plena campaña. No lo es cuando lo hace una asociación o un grupo de ciudadanos, menos aún cuando la candidata rival, Ada Colau, es el alma mater de la propia entidad, la PAH.
Algo parecido ha ocurrido este Lunes en el que en un acto de campaña de Fernández Díaz (PP) ha sido asaltado pacíficamente por la PAH.
Puede que alguien no entienda que este tipo de actos sean negativos, pero imaginemos que la ANC, plagada de gente de ERC y CiU, decide hacer un “escrache” a Ada Colau para que se defina si apoyará la entrada del Ayuntamiento de Barcelona en la Associació de Municipis per la Independencia. O que la UGT reventara un acto de Fernández Díaz para que se comprometa en retirar la reforma laboral, cuando Jaume Collboni ha sido dirigente destacado del sindicato. ¿Cómo creéis que calificaría la gente de Colau este tipo de actos?. Todo el mundo calificaría esos actos de electoralismo y sabotaje electoral.
Que uno de tus brazos sociales se dedique a hacer escraches en plena campaña, fuera de esta sería otra cuestión, a los candidatos rivales suele tener un nombre.
A esto habría de añadir el nivel de agresividad en twitter de los “colauers” que fiscalizan las críticas que hacen a Colau y les hacen un marcaje personalizado a los twiteros que citan a la lideresa de forma negativa.
La campaña de la “true left” barcelonesa comenzó con un toque de humor y alegría con la pegadiza rumba “El run run de la gente”, pero al parecer está adquiriendo unos tonos más oscuros, menos positivos y más de vieja política, muy vieja, la del “placa placa de la calle”.
Espero que durante estos días reconduzcan esa estrategia.