Al gobierno del PP, y de hecho a la banca, al stablishment y a los que no quieren que nada cambie no les importa quien sea el President de la Generalitat. Saben que la Generalitat está intervenida como lo está de facto España y de forma más obvia Grecia. La capacidad de acción económica que tiene la Generalitat es de risa, vivimos de los préstamos del FLA y eso significa que no tienes márgenes de maniobra. Además toda la actividad legislativa del Parlament también está intervenida, en manos de un Tribunal Constitucional cada día más politizado y que ha tumbado ley tras ley del Parlament, y no solo las que tienen que ver con los temas “catalanes” sino con los temas financieros y con temas sociales. Al ciudadano catalán no le va a modificar mucho la vida si hay un gobierno un otro ya que los márgenes, reconocidos en privado por dirigentes de las diferentes opciones políticas (incluso aquellas muy de izquierdas), son minúsculos. Un máximo de 500M€ (siendo infinitamente generoso) en un presupuesto de 30.000M€. Ada Colau tiene más margen de decisión y eso que sólo es alcaldesa de Barcelona.
El mundo, especialmente Europa y especialmente aquellos países que ya han anunciado su interés en facilitar una negociación entre España y Catalunya, que no son pocos, no van a mirar otro resultado que no sea en el eje independencia vs. lo que sea. A esos países y al mundo se la repampinfla quien gobierne en Catalunya. Aunque gane el primo de Zumosol de Podemos en Catalunya, para ellos es un triste gobierno regional, que además de estar intervenido está dentro de un estado que depende de la caridad del Banco Central Europeo. En el eje “fuck the troika” nos tienen tan pillados por los huevos como lo tienen con Grecia.
Lo único que van a mirar todos estos y lo único que va a tener a medio plazo efectos reales en la vida de las personas es la suma de votos y la de escaños de las dos opciones independentistas frente al resto. Al resto, todas. Se autodenominen federalistas, izquierdistas, moderadas, razonable, ciudadanas, conservadoras, derechistas o ecologistas.
Si el resultado es favorable a las segundas, todos estos poderosos respirarán aliviados, sabrán que no tienen que hacer nada especial, que no hay un reto contra el sistema, que no hay riesgos que las cosas cambien. El mundo dirá.. ah.. no ha pasado nada y dejará de mirarnos. Los países de Europa que se habían ofrecido a mediar dirán, vale, no querían cambiar el statuquo.
Pero si el resultado es favorable a las opciones independentistas, entonces la cara de Rajoy, de los grandes banqueros, de las empresas del IBEX35, de algún jerifalte europeo conservador, la cara de los que se ríen de sindicalistas, de activistas del 15M, de la PAH, la cara de los que han defendido que mejor no cambiar nada, se les pondrán blancas como el papel. Tendrán un problema. Un problema del que no se pueden deshacer tranquilamente dejándolo cocer en su propia salsa.
Si el resultado es favorable a las opciones independentistas, entonces los aliados que tenemos en Europa se mantendrán ahí y reforzarán su posición. El mundo dirá que queremos cambio. Y le dirán al gobierno de España que ha de negociar.
Si las opciones independentistas ganan, cambiarán cosas. Si ganan el resto, el resultado es que nada cambiará, no habrá negociadores, no habrá alternativas viables en la mesa, nadie ofrecerá nada a negociar, no podremos iniciar ningún proceso constituyente, no tocaremos nada esencial de como funciona el país y evidentemente no crearemos un país nuevo. Habrá sido unas elecciones autonómicas donde decidimos un gobierno regional sin ningún margen de maniobra y lo más paradójico es que tendremos a Artur Mas como President de la Generalitat porqué igualmente no hay mayorías de gobierno alternativas.
Así que el que quiera que se haga trampas al solitario pensando que está votando otra cosa, izquierdas, derechas, nueva política o vieja política. Lo que realmente van a sumar en donde toman decisiones es si los indepes superan a los no indepes.
