Hace poco he tenido una discusión en twitter con una persona vegana que acusaba de especismo arbitrario a quienes nos alimentamos o utilizamos recursos de otros animales.
No quiero deleitaros con el debate porqué cuando una de las partes cae en errores lógicos deja de haber debate y se transforma en pasar el rodillo lógico, pero si alguien tiene morbo, el debate está aquí.
@Belen_Infected @huyelobo estás poniendo en el mismo lugar a quien no es vegano que a quien maltrata a su mujer?
— Jose Rodríguez (@trinitro) January 2, 2015
El debate simplemente es un ejemplo que permite mostrar un error lógico de bulto que se produce a la hora de construir argumentos o establecer un diálogo y que forma parte de un error lógico para mantener nuestras posturas dentro de un marco cada vez más reforzado emocionalmente pero poco sostenido racionalmente.
No quiero entrar en los detalles de la conversación, que no son menores, ya que comparar el maltrato a una mujer con el comerte una vaca creo que es tener la escala moral algo perversa ya que podríamos considerar un sistema penal donde al que mata una vaca para alimentarse sea considerado igual que alguien que mata a un ser humano para conseguir su riqueza. Soy antitaurino pero nunca se me ocurriría comparar con quien defiende el maltrato de un toro con quien practica torturas a humanos, por el mero hecho que no me gustaría vivir (y creo que a nadie realmente de pararse a pensar un minuto) en una sociedad donde no hubiera esa gradación moral especista.
Nos guste o no, somos especistas, y sentimos algunos con un grado mayor y otros con un grado menor cierta aversión a tratar mal a los animales cuanto más se nos parezcan. Difícilmente veremos la misma reacción emocional ante quien pisa la hierba que ante quien patea un gato. Igual que tampoco consideraremos un genocida a quien mata miles de millones de bacterias para curarse un resfriado, en cambio quien extermina una familia de gorilas para vender sus pieles nos provocará cierto rechazo.
Es decir, hay un elemento intuitivo, asociado a nuestra capacidad de empatizar y que conforma parte de elementos irracionales de nuestra personalidad que nos llevan a empatizar más con los gatos o con un chimpancé que con un cactus o una libélula, que sumados a elementos culturales (las sociedades agrarias no se andan con tantos miramientos que las sociedades urbanas y determinadas sociedades deciden considerar sagrados o inviolables según que especies animales) nos hacen construir criterios especistas para tratar con otros seres vivos.
El problema es considerar a los demás de ser especistas por poner el listón en un lugar distinto al propio. El mío es el de considerar a los simios superiores y a algún otro animal (delfines, orcas) con consciencia del yo y de la muerte en un rasero que les permita cierta dignidad y ser objetos (no sujetos) de derecho y a los animales con sistema nervioso central capaces de sentir dolor y sufrimiento tener un grado inferior de dignidad en el cuál podamos explotarlos pero minimizando su sufrimiento.
Es un criterio arbitrario, soy humano, aculturizado en un entorno urbano del primer mundo, y si su sufrimiento se parece al mío, si siente miedo a la muerte, es capaz de comportamientos complejos, tiene capacidad de sufrimiento psicológico parecido al mío, sentiré más proximidad y creeré que han de tener un trato distinto respecto a otros seres vivos.
Lo que quiero dejar claro es que el criterio vegano también es arbitrario. Además de arbitrario, difícil de definir, ¿donde pongo el listón especista donde no puedo explotar a un ser vivo? ¿en los eucariotas? ¿en el reino animalia? ¿en el filo chordata? ¿en el subfilo vertebrado?
El criterio vegano, mejor o peor definido, mejor o peor argumentado, es un criterio arbitrario. Y por tanto son especistas, tanto como lo pueda ser yo, que soy devorador de carne de mamíferos tan avanzados como el cerdo. Y por tanto al ser un criterio arbitrario que no compartimos el 99% de los seres humanos, se ha de sostener con argumentos, no con consignas. Me has de argumentar porqué consideras que tu criterio parte de tener sistema nervioso centralizado, o columna vertebral, o ser pluricelular, o tener cavidades internas, o ser un ser pluricelular, o tener movilidad, o tener cerebro, o tener una serie de comportamientos complejos. O como mínimo definirme que es ahí donde consideras que está tu criterio. No considerarlo una verdad universal.
El ejemplo de los veganos que no reconocen que su criterio es tan arbitrario como el de los malvados devoradores de carnes es un ejemplo muy burdo y claro. La mayoría de humanos tenemos bastante claro que pegar a una vaca no es lo mismo que pegar a un ser humano, o que pegar a un árbol no es lo mismo que pegar a una vaca, o que matar un montón de bacterias para curarnos un resfriado no es lo mismo que quemar un bosque de acacias, o que arrancar un tentáculo a una medusa no es lo mismo que arrancarle una pata a un perro.
Pero ese error no queda tan claro en debates donde unas partes acusan a las otras de ser arbitrarios a la hora de seleccionar sus propios criterios para ganar sin bajar al campo de juego argumental el debate. Entiéndase si debatimos en la elección de criterios de explotación de otros seres vivos (somos seres vivos heterótrofos tenemos que explotar el trabajo biológico de otros seres vivos para poder sobrevivir), criterios para considerar un conjunto de células un ser humano, criterios para considerar cuál es el demos social que soberano, criterios para considerar ejes políticos que son relevantes e incluso criterios epistemológicos (o sea que sistema creemos mejor para construir conocimiento).
Y que no podemos ventilar los argumentos del contrario simplemente diciendo que sus argumentos son arbitrarios cuando los nuestros también lo son. Tenemos que convencer del porqué nuestra arbitrariedad es mejor que la de nuestro interlocutor y por tanto entrar en la arena de la argumentación. Porqué quedarse en etiquetar al contrario como especista, violador del estado de derecho, casta o disidente sólo sirve para intentar posicionarse moralmente por encima del interlocutor, no para convencerle y ni tan siquiera para poder expresar nuestros propios argumentos.