Xavier Trias ha decidido que el transporte público ha de costar menos (y por tanto ofrecer menos servicios). No es una decisión acuciada por la crisis, sino una decisión claramente política, de apuesta por un modelo de ciudad. El modelo que desde el lobbye del coche y sobretodo desde las páginas sepia de La Vanguardia, durante años, han ido defendiéndose.
Recortes al transporte público de Barcelona
Los recortes al transporte público ya se han concretado. Se suprimirán cuatro líneas de bus –31, 35, 105 y 158– y otras tres en fin de semana –58 (sábado), 75 (sábados y festivos) y 91 (festivos); se ajustará la oferta en días laborales en 14 líneas y en nueve los fines de semana y festivos. Además casi todos los bus de barri dejarán de funcionar los domingos.
El metro, además, reducirá su frecuencia tanto en laboral como en fin de semana, todo con el objetivo de ahorrar unos 56M€ anuales en los costes de operación.
Quiero anteponerlo con un dato, Trias heredó un ayuntamiento con un superávit de 500M€, que entre su renuncia a ingresos por el IBI de 75M€ y diversos incrementos en partidas de gasto ordinario difíciles de entender se lo ha pulido para el año 2012. Solo los 500.000€ de más con respecto al año pasado, que se ha gastado en luces de navidad y financiar la pista de skating (que está teniendo una explotación privada) de Plaça Catalunya, serviría para mantener las operaciones que quiere recortar durante un mes.
Incremento draconiano de tarifas de transporte
A esta caída del servicio hay que sumarle un incremento de dos de los tres abonos de transporte más utilizados, la T-10 que sube un 12% y la T50/30 más de un 10%. Baja la T-mes un 2%, pero no compensa con ello el aumento en los otros dos abonos que son más utilizados.
Otros abonos menos “populares” como el billete sencillo aumenta hasta los 2€ (antes 1,45€) un 38% y la T-Trimestre la reducen un 3,6% (supongo que el 0,5% de usuarios de transporte público que la utilizan y no la estravían en la lavadora deben estar contentos).
La verdad es que la subida en los abonos va a tener no un efecto de mayor recaudación sino de expulsión de usuarios del transporte público. Yo comparto la idea de que el transporte público hay que pagarlo si lo queremos de calidad, y el transporte público de Barcelona era una maravilla, tenemos buses de barrio que muchas ciudades ni siquiera se imaginan, unos túneles de metro operados a su máxima capacidad y una red de bus que necesitaba reformas para hacerla más razonable pero que mantenía un nivel de servicio bastante extenso. Eso se ha de financiar. Ahora bien, una cosa es llevar las tarifas a un nivel más alto de forma razonable y que penalice al usuario habitual sobre el intensivo (p.ej. que aumente la T-10 no es tan negativo como parece, pero sí, en cambio la T50-30) y otra es hacer ese aumento de golpe y porrazo sin ningún tipo de progresividad. Por dos motivos: uno, en mitad de crisis a quien crujes con subidas draconianas de la 50/30 es a los trabajadores y a los que buscan emple. Segundo, las tarifas se han de percibir como justas, la percepción de los ciudadanos de que el billete sencillo se ha elevado de golpe más de medio €, va a justificar las infracciones. Ese aumento de infracciones que también se dará porqué la vigilancia social no se hará al percibirse las tarifas como más caras, hará aumentar el coste en seguridad o bien disminuir los ingresos por estas tarifas.
Además, usuarios no tan habituales del transporte público decidirán no utilizar la T10 y dejar de usar el transporte público.
El objetivo está claro, no solo estamos hablando de una reducción del transporte público de Barcelona (a vote pronto los recortes deben reducir en unos 100.000 o 200.000 viajeros diarios de los 2.500.000 que utilizan algún medio de transporte público interurbano) , sino en una expulsión de estos usuarios del transporte público. No es que vayamos más apretados sino que las tarifas expulsan a estos usuarios del transporte público. Esto será sustituido por ir caminando a los sitios, por ir en bicicleta, pero sobretodo por volver a hacer más rentable ir en transporte privado a motor (especialmente moto) por la ciudad. Y en el caso del bus de barri de los domingos, la gente mayor simplemente ese día se quedará en casa.. total, si se ponen algo pachuchos ya no podrán ir a un CAP de urgencias al estar este también cerrado.
No es la crisis, es el modelo de movilidad favorable al transporte privado
Los esfuerzos para intentar hacer de Barcelona una ciudad menos contaminada y que priorice el transporte público en tan sólo unos meses, Xavier Trias lo ha comenzado a socabar. Ya sabemos que su modelo de movilidad no contempla el uso racional del transporte público y quiere potenciar el privado. Propuestas como poner motos en el carril bus (algo que hasta el RACC considera una salvajada), sus absurdas propuestas de movilidad durante la campaña (donde llegó a prometer el metro y el tranvia funcionando 24h/365 dias), su oposición a que hubiera un túnel más ferroviario por el Eixample o su posición en la reforma de la Diagonal se ejemplifica claramente con esta política de transporte público.
Porqué, no, no es la crisis. La crisis era igual de grave en el 2011 que en el 2010 y las previsiones es que en el 2012 no vaya a serlo mucho más que en este 2011 y Trias heredó un transporte público de mayor calidad, unas tarifas en los abonos más utilizados mucho más bajas y sobretodo un superávit en las cuentas del ayuntamiento de Barcelona de 500M€.
De hecho, él mismo incumple no solo lo que pedía desde la oposición sino lo que él mismo había prometido este Septiembre cuando ya conocía bien a fondo las cuentas del ayuntamiento. No es crisis, es modelo político de movilidad.
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