Xavier Trias y el PP están pactando los presupuestos del ayuntamiento de Barcelona. No es que sea malo que el débil gobierno de Trias (es el alcalde con menos regidores que le respalden de toda la historia de la ciudad) busque alianzas. De hecho es bueno que quede claro que línea de pacto van a seguir durante el mandato. Si el PP se transforma en el socio prioritario de CiU en el gobierno de Barcelona clarifica los escenarios y deja claro que tipo de programa de gobierno va a impulsar.
Ya hay algunas medidas de las que ha impulsado que o bien son ineficientes, o son ideas de bombero. Pero no entraré a valorarlas en esta ocasión. Está claro que definiendo un pacto estratégico con el PP de cara a la aprovación de presupuestos y seguramente más allá, define también que políticas quiere impulsar.
Sobre el contenido político de los presupuestos de la ciudad dejo la argumentación del Grupo Municipal Socialista. No entraré en las valoraciones en la distribución del gasto. Pero quiero alertar de un par de temas que me parecen de una falta de responsabilidad seria.
Trias hace trilerismo contable para hacer ver que la ciudad está peor fiscalmente
Las auditorías internas y externas, las valoraciones de la deuda de la ciudad y el propio plenario del ayuntamiento de Barcelona certificó que Barcelona tenía para el 2011 un presupuesto con un superávit de 100M€. Trias se desmarca ahora diciendo que eso no es así y que el presupuesto del 2011 tiene un déficit de 500M€.
La disparidad es brutal, no solo por el cambio de signo sino por las dimensiones de este, ya que estaríamos hablando de un déficit del 25%, en lugar de un superávit del 5%.
O bien Hereu ha dejado un pufo detrás o hay algo que no encaja. Lo primero no es así, Barcelona paga sus deudas, sus créditos son públicos, auditados y no hay ningún crédito secreto y en las arcas municipales no solo no han dejado facturas y telarañas sino que había más de 260M€ líquido disponible.
El truco trilero de Trias
Para entendernos, Trias ha querido hacer creer con creatividad financiera que la economía del ayuntamiento no estaba saneada. Lo hace comparando cosas que contablemente no son comparables.
En economía y contabilidad hay que tomar métodos contables y criterios y puntos desde los que realizar la comparación para saber si terminas o preves un ejercicio con pérdidas o beneficios. En la contabilidad local hay dos métodos contables aceptados como efectivos y correctos, aunque la ley obliga a utilizar uno de los dos para presentar presupuestos. El primero es el ICAL (Instrucción de Conatabilidad de la Administración Local), y el otro el SEC‐95 (Sistema
Europeu de Comptes). El arte de Trias en el trilerismo contable es el siguiente:
Se compara el presupuesto aprobado y su previsión para el 2011 con el ICAL con un cálculo ficticio sobre un supuesto presupuesto ejecutado durante el 2011 (algo que no se puede hacer ya que el presupuesto del 2011 en el momento de presentar los números el gobierno municipal le queda la ejecución del último trimestre) que además se contabiliza con el SEC-95.
¿Que se consigue con ello? Un fastuoso ejemplo de falacia de “Cherry Picking” donde se busca el elemento contable y numérico más favorable sin tener en cuenta si los elementos contables son comparables, si se trabaja con datos o con previsiones, o peor aún, mezclando DATOS con PREVISIONES o puras inventivas contables (como utilizar unos datos no auditados ni revisados de una ejecución parcial de un presupuesto anual con una previsión de gastos inventada y no presentada bajo ningún criterio contable para el resto del año y sumarla).
Lo correcto hubiera sido presentar la previsión del 2012 con el mismo criterio que la del 2011 y compararlas, o esperar al presupuesto ejecutado real, auditado y certificado del 2011 para poder decir algo.
Acto de irresponsabilidad a corto plazo
El jugueteo contable y el incremento de déficit puede conseguir que la buena cualificación que tiene Barcelona en los mercados financieros vaya al garete, actualmente las agencias de Rating valoran Barcelona bastante bien, AA (S&P), Aa2 (Moody’s) y AA+ (Fitch). Sí, ya sabemos que opinión nos merecen esas agencias de Rating, pero si el propio alcalde de Barcelona afirma en el último trimestre que no tienen superávit sino déficit y este es del 25% de los ingresos, la calificación de Barcelona caerá al suelo y costará levantarla incluso cuando el prespuesto ejecutado, auditado y real, muestre otra cara. Cualquier crédito, aunque sea para poder suplir una carencia de líquido y no por pura necesidad de financiación, que pida Barcelona será con un tipo de interés horripilante. La sensación de los mercados de que Barcelona es una Grecia encubierta será difícil de evitar.
Me puedo imaginar muchas cosas de los políticos pero que uno decida liquidar la credibilidad de la administración que gestiona con unos costes económicos atroces como resultado por hacerle un favor a Duran Lleida en la campaña de las generales, creando una sombra de duda sobre la gestión económica del PSC del ayuntamiento de Barcelona no lo podía esperar. Francamente Trias no es el “señor” que nos querían presentar y sí tiene pintas más bien de un cafre al servicio puro duro de los intereses más espúreos de su partido.
Acto de irresponsabilidad a largo plazo en el presupuesto del 2012
La única gran ciudad que tenía superávit en mitad de la crisis entra en un ciclo de endeudamiento. En el presupuesto del 2011 se había conseguido invertir la tendencia de estos años de crisi en los que la deuda municipal aumentó para afrontarla, consiguiendo mantener un tono de inversión y gasto público sostenido por un buen nivel de ingresos municipales. Trias el primer año ya se lo carga y deciden tirar por el déficit.
Con sus propios números, el presupuesto del 2012 genera más déficit y endeudamiento. Y no es para poder activar la economía sino por renunciar a ingresos fiscales y por no saber como controlar el gasto corriente. Alguien que se ha presentado como el adalid de la austeridad no puede desmarcarse con este presupuesto. No es que yo abogue por la austeridad por la austeridad, las administraciones públicas en su conjunto tienen mecanismos automáticos que le hacen que cojan deuda en las crisis (hay que pagar más prestaciones y los ingresos se reducen), pero en este caso estamos cojiendo deuda de forma tonta, pudiendo evitarla (se renuncian a diversos ingresos fiscales que no van realmente a generar incentivos económicos) y sin que eso se transforme en gasto social (ha crecido menos que en el 2011) o que sirva de estímulos económicos (la inversión y las políticas económicas decaen dramaticamente en estos presupuestos del 2012), sino porqué literalmente no saben controlar el gasto corriente.
Volvamos al tema anterior, Trias se va a cargar alegremente la excelente cualificación de Barcelona en los mercados, a eso se suma, que este año va a necesitar pedir créditos y no solo para tener liquidez sino para poder tirar adelante el presupuesto del ayuntamiento. ¿Qué resultado va a tener? Aún más endedudamiento: pagaremos el crédito más caro por su trilerismo contable. Todo sin un beneficio keynesiano de reactivación económica.
Definitivamente un acto de suprema irresponsabilidad que explica como un cenutrio en solo unos pocos meses puede comenzar una espiral de endeudamiento sin beneficio social asociado. El drama fiscal de Irlanda comenzó así.