El CherryPicking es una estrategia curiosa de seleccionar una serie de datos que nos interesan y obviar los de la serie completa.
UGT ha realizado su 41 Congreso y durante estos 4 años de la crisi, en este se ha informado de la evolución de la afiliación en los últimos 4 años, que ha pasado de 1.152.451 al finalizar el 2008, al inicio de la crisis, subiendo a un máximo al finalizar el 2010 de 1.290.651 afiliados, bajando a 1.169.000 al finalizar el 2012.
El titular del zeitgeist antisindical es que los sindicatos (en este caso UGT) pierde afiliación a pasos agigantados. Una lectura algo curiosa, teniendo en cuenta que UGT no había tenido más de 1.150.000 afiliados nunca en su historia excepto en el 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012, y que el histórico proviene de unos niveles de 500.000 afiliados en los 80 y de unos 750.000 en los 90 y unos 900.000 de media en la primera década del nuevo siglo.
Es decir, durante la crisis la afiliación (a la UGT) ha aumentado ligeramente, pasando por un pequeño repunte en el 2010 y una caída entre 2010 y el 2012 de poco más del 3,3%.
El aumento de afiliación entre 2008 y 2010 tiene dos explicaciones, la tendencia general a aumentar las tasas de afiliación, lenta pero prácticamente contínua que se produce en el sindicalismo español (una anomalía del sistema sindical en occidente, por cierto, ver mi tesina doctoral [wpdm_file id=1] ), por un lado, y por otro por una afiliación defensiva al inicio de la crisis.
Por otro lado la caída entre 2010 y 2012 se explica por la propia destrucción de empleo. Cuando un afiliado al sindicato va al paro puede retener su afiliación un cierto tiempo, pero termina dándose de baja si el paro es prolongado o pasa al régimen de autónomos (y no conoce la organización de autónomos del propio sindicato, cosa que es bastante fácil que ocurra).
La destrucción de empleo y la caída de afiliación es algo que está recogida en numerosas fuentes científicas (que recojo en mi propia tesina [wpdm_file id=1] ). Lo que es extraño es que en el período de destrucción de empleo del 2009 y 2010 creciera la afiliación, a pesar de los movimientos defensivos puntuales o la tendencia a aumentar la densidad sindical. En parte refleja la destrucción de empleo en los trabajadores temporales con menores tasas de afiliación que los indefinidos que es por donde se canalizó la destrucción de empleo en los primeros años de la crisis.
Las tasas de destrucción de empleo de 2011 y 2012 ha terminado afectando de forma más general a los trabajadores indefinidos y eso ha terminado afectando a la afiliación. Pero de ahí no se puede deducir que haya un abandono de la afiliación como un concepto general.
El número de asalariados en España ha caído sobre el 9%, mientras la afiliación a la UGT ese mismo período ha caído un 3%. Podríamos indicar que hay afiliados que no son asalariados (algunos autónomos y algunos parados, por ejemplo), pero en general el núcleo duro de la afiliación recae en la población asalariada con empleo, con lo cuál y tal como refleja la literatura científica la caída del número de asalariados termina afectando al número de afiliados. Aún así, esa caída es menor que la observada en otros países (incluso en España en el período 1990-1994) en otros períodos de destrucción de empleo, donde no solo los niveles absolutos, sino los relativos, de afiliación caían (y se tardaban décadas en recuperar).
Podemos sacar a relucir muchos temas y la discusión da para un debate más profundo, el debate de la afiliación sindical da para mucho, pero sí que podemos decir es que el zeitgeist antisindical de que los trabajadores están dándose de baja de los sindicatos es una afirmación rotúndamente falsa.